Herederos del destino | Ben Bestia.

C13: El desdén de Ben.

SOLEIL.

Los días siguientes al Día de la Familia se desarrollaron con una mezcla de emociones. El evento había sido un caos, y el ambiente en Auradon aún estaba cargado con las secuelas de la confrontación que ocurrió. Las noticias de lo que sucedió en el campo de golf se habían esparcido rápidamente, y la tensión era palpable. Sin embargo, para mí, la mayor preocupación era cómo el desastre de aquel día podría afectar mi plan para seguir adelante con la misión.

Hoy, decidí buscar a Ben para discutir el plan y ver cómo podríamos solucionarlo. A pesar de todo, estaba dispuesta a darle una oportunidad a nuestra colaboración, por el bien de Auradon. La idea de dejar que nuestra rivalidad interfiriera con algo tan importante me resultaba inaceptable. Sin embargo, Ben parecía tener otras prioridades.

Lo encontré en uno de los jardines del castillo, sentado en un banco, con la vista fija en el horizonte. Me acerqué con determinación, dispuesta a abordar el tema de inmediato. Pero cuando Ben me vio, su expresión cambió. En lugar de saludarme con una actitud abierta, se limitó a mirarme con desdén, como si mi presencia fuera una molestia.

—¿Qué quieres, Soleil? —preguntó, con un tono de voz que apenas escondía su irritación.

Me quedé estupefacta por su actitud. ¿Era esta la misma persona con la que había intentado colaborar antes? Su actitud no solo era despectiva, sino que también era increíblemente frustrante. Mi paciencia se estaba agotando rápidamente.

—He venido a hablar sobre el plan que discutimos antes —dije, tratando de mantener la calma—. Necesitamos encontrar una solución y trabajar juntos para resolverlo.

Ben levantó una ceja y se recostó en el banco, claramente desinteresado.

—¿Y por qué debería escucharte? —replicó, su tono estaba cargado de sarcasmo—. ¿Crees que después del desastre en el Día de la Familia, tengo tiempo para tus planes?

Su actitud me irritó aún más. ¿Así es como trata a alguien que intenta ayudarle? La manera en que me hablaba, como si fuera una simple molestia, solo aumentó mi resentimiento. Me esforzaba por mantener el enfoque en el bien de Auradon, pero él estaba haciendo que fuera casi imposible.

—No se trata solo de mí —contesté, tratando de controlar mi enojo—. Se trata de Auradon. Deberíamos estar trabajando juntos para solucionarlo, no ignorando los problemas y actuando como si no importaran.

Ben se levantó del banco y se giró hacia mí, con una expresión de hastío en su rostro.

—Mira, Soleil, si no tienes nada más que decir que no sea repetir lo que ya sé, entonces quizás deberías irte. Tengo cosas más importantes en las que pensar.

Lo que Ben dijo a continuación me sorprendió aún más. Parecía que no estaba dispuesto a escucharme y, además, estaba defendiendo a Mal.

—¿Sabes? —dijo Ben con una voz más calmada, pero aún distante—. He conocido mejor a Mal desde el Día de la Familia. No creo que ella tenga intenciones de dañar Auradon. Creo que la gente puede cambiar, y ella no es la misma persona que fue en el pasado.

Me quedé paralizada por un momento, incapaz de procesar lo que acababa de escuchar. La ironía en sus palabras era palpable. ¿En serio estaba defendiendo a Mal después de todo lo que había pasado?

—Vaya, Ben —respondí con una sonrisa irónica—. Así que de repente, Mal ha pasado de ser la hija de una villana temida a una candidata a santa. Debo decir que eso es un cambio de perspectiva bastante rápido.

Ben me miró confundido, como si no entendiera mi reacción. Suspiré, sintiendo que el hechizo de amor había tenido un efecto más profundo de lo que imaginaba. ¿Era posible que Ben realmente creyera que Mal podía cambiar tan fácilmente?

—Mira —continué, más desconcertada que molesta—, si crees que Mal es tan inofensiva, supongo que eso es lo que piensas. Pero no esperes que me quede a esperar a ver qué sucede. No tengo tiempo para jugar a los conciliadores cuando las cosas están en juego.

Me di la vuelta para irme, el corazón pesado por la frustración. La actitud de Ben estaba haciendo que mi misión fuera más complicada de lo que ya era. Si realmente creía en la transformación de Mal, estaba dispuesto a ignorar todos los riesgos que ello implicaba.

Al salir del jardín, me sentí frustrada y cansada. No podía seguir tratando de ayudar a alguien que claramente no estaba dispuesto a ver la situación con claridad. Mi tiempo y energía debían ser dirigidos hacia algo que realmente pudiera hacer una diferencia, no hacia alguien que estaba perdido en una nube de ilusiones.

Mientras me alejaba, sentí un peso en mi pecho y una determinación renovada. Aunque Ben estaba en su propio mundo, yo tenía que concentrarme en lo que realmente importaba para proteger Auradon.