C18: La competencia de nado.

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La última mañana del campamento comenzó con una brisa fría que se colaba en la tienda. A pesar del ambiente helado, me sentía extrañamente animada. Sabía que el día traería una competencia de nado, y aunque me incomodaba el frío, también estaba lista para enfrentar el desafío. Mi mente seguía dando vueltas a la rivalidad que había definido mi relación con Ben desde el primer momento, y ahora parecía que el enfrentamiento en el agua sería la oportunidad perfecta para poner a prueba esa tensión.

Cuando salí de la tienda, el grupo ya estaba reunido alrededor del lago, preparándose para el evento. Miré a mi alrededor, observando cómo todos se preparaban para el gran día. El lago tenía un aspecto brillante bajo la luz del sol, y el grupo parecía estar lleno de energía a pesar de la falta de wifi durante estos días. La emoción era palpable, y no podía evitar sentir una mezcla de nervios y entusiasmo.

—¡Este es el gran día! —exclamó Jay, saltando de un lado a otro mientras organizaba su equipo de baño.

—Sí, sí, todos emocionados por nadar en un lago helado —respondí, tratando de mantener el humor mientras ajustaba mi traje de baño.

Ben pasaba por nuestro lado y metió la boca. —A veces me pregunto si hay algo que realmente disfrutes sin quejarte.

—¡Vamos, Soleil, solo tienes que relajarte! —dijo Evie, riendo e ignorándolo—. No todos los días tenemos una competencia de nado en un lago en medio de un bosque.

Observé a Ben y Mal en la orilla. Ben tenía esa mirada de determinación que siempre me ponía de los nervios. Sabía que él estaba completamente centrado en la competencia, y no podía evitar preguntarme si él veía esto como una forma de demostrar algo, no solo para sí mismo, sino también para mí. Mal estaba a su lado, mirándolo con apoyo, lo que solo hacía que la situación fuera aún más incómoda para mí.

Nos dirigimos hacia la zona de competencia, y me encontré a solas con Morven, que parecía tan animada como siempre.

—No puedo creer que Ben y tú estén en el mismo equipo para la competencia —dijo Morven, mientras observaba el agua—. Esto va a ser interesante, ¿no crees?

—Interesante es una palabra amable para describirlo —respondí, con una sonrisa irónica—. Más bien diría que va a ser una batalla épica.

El árbitro dio la señal de inicio, y los participantes se lanzaron al agua. La primera sensación del agua fría fue un shock para mi cuerpo, pero pronto me concentré en nadar con fuerza. Sentí que Ben estaba justo a mi lado, compitiendo codo a codo conmigo. La adrenalina me mantenía en movimiento, y la presión de la competencia hacía que cada brazada contara.

Mientras nadábamos, escuché las voces de apoyo de nuestros compañeros desde la orilla. Mal, Evie y Jay estaban animando, y a pesar de la tensión, sus gritos de aliento ayudaron a suavizar la atmósfera. A pesar de mi concentración en la carrera, no pude evitar notar cómo Ben estaba completamente enfocado, nadando con una técnica precisa que me hizo darme cuenta de lo mucho que se había preparado para esto.

En un momento, mientras nos acercábamos a la meta, Ben se inclinó hacia mí y dijo:

—No pensé que fueras tan buena nadadora. Pensé que solo estabas aquí para hacerme la vida difícil.

—Nunca subestimes a alguien —le respondí, con una sonrisa desafiante—. Es un error que he visto muchas veces.

Finalmente, llegamos a la meta casi al mismo tiempo. La multitud estalló en vítores mientras salíamos del agua, agotados pero satisfechos. A pesar de la intensidad de la competencia, había algo liberador en el hecho de haberlo dado todo en el agua. Mientras nos secábamos, Jay y Evie se acercaron, todavía animados.

—¡Eso estuvo increíble! —dijo Jay, dándonos una palmadita en la espalda—. ¡Casi no podíamos diferenciarlos en el agua!

Evie rió y agregó:—Sí, fue como ver una batalla épica en versión acuática. ¡Me alegra no haber estado en medio de eso!

La competencia había sido feroz, pero el ambiente entre nosotros se había vuelto más relajado. Ben y yo intercambiamos miradas cansadas pero respetuosas. La rivalidad aún estaba presente, pero también había un reconocimiento de que ambos habíamos dado lo mejor de nosotros.

Más tarde, alrededor de la fogata, nos reunimos para relajarnos y compartir historias. El crepitar de las llamas y el calor de la fogata ofrecían un agradable contraste con el frío de la mañana. Aunque la tensión entre Ben y yo seguía siendo evidente, el ambiente relajado ayudaba a suavizar las asperezas.

—Así que, ¿quién ganó la competencia de nado? —preguntó Morven, acercándose con una sonrisa.

—No fue una victoria clara —dije, acomodándome junto a ella—. Ben y yo estábamos demasiado parejos para que hubiera un verdadero ganador.

Audrey se unió al grupo con una expresión de cansancio. Había estado más reservada durante el día, y no pude evitar sentir una punzada de simpatía por ella. Aunque había habido momentos de fricción, también había algo en el aire que sugería que el campamento había sido una oportunidad para conectar y superar algunas de las tensiones.

—Bueno, al menos no perdimos a nadie en el agua —dije con una sonrisa irónica—. Aunque algunos estuvieron bastante cerca de ahogarse en sus propias expectativas.

—¿Y tú qué, Soleil? —preguntó Jay, con una sonrisa burlona—. ¿Vas a desafiarnos en otra competencia de este tipo?

—No sé si podría soportar otra ronda de rivalidades —respondí, riendo—. Pero, ¿quién sabe? Tal vez haya una competencia de canto en el futuro.

La noche continuó con risas y juegos alrededor de la fogata. La tensión se desvaneció gradualmente a medida que compartíamos historias y chistes. Aunque había habido conflictos, el campamento nos permitió vernos bajo una luz diferente. Ben y yo intercambiamos sonrisas sinceras, y a pesar de la rivalidad, había un sentido de camaradería que no había estado presente antes.

Al final de la noche, cuando el grupo estaba cansado y listo para dormir, me sentí agradecida por el tiempo que habíamos pasado juntos. El campamento no había resuelto todos los problemas, pero había proporcionado una oportunidad para el crecimiento y la reflexión. Mientras me acomodaba en mi saco de dormir, miré el bosque que se alejaba, sintiendo que, a pesar de las tensiones y rivalidades, el tiempo en el bosque había dejado una marca positiva.

La mañana siguiente, mientras empacábamos nuestras cosas y nos preparábamos para regresar al castillo, sentí una mezcla de alivio y gratitud. Aunque el campamento había sido un desafío, también había sido una oportunidad para aprender y conectar. Mientras el autobús se dirigía de regreso a Auradon, me di cuenta de que el campamento había sido un pequeño paso hacia adelante en la resolución de nuestras diferencias, y aunque el camino por recorrer aún era largo, me sentí un poco más en paz con la situación.

Herederos del destino | Ben Bestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora