C23: Reflexiones post-coronación.

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El sol se alzaba con esplendor sobre Auradon, ofreciendo un resplandor dorado que parecía prometernos un nuevo amanecer lleno de esperanza. Era el día siguiente a mi coronación, y el castillo, aún adornado con banderines y flores, permanecía en una calma engañosa, como si la majestuosidad de la ceremonia de ayer estuviera inmortalizada en el aire.

Me desperté temprano, antes de que los primeros rayos del sol hicieran su aparición completa. Desde el balcón de mi habitación, observé los jardines del castillo, que ahora se veían tranquilos, sin el bullicio de los invitados ni el alboroto de los preparativos. El silencio era un recordatorio apacible de que, a pesar de la celebración, había una inmensa responsabilidad que recaía sobre mis hombros.

La ceremonia había sido un triunfo, pero lo que más me pesaba en la mente era la confusión que sentía respecto a Mal. La valentía con la que se había enfrentado a Maléfica, el control y la determinación que mostró en medio del caos, todo eso me había impresionado más de lo que estaba dispuesto a admitir. Y, sin embargo, me encontraba incapaz de entender por completo el enigma que representaba Mal y el torbellino de emociones que había despertado en mí.

Con el cielo aún pintado de suaves tonos dorados, me dirigí a la sala de estar, donde el resto del grupo estaba empezando a reunirse para el desayuno. La atmósfera era notablemente más relajada sin la presión de la coronación ni el tumulto de la batalla. Evie, Jay y Carlos ya estaban allí, charlando animadamente, y sus risas resonaban suavemente en el espacio.

—Buenos días a todos —dije al unirme a ellos, tratando de ocultar mi preocupación detrás de una sonrisa—. ¿Cómo se sienten después de todo lo que ha pasado?

Evie, siempre radiante, respondió con entusiasmo—. ¡Mucho mejor, gracias! Aunque debo decir que no puedo esperar para volver a la rutina. Las cosas han sido bastante intensas últimamente.

Jay se rió, asintiendo con una sonrisa—. Sí, la batalla con Maléfica fue algo que definitivamente no olvidaré pronto. Pero al menos ahora podemos disfrutar de un poco de paz.

Carlos, con su habitual nerviosismo, intervino—. Sí, es bueno que finalmente tengamos un respiro. Aunque creo que todos estamos deseando que las cosas se calmen un poco.

A pesar de las conversaciones ligeras, mi mente seguía regresando a Mal. Su coraje durante la batalla y su capacidad para manejar el caos me habían dejado con muchas preguntas sin responder. No podía evitar preguntarme qué sería de ella ahora, después de todo lo que habíamos vivido juntos.

—¿Sabe alguien dónde está Mal? —pregunté, tratando de sonar casual. Mi preocupación era evidente, a pesar de mis intentos por ocultarla.

Evie levantó una ceja, mirándome con curiosidad—. No estoy segura. Creo que está ocupada con algunos asuntos personales. Después de todo lo que pasó ayer, creo que todos necesitamos un tiempo para procesar las cosas.

Herederos del destino | Ben Bestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora