SOLEIL.
Después de la conversación con Ben, me sentía desalentada, pero también decidida. La actitud de Ben y su evidente desdén hacia la situación me habían dejado clara una cosa: si él realmente estaba tan cegado por sus sentimientos hacia Mal, eso no era un problema que pudiera resolver. Yo tenía cosas más importantes en las que concentrarme.
Dejé a un lado completamente lo que había pasado con Ben. No podía permitirme seguir desgastándome por alguien que no estaba dispuesto a ver la realidad. La verdad era que el futuro rey podía enamorarse de quien quisiera; no era mi responsabilidad cambiar sus sentimientos. Mi deber era mantener el enfoque en lo que realmente importaba: el bienestar de Auradon y el éxito de nuestras misiones.
Me encontraba en mi habitación, tratando de reordenar mis pensamientos. Miré por la ventana y observé el bullicio del reino. La vida seguía su curso, y aunque los desafíos eran constantes, había que enfrentarlos con determinación. Ben y Mal podían seguir con su enredo romántico; yo tenía que concentrarme en cómo mejorar las cosas en Auradon.
—¿Sabes qué? —murmuré para mí misma, con una sonrisa resuelta—. Si Ben ha decidido ignorar el impacto potencial de Mal en el reino, eso es problema de él. No voy a perder más tiempo y energía preocupándome por su vida amorosa. Tengo que centrarme en lo que realmente importa y seguir adelante.
A pesar de la frustración que sentía, me di cuenta de que mi energía debía estar dirigida a las tareas que realmente podían hacer una diferencia. La gestión del reino, las preparaciones para los próximos eventos y la resolución de cualquier otro problema importante eran mi prioridad. La vida amorosa del futuro rey no iba a ser una distracción que me desviara de mis objetivos.
Decidí tomarme un breve respiro y me reuní con Morven y nuestras amigas para disfrutar un momento de distracción y relajación. Nos encontramos en el jardín, rodeadas de flores y charlas animadas. Morven tenía una habilidad especial para hacer que las cosas parecieran mucho más ligeras.
—¡Vamos, Soleil! —exclamó Morven, mientras me arrastraba hacia una mesa llena de bocadillos—. Necesitamos algo de diversión y distracción. Hoy es nuestro día para relajarnos y reírnos un poco.
Asentí con una sonrisa. No podía negar que necesitaba un cambio de ritmo. Estábamos en medio de una conversación ligera cuando Audrey se acercó, visiblemente molesta.
—Oh, miren quiénes están aquí —dijo Audrey, con un tono sarcástico—. La reina del drama y sus secuaces.
—¿Qué pasa, Audrey? —pregunté, levantando una ceja—. ¿Todavía estás molesta por Ben? Ya deberías superar eso.
Audrey bufó. —Es fácil para ti decirlo. Mientras yo tengo que soportar que Ben pase su tiempo con Mal y Chad, tú te diviertes aquí sin preocupaciones.
—Audrey, a todos nos afecta lo que hace Ben, pero eso no significa que tengamos que hacer un drama de todo —respondí con firmeza.
—Claro, tú siempre tan perfecta, ¿verdad? —espetó Audrey, cruzándose de brazos—. Siempre tienes una solución para todo.
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Herederos del destino | Ben Bestia.
Fanfiction|| PRIMER LIBRO COMPLETO. || SEGUNDO EN PROCESO. En el brillante y encantado reino de Auradon, dos príncipes, cada uno con un legado poderoso, han estado en una constante rivalidad desde que tienen memoria. Ben, el heredero carismático y noble del R...