Herederos del destino | Ben Bestia.

C25: Miradas inquietantes.

SOLEIL.

Han pasado varios días desde la coronación de Ben, y la vida en Auradon ha vuelto a la normalidad, o al menos a una nueva normalidad. Las decoraciones festivas han sido reemplazadas por el cotidiano bullicio del castillo, y el caos de los eventos recientes ha dado paso a una rutina más estable. Los jardines están en plena floración, y el sol brilla suavemente, como si quisiera recordarnos que la vida continúa.

Desde la coronación, Ben y yo hemos mantenido una distancia palpable. Después de la confrontación en la ceremonia, nuestra relación se volvió aún más tensa. A pesar de los esfuerzos por resolver las cosas, el odio que se había acumulado entre nosotros no se desvaneció tan fácilmente. No es que esté sorprendida; sabía que las cosas no cambiarían de un día para otro. Así que, en lugar de tratar de forzar una reconciliación, he optado por concentrarme en mi propia vida.

Las clases han sido una mezcla de desafíos y diversión. Afortunadamente, los profesores han logrado mantener las cosas interesantes y nuestras tareas han sido absorbentes. El aprendizaje de nuevas habilidades y la participación en proyectos grupales han ayudado a distraerme y a mantenerme ocupada. Me he encontrado especialmente intrigada por las lecciones de hechizos avanzados; aunque no siempre sean fáciles, el desafío es estimulante.

En el pasillo del castillo, me encuentro con mis amigas: Jane, Morven y Lonnie. Nos hemos vuelto aún más cercanas desde el evento, y he aprendido a apreciar aún más su compañía. Estar con ellas me ha ayudado a mantener la perspectiva y a disfrutar de los pequeños momentos de alegría que a veces se pasan por alto.

—Oye, Soleil —dijo Morven, mientras nos dirigíamos al comedor—, ¿sabes que hoy hay una feria en el pueblo? Están organizando una especie de mercado de artesanía. ¿Te gustaría ir con nosotras?

Asentí con una sonrisa—. Claro, suena genial. Me encantaría salir un poco y cambiar de aires.

Jane y Lonnie también estaban entusiasmadas con la idea, y antes de que me diera cuenta, estábamos planeando nuestra tarde juntas. Las chicas y yo hemos decidido hacer de esto una pequeña tradición para desconectar de las presiones del día a día.

La feria en el pueblo estaba llena de vida. Las calles estaban decoradas con banderines coloridos, y los puestos estaban abarrotados de artesanías, alimentos y objetos curiosos. El ambiente era alegre y festivo, y me sentí instantáneamente atrapada por la atmósfera vibrante.

—¡Miren eso! —exclamó Lonnie, señalando un puesto de joyería con brillantes collares y pulseras—. ¡Qué bonito!

Jane, que estaba cerca, se mostró igualmente interesada—. Sí, me encantaría ver qué tienen. Tal vez encuentre algo para la próxima fiesta.

Mientras explorábamos los diferentes puestos, el bullicio de la feria y las risas de mis amigas hicieron que me olvidara de las tensiones de la última semana. Sin embargo, algo inesperado ocurrió mientras paseábamos por el mercado.