Herederos del destino | Ben Bestia.

C8: Un confuso encuentro nocturno

SOLEIL.

Era una noche tranquila en Auradon. El castillo estaba en silencio, y la única luz provenía de la luna llena que brillaba a través de las ventanas. Me encontraba en mi habitación, compartida con otras chicas de Auradon, disfrutando de un merecido descanso después de un día lleno de preparativos para el Día de la Familia.

De repente, un golpe suave en la puerta rompió el silencio. Me sobresalté y miré a mis compañeras de cuarto, quienes también se despertaron con curiosidad. La puerta se abrió lentamente y, para mi sorpresa, Ben apareció en el umbral.

—¿Qué haces aquí a esta hora, Ben? —preguntó una de las chicas, claramente desconcertada.

—Necesito hablar con Soleil. A solas —respondió Ben, con una seriedad inusual en su voz.

Mis compañeras de cuarto intercambiaron miradas de sorpresa pero, sin protestar, recogieron sus cosas y salieron de la habitación. Una vez que estuvimos solos, cerré la puerta detrás de ellas y me giré para enfrentar a Ben.

—¿Qué pasa, Ben? —pregunté, tratando de ocultar mi desconcierto.

—Soleil, necesito tu ayuda. Eres la única lo suficientemente inteligente para ayudarme a descubrir qué está pasando —dijo, su voz cargada de preocupación.

Me acerqué a él, tratando de entender la gravedad de la situación. —¿Qué quieres decir? ¿Qué ha pasado?

Ben se pasó una mano por el cabello, visiblemente frustrado. —Todo comenzó después de un encuentro con Mal antes del partido de Tourney. Desde entonces, todo ha cambiado. Ya no me siento igual que antes. No sé si realmente estoy enamorado o si estoy confundido. Es como si algo estuviera mal, pero no puedo poner mi dedo en qué exactamente.

Lo miré, tratando de procesar lo que me estaba diciendo. Ben siempre había sido alguien seguro de sí mismo, y verlo tan vulnerable era desconcertante.

—¿Qué pasó exactamente en ese encuentro? —pregunté, tratando de obtener más detalles.

Ben suspiró. —Fue un encuentro normal al principio. Pero después me ofreció unas galletas que Mal había preparado, todo comenzó a sentirse... diferente. No sé cómo explicarlo, pero es como si mis sentimientos no fueran míos.

Una alarma comenzó a sonar en mi cabeza. Galletas. Mal. Algo no cuadraba. Recordé las historias sobre las pociones de amor y los hechizos que podían alterar la mente de las personas.

—Ben, creo que necesitas considerar la posibilidad de que Mal haya usado algún tipo de hechizo en ti —dije con cautela.

Ben me miró, sus ojos reflejando una mezcla de alivio y temor. —¿Un hechizo? Pero, ¿por qué haría algo así?

—No lo sé, pero si fue capaz de usar en ti algo de esa magnitud, entonces estamos frente a un enorme peligro.

Ben asintió lentamente, procesando mis palabras. —Tiene sentido. Pero, ¿cómo podemos estar seguros? Y más importante, ¿cómo lo revertimos?