Herederos del destino | Ben Bestia.

C5: Sombras de desconfianza.

BEN.

El despacho del Rey Bestia estaba sumido en una atmósfera cargada de tensión. La luz de la tarde se filtraba a través de las ventanas, proyectando largas sombras sobre las paredes llenas de mapas y documentos oficiales. Me senté frente a mis padres, la Reina Bella y el Rey Bestia, con el rostro lleno de preocupación y determinación.

El Rey Bestia, con una expresión grave, sostenía un informe en sus manos. —Acabamos de recibir noticias alarmantes. Hubo un intento de robo en el museo esta mañana. La varita del Hada Madrina estaba en peligro. La seguridad pudo detener a los ladrones antes de que lograran llevarse algo, pero esto es muy serio.

Fruncí el ceño, mi preocupación era palpable. —¿Están seguros de quiénes eran? ¿Hay alguna prueba de que los chicos de la isla estuvieran involucrados?

Mi madre, la Reina Bella, se unió a la conversación con una mirada de inquietud. —El informe no menciona nombres específicos, pero las cámaras de seguridad captaron a los intrusos y la descripción coincide con la de algunos de los jóvenes que acabamos de recibir de la Isla de los Perdidos.

El Rey Bestia dejó el informe sobre el escritorio y me miró con desconfianza. —No puedo evitar pensar que esto es una coincidencia demasiado grande. Los jóvenes de la isla han tenido un historial problemático, y ahora esto ocurre justo después de su llegada. Debemos tomar precauciones.

Me incliné hacia adelante, intentando controlar mi frustración. —Pero no podemos asumir que todos ellos son culpables solo por su origen. La mayoría de los chicos no han hecho nada para justificar esta desconfianza. ¿No crees que podría ser un error?

El Rey Bestia negó con la cabeza, su tono firme. —No se trata de asumir. Se trata de proteger a Auradon. Los chicos de la isla han tenido una vida de crimen y desobediencia. No podemos permitirnos ser ingenuos, Ben.

Mi madre intentó mediar en la conversación, su voz suave pero preocupada. —Tal vez deberíamos investigar más antes de tomar decisiones drásticas. No podemos simplemente echarles la culpa sin pruebas concretas.

Miré a mis padres con intensidad. —Entiendo el miedo y la precaución, pero eso no justifica tratar a todos como si fueran culpables. Debemos darles la oportunidad de demostrar quiénes son realmente, no simplemente juzgarlos por sus padres o por incidentes aislados.

El Rey Bestia se levantó de su silla, su rostro enrojecido por la frustración. —¿Y si estás equivocado? ¿Y si tu insistencia en darles una oportunidad pone en riesgo a todo el reino? No podemos permitirnos un fallo en nuestra seguridad.

Me mantuve firme, sin dejarme intimidar. —Estoy dispuesto a asumir el riesgo si significa darles una oportunidad justa. No puedo apoyar la idea de tratar a todos con desconfianza solo porque unos pocos hayan cometido errores. Creo en que las personas pueden cambiar, y eso incluye a los chicos de la isla.