Herederos del destino | Ben Bestia.

C21: El día de la coronación.

El día de la coronación llegó con un aire de emoción y tensión que parecía palpable en cada rincón del castillo. Las primeras luces del día iluminaron el gran evento que marcaría el inicio del reinado de Ben. Soleil, en medio de la vorágine de preparativos, se encontraba al borde del colapso. El vestido lila, ajustado con esmero, acentuaba la tensión en su rostro mientras revisaba los últimos detalles.

En el carruaje que transportaba a Ben y Mal hacia la ceremonia, el ambiente estaba cargado de nervios. Ben, con el rostro tenso y los dedos tamborileando en el asiento, no podía ocultar su inquietud. Mal, sentada a su lado, le ofreció un muffin con una expresión mezcla de nerviosismo y determinación.

—Aquí tienes, Ben —dijo Mal, intentando sonar casual—. Tómalo después de la coronación. Creo que te ayudará a enfrentar el día.

Ben tomó el muffin sin pensarlo mucho y, al no ver ninguna razón para esperar, se lo comió en el acto. Mal observó con creciente horror cómo él mordía el muffin.

—Ben, ¿por qué te lo comes ahora? —preguntó Mal, intentando mantener la calma.

Ben se rió de forma burlona, su actitud relajada contrastando con la preocupación de Mal. —Pensé que sería un buen desayuno. ¿No es así?

Mal, preocupada, intentó mantener una fachada serena. Aunque no le había revelado a Ben que el muffin contenía un hechizo para hacer que se desenamorara de ella, la idea de que él ya lo hubiera consumido la inquietaba. Sin embargo, Ben estaba claramente más interesado en divertirse con la situación que en escuchar sus preocupaciones.

—Espero que no te arrepientas —dijo Mal con una sonrisa forzada—.

—Bueno, supongo que ahora tendrás que esperar y ver si funciona. —bromeó el futuro rey.

Mal lo miró desconcertada, —¿Lo sabes?

Ben soltó una carcajada —¿Sobre el hechizo mágico? —asintió. —Sí, claro.

—Yo... puedo explicarlo.

—No, está bien. Te enamoraste de mí y yo salía con Audrey. —Ben contó tu teoría. Luego de romper lazos con Soleil, se la pasaba día y noche pensando un motivo, que no fuera atentar contra Auradon, por el cual Mal haría aquello. Esa fue su conclusión.

—Sí, —Mal rió nerviosa. —tienes razón. —callaron unos segundos mientras la gente vitoreaba. —¿Desde cuándo sabías todo?

—Desde nuestra cita en el lago. Desapareció tu hechizo. —Si bien, Ben había dudado desde antes, fue hasta entonces que realmente se dio cuenta de lo que sucedía. Pero no creía que Mal fuera capaz por eso se mintió durante tanto tiempo sobre la pócima.

—Entonces, ¿estabas... fingiéndolo todo? —cuestionó Mal con miedo a la respuesta.

Ben calló algunos momentos, evitando responder.