|| PRIMER LIBRO COMPLETO.
|| SEGUNDO EN PROCESO.
En el brillante y encantado reino de Auradon, dos príncipes, cada uno con un legado poderoso, han estado en una constante rivalidad desde que tienen memoria. Ben, el heredero carismático y noble del R...
Faltaba una semana para mi coronación y la presión estaba aumentando. Los preparativos para la ceremonia estaban en marcha, y los reyes, mis padres, decidieron que los estudiantes de Auradon podrían beneficiarse de un cambio de aires. Así que, en un intento por darnos un respiro antes del gran día, organizaron un campamento en el bosque. Pasaríamos dos días rodeados de naturaleza y, para mi consternación, sin wifi.
El autobús nos dejó en la entrada del bosque, y el grupo de estudiantes, quejándose y riendo a partes iguales, comenzó a descargar el equipo de campamento. Miré alrededor, observando cómo los árboles altos se mecían con el viento. Era un entorno tranquilo y relajante, muy distinto al bullicio constante del castillo.
—Esto va a ser interesante —dijo Carlos, ajustando su mochila con una sonrisa nerviosa.
—Sí, interesante es una forma de verlo —respondí, tratando de compartir su entusiasmo.
Mal estaba a mi lado, mirando los árboles con una expresión pensativa. —Bueno, al menos aquí podemos desconectar de todo.
Asentí, aunque mis pensamientos estaban más centrados en cómo iba a manejar la semana que venía. La coronación no solo era un evento importante para mí, sino para todo el reino. Mis padres habían puesto grandes expectativas sobre mis hombros, y no podía defraudarlos.
El grupo comenzó a caminar hacia el claro donde instalaríamos el campamento. Había un pequeño lago cerca, y la vista era realmente espectacular. Mientras montábamos las tiendas de campaña, podía escuchar las risas y los chistes de los demás. Parecía que, por un momento, todos podían olvidarse de las responsabilidades y simplemente disfrutar del momento.
Después de instalar las tiendas, nos reunimos alrededor de una fogata improvisada. Algunos de los estudiantes comenzaron a contar historias de terror, y las risas resonaban en el aire nocturno.
—¿Qué tal una canción? —sugirió Jane, la hija del Hada Madrina, con una sonrisa tímida.
—Buena idea —dije, levantándome—. Vamos a relajarnos y disfrutar de la noche.
Empezamos a cantar, y pronto el grupo entero se unió. Era un momento de camaradería y diversión que me recordó por qué estos eventos eran tan importantes. Mientras cantábamos, mis ojos se encontraron con los de Soleil. Estaba sentada con Morven, ambas riendo y cantando. Nuestra mirada se cruzó por un instante, y ella rápidamente apartó la vista, su expresión volviéndose seria.
Jamás entendería a esta odiosa chica. Al terminar de reír, todos decidimos que lo mejor era descansar ya que el día siguiente iba a estar cargado de actividades competitivas, y todos necesitábamos recargar energías porque la competencia estaría muy fuerte.
Miré por última vez a Soleil quien no se inmutó de mi mirada y entró a su tienda junto a su amiga.
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La mañana siguiente nos despertó con el sonido de los pájaros cantando. El plan del día era simple: caminatas, juegos y disfrutar de la naturaleza. Sin embargo, no todos estaban encantados con la idea.
—¿En serio tenemos que hacer senderismo? —se quejó Audrey, mirando su calzado lujoso.
—Sí, Audrey, en serio —respondió Morven, riendo—. Es bueno para ti. Te ayudará a conectarte con la naturaleza... o algo así.
El grupo se dividió en pequeños equipos para la caminata, y terminé en uno con Mal, Evie, Jay, Carlos y... Soleil. Caminamos en silencio al principio, cada uno de nosotros perdido en nuestros pensamientos.
La tensión entre nosotros era palpable. Intenté mantenerme enfocado en disfrutar el tiempo al aire libre, pero Soleil tenía la habilidad de hacer que cualquier interacción se volviera incómoda.
—Este lugar es... diferente —comentó Evie, mirando alrededor—. No es la Isla, pero hay algo salvaje en él.
—Es un buen cambio de ritmo —dijo Jay, sonriendo—. Necesitábamos esto.
Carlos asintió, aunque su nerviosismo habitual no había desaparecido. —Sí, un respiro es bueno.
Mientras caminábamos, mis pensamientos volvieron a la coronación. Era un evento crucial y sabía que tenía que estar preparado. Sin embargo, algo seguía molestándome. El comportamiento de Soleil durante las últimas semanas había sido desconcertante. La noté más distante y fría, y no podía evitar sentir que algo estaba mal.
Durante la caminata, Soleil me lanzó un comentario que no pude evitar tomar a pecho.
—¿Siempre tienes que hacer que todo sea más difícil? —dijo, claramente molesta mientras subíamos una colina empinada.
La verdad es que no estaba tratando de hacer nada más difícil de lo necesario, simplemente intentaba mantener el ritmo para no retrasar a todos.
—No estoy tratando de hacer que sea difícil, Soleil —respondí, tratando de mantener la calma—. Solo estoy intentando llegar a la cima sin que todo el mundo se queje.
Soleil me miró con escepticismo.
—Parece que te olvidas de que estamos aquí para disfrutar también, no solo para ganar una colina.
Traté de no dejarme llevar por la frustración.
—Lo sé. Pero con todo lo que está pasando, necesito distraerme un poco.
Mal, caminando cerca, se dio cuenta de la tensión y trató de suavizar el ambiente.
—Vamos, chicos, no necesitamos más tensión. Estamos aquí para relajarnos.
Asentí, agradecido por el intento de Mal de calmar las cosas, y decidí enfocar mi atención en disfrutar del paisaje. A pesar de todo, el aire fresco del bosque y las vistas panorámicas eran realmente refrescantes.
Esa noche, alrededor de la fogata, el ambiente se volvió más relajado. Los estudiantes estaban animados, compartiendo historias y cantando canciones. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que, a pesar de las diferencias, había algo positivo en estar rodeado de amigos y en compartir experiencias como estas.
Al día siguiente, tuvimos una competencia de orientación. Soleil y yo fuimos asignados al mismo equipo, lo que solo incrementó la tensión entre nosotros. Sin embargo, a medida que avanzábamos en la actividad, nos dimos cuenta de que teníamos que colaborar más estrechamente. Soleil mostró un gran conocimiento sobre la naturaleza y mantuvo la calma bajo presión, mientras que yo me concentré en usar el mapa para guiarnos.
Mientras trabajábamos juntos, empecé a apreciar sus habilidades y su conocimiento. En un momento, cuando finalmente encontramos la última estación del campamento, Soleil me miró con una expresión de cansancio pero también de satisfacción.
—No pensé que diría esto, pero... has sido un buen compañero de equipo —dijo, con un tono genuino que me sorprendió.
Sonreí, aliviado por su reconocimiento.
—Gracias. Tú también has sido una gran compañera. Quizás podríamos hacer esto más a menudo sin pelearnos tanto.
Soleil rió suavemente.
—No me hagas acostumbrarme a eso.
A pesar de las tensiones anteriores, el tiempo en el campamento nos permitió vernos de una manera diferente. Aunque aún había problemas por resolver, el campamento nos mostró que, a veces, las circunstancias pueden cambiar nuestra percepción del otro. Aunque todavía no teníamos todas las respuestas, ambos dimos un pequeño paso hacia una mejor comprensión.