|| PRIMER LIBRO COMPLETO.
|| SEGUNDO EN PROCESO.
En el brillante y encantado reino de Auradon, dos príncipes, cada uno con un legado poderoso, han estado en una constante rivalidad desde que tienen memoria. Ben, el heredero carismático y noble del R...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
SOLEIL.
El gimnasio se había transformado en un espléndido salón de fiesta después del torneo. Las luces colgantes iluminaban el espacio, y las mesas estaban decoradas con centros de mesa brillantes y arreglos florales coloridos. La emoción del torneo aún flotaba en el aire, pero ahora se mezclaba con una vibrante atmósfera de celebración. La música suave de fondo creaba un ambiente animado y alegre mientras los estudiantes de Auradon se relajaban y disfrutaban de la fiesta.
Me encontré con mis amigas en una de las mesas, todas animadas y hablando sobre el torneo.
—¡No puedo creer que llegaste a la final, Soleil! —dijo Morven, mientras se servía un poco de pastel.
—Fue increíble —respondió Jane, con una sonrisa. —Aunque, la verdad, te vi dándolo todo en la pista.
—Sí, fue muy intenso —añadió Lonnie, levantando su copa en señal de brindis. —¡A la valiente Soleil!
Sonreí y levanté mi copa para brindar con ellas, pero no podía evitar que mis pensamientos se desviasen hacia el combate con Ben. La conexión que habíamos compartido durante el duelo aún me hacía cuestionar muchas cosas.
Mientras me servía un poco de ponche, vi a Ben conversando con algunos de sus amigos en el otro extremo del salón. Aunque estábamos en la misma fiesta, había una distancia palpable entre nosotros. Había sido un paso hacia la reconciliación, pero aún había mucho que resolver.
Las risas y las conversaciones llenaban el salón, creando un bullicio alegre que contrastaba con la tensión que había sentido durante el combate. El aire estaba lleno de promesas no dichas y la posibilidad de nuevas amistades.
De repente, alguien me tocó en el hombro. Me giré y encontré a Alex, el chico con el que había ido a la feria la semana pasada. Parecía nervioso, pero su sonrisa era genuina.
—Hola, Soleil —dijo con una voz amistosa. —¿Puedo hablar contigo un momento?
—Claro, Alex —respondí, un poco sorprendida, mientras nos apartábamos del bullicio.
—He estado pensando en nuestra salida a la feria —comenzó, mientras ambos nos alejábamos un poco de la música. —Realmente me divertí. Pensé que podríamos hacer algo similar otra vez.
Sonreí, sintiendo un ligero rubor en mis mejillas. Antes de poder responder, una voz familiar interrumpió nuestra conversación.
—¿Soleil, te encuentras bien? —Era Ben, que se había acercado. Su tono era más relajado de lo habitual, pero había una curiosidad en sus ojos.
Miré a Ben y luego a Alex, sintiendo un atisbo de incomodidad.
—Todo está bien, Ben. Solo estoy conversando con Alex —dije, tratando de sonar natural.
Ben asintió, pero había algo en su mirada que no podía identificar. Se despidió con un gesto educado y se alejó, mientras Alex y yo continuábamos nuestra conversación. Sin embargo, no pude evitar notar que Ben se había quedado observando desde una distancia.
