|| PRIMER LIBRO COMPLETO.
|| SEGUNDO EN PROCESO.
En el brillante y encantado reino de Auradon, dos príncipes, cada uno con un legado poderoso, han estado en una constante rivalidad desde que tienen memoria. Ben, el heredero carismático y noble del R...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
MARATÓN 1/4.
BEN.
Desde el momento en que llegamos a Corona, el ritmo de la visita se volvió implacable. Mis días se llenaron de eventos oficiales, reuniones y ceremonias, y aunque todo era interesante, no podía evitar sentirme un poco abrumado. Las agendas de los reyes estaban siempre llenas, y cada día parecía estar repleto de compromisos que no dejaban mucho espacio para la relajación.
Soleil, por otro lado, estaba en su elemento. Verla en su tiara de princesa, una joya heredada de su familia, era como presenciar un desfile de elegancia y gracia. Cada vez que se movía, su presencia parecía iluminar la habitación. Estaba claro que sus padres estaban increíblemente orgullosos de ella, y no perdían oportunidad de presumirla ante todos en el reino.
Uno de los primeros eventos a los que asistimos fue una recepción en el Gran Salón del castillo. La sala estaba adornada con banderines dorados y cortinas de terciopelo, y el ambiente era vibrante con la presencia de nobles y ciudadanos del reino. Soleil entró en la sala como una verdadera princesa, su tiara reluciendo bajo las luces del salón. Los murmullos de admiración y las sonrisas de los presentes eran inconfundibles.
—Mira a Soleil, Ben —dijo la Reina Rapunzel, señalando a su hija con una mezcla de orgullo y amor. —Siempre me sorprende lo bien que lleva su papel.
—Lo hace muy bien —respondí, observando cómo Soleil saludaba a los invitados con elegancia y confianza. —Ella realmente sabe cómo manejar estas situaciones.
Más tarde ese día, asistimos a una recepción oficial con varios dignatarios de la región. Los padres de Soleil no perdieron ocasión de hablar sobre ella y destacar sus logros y contribuciones al reino. Era evidente que su rol como princesa era importante, y sus padres estaban más que felices de compartirlo con el mundo.
—Ben, ¿te has dado cuenta de cuánto aprecia el reino a Soleil? —comentó el Rey Eugene mientras caminábamos por los jardines del castillo.
—Sí, definitivamente —respondí. —Es evidente que ella es una figura muy querida aquí.
Durante una cena formal con los nobles locales, Soleil se convirtió en el centro de atención. Cada vez que sus padres la mencionaban, los elogios y las felicitaciones fluían sin cesar. Me encontraba impresionado por la manera en que ella manejaba todo con tanta naturalidad, a pesar de la presión que debía sentir.
—Soleil siempre ha sido excepcional —dijo la Reina Rapunzel en un momento, mientras conversábamos con algunos de los asistentes. —Desde pequeña, ha mostrado una habilidad natural para liderar y conectar con la gente.
—Es cierto —respondí. —He tenido la suerte de conocerla durante mucho tiempo, y siempre ha tenido ese don especial.
En otro evento, asistimos a una ceremonia en el salón de audiencias del castillo. Soleil, de pie junto a sus padres, se veía imponente mientras escuchaba atentamente las peticiones de los ciudadanos. Su habilidad para escuchar y ofrecer consejo era notable, y no podía evitar admirar cómo manejaba cada situación con tanta calma y sabiduría.