C22: La victoria de los corazones.

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El caos en el escenario continuaba mientras los invitados se esforzaban por entender lo que estaba sucediendo. Los murmullos se intensificaban, y la confusión se extendía como una ola a través de la multitud. Ben, con la vista fija en Mal, sintió una mezcla de sorpresa y determinación crecer en su interior. El rostro de Mal, aunque decidido, mostraba una sombra de incertidumbre bajo la tensión del momento.

—Mal —dijo Ben con una voz firme, avanzando hacia ella—, devuélveme la varita.

Mal lo miró, sus ojos parpadeando con una mezcla de sorpresa y desafío. A su alrededor, el Hada Madrina trataba de recuperar la compostura, y los guardias se mantenían en alerta. Ben, a pesar de la confusión, sentía que tenía que hablar, que debía encontrar una manera de resolver la situación.

Detrás de Mal, Evie, Jay y Carlos se habían posicionado con cautela, sus miradas fijas en la escena que se desarrollaba. Evie, con su habitual elegancia, trataba de mantener la calma, aunque sus ojos reflejaban la tensión del momento. Jay se mantenía alerta, su postura lista para cualquier eventualidad, mientras Carlos, con una expresión de nerviosismo, observaba los movimientos de sus compañeros y el desarrollo de la situación.

Soleil, que estaba junto a Jane, se dio cuenta de que la situación se estaba volviendo cada vez más tensa. Mientras Jane trataba de esconderse detrás de ella, Soleil se mantuvo firme, su mirada fija en Mal y en el conflicto que se estaba desatando. Aunque Soleil estaba molesta por el caos, también sabía que tenía que proteger a Jane en medio de la confusión.

—¿Qué estás haciendo, Ben? —preguntó Mal, su tono cargado de tensión.

—Hay algo más que la aceptación de nuestros padres —respondió Ben, su voz resonando con sinceridad—. Podemos ser felices y tener una vida normal. No necesitas este poder para ser aceptada o para demostrar algo.

Mal parecía considerar sus palabras, su expresión cambiando brevemente. La varita mágica en sus manos era un símbolo de poder, pero Ben estaba tratando de hacerle ver que había alternativas, que podía encontrar la felicidad sin recurrir a medidas extremas.

—Ben, ¿en serio crees que esto es solo sobre aceptación? —preguntó Mal, con una mezcla de incredulidad y tristeza—. Hay más en juego aquí de lo que imaginas.

Ben dio un paso más cerca, su voz calmada pero decidida. —Sé que hay cosas que nos unen y cosas que nos separan. Pero esto, Mal, no es la solución. Puedes encontrar un camino diferente, uno que te permita ser tú misma sin destruir lo que hemos construido aquí.

Mal vaciló, mirando la varita en sus manos como si viera por primera vez el peso de su decisión. La presión del momento estaba evidentemente afectando su juicio, y Ben podía ver la lucha interna en sus ojos.

—Ben... —dijo Mal con un susurro—. No puedo simplemente... no puedo seguir fingiendo que todo está bien cuando no lo está.

—No tienes que fingir —interrumpió Ben—. Solo necesitas ser honesta contigo misma. Esta varita no resolverá nada; solo hará que las cosas sean más complicadas.

Herederos del destino | Ben Bestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora