Ben.
El sol apenas había salido y ya me sentía como si hubiera pasado un día entero. Me levanté, con la vista fija en el calendario que colgaba en la pared de mi habitación. La coronación estaba a solo unas semanas de distancia, y el peso de esa responsabilidad me tenía bajo una presión constante. Cada decisión que tomaba parecía estar bajo un microscopio, y a veces me preguntaba si realmente estaba listo para esto.
Mientras me vestía, no podía dejar de pensar en todo lo que estaba pasando en mi vida últimamente. La llegada de los chicos de la Isla de los Perdidos había sido un gran cambio para todos en Auradon. Mis padres estaban preocupados, y con razón. No era una decisión que tomé a la ligera, pero sentí que merecían una oportunidad. Aunque a veces me pregunto si tomé la decisión correcta.
Mal... Mal era un enigma. Desde el momento en que la vi, algo en ella me intrigó. Pero ahora, todo se sentía diferente. Habíamos tenido un encuentro antes del partido de Tourney, y desde entonces, me siento... extraño. Como si estuviera atrapado en una niebla. En la fecha, hablamos sobre cosas triviales, pero también hubo momentos en que Mal dejó entrever una vulnerabilidad que me desarmó. Sin embargo, después de esa vez, algo cambió en mí. No puedo dejar de pensar en ella, pero al mismo tiempo, hay una parte de mí que duda de mis sentimientos.
Después del partido, hice una declaración de amor a Mal frente a todo el mundo, algo que me llena de vergüenza cada vez que lo recuerdo. ¿Por qué hice eso? No es propio de mí actuar de forma tan impulsiva, especialmente cuando apenas la conozco. Y, sin embargo, no puedo evitar sentirme atraído por ella. Es como si una fuerza invisible me empujara hacia Mal, y no puedo resistirme.
Hoy, planeo otra cita con Mal. Quiero conocerla mejor, entender quién es realmente. Tal vez, al pasar más tiempo juntos, pueda aclarar mis sentimientos. Porque ahora mismo, todo es un torbellino de confusión y estrés. La coronación, los chicos de la isla, Mal... todo se está acumulando, y necesito encontrar un equilibrio.
Durante el desayuno, apenas presté atención a las conversaciones a mi alrededor. Mi mente estaba ocupada planeando nuestra cita. Quizás podríamos ir al lago encantado. Es un lugar tranquilo y hermoso, y podríamos tener un momento de paz, lejos de las miradas curiosas y las expectativas.
Después del desayuno, me dirigí hacia donde sabía que encontraría a Mal. Ella estaba con Evie, Jay y Carlos, como siempre. Me acerqué, tratando de mantener la calma.
—Mal, ¿puedo hablar contigo un momento? —le dije, intentando sonar casual.
Ella me miró con esos ojos verdes penetrantes y asintió, levantándose y siguiéndome a un rincón más privado del patio.
—¿Qué pasa, Ben? —preguntó, con una mezcla de curiosidad y cautela.
Tomé aire, buscando las palabras adecuadas. —Quería saber si te gustaría tener una cita. Tal vez podríamos ir al lago encantado, pasar un rato juntos y... conocernos mejor.
Mal parpadeó, sorprendida. Luego, una sonrisa traviesa se dibujó en sus labios. —Claro, suena bien. ¿Cuándo quieres ir?
—Esta tarde, si estás libre —respondí, sintiendo un ligero alivio al ver su reacción positiva.
—Perfecto, estaré lista —dijo Mal, y se alejó, regresando con sus amigos.
La observé alejarse, sintiéndome un poco más ligero. Tal vez esta cita me ayudaría a entender lo que realmente estaba pasando en mi corazón. Porque necesitaba respuestas, y las necesitaba pronto. La coronación se acercaba rápidamente, y no podía permitirme estar distraído.
Por la tarde, me dirigí al lago encantado, esperando encontrar algo de claridad en el reflejo tranquilo del agua. Mal llegó poco después, y juntos caminamos, hablando de nuestras vidas, nuestros sueños y nuestros miedos.
El lago encantado estaba en su máximo esplendor, el agua reflejando los colores del cielo al atardecer. Mal y yo encontramos un lugar tranquilo cerca de la orilla y nos sentamos. La conversación fluyó más naturalmente de lo que esperaba. Hablamos sobre nuestras infancias, nuestras responsabilidades y los sueños que teníamos para el futuro.
—¿Alguna vez pensaste que acabarías aquí, en Auradon? —pregunté, mirando a Mal.
—Nunca. Siempre pensé que mi vida estaría limitada a la Isla de los Perdidos —respondió ella, su voz suave pero firme. —Pero ahora que estoy aquí, siento que podría haber algo más para mí. Algo más grande.
—¿Te gusta estar aquí? —insistí, buscando entenderla mejor.
—Sí y no. Me gusta la libertad, pero... siempre está la sombra de mi madre. De lo que esperan de mí —dijo, su mirada perdiéndose en el horizonte.
Sentí una punzada de compasión por ella. Quería ayudarla, protegerla de esa sombra. Sin pensarlo demasiado, me levanté y empecé a quitarme la camiseta.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó Mal, con una mezcla de sorpresa y diversión.
—Voy a nadar. Ven, el agua está genial a esta hora del día —le dije, sonriendo.
Mal rió y negó con la cabeza, pero se levantó y se sentó en la orilla mientras yo me metía al agua. El lago estaba fresco y revitalizante, cada brazada alejando un poco del estrés que llevaba encima. Me sumergí, dejándome llevar por la tranquilidad del lugar.
Pero mientras flotaba en el agua, algo extraño sucedió. La niebla que había sentido en mi mente comenzó a disiparse. La fascinación que sentía por Mal empezó a desvanecerse, reemplazada por una sensación de claridad. No entendía por qué, pero de repente, pensé en Soleil. Su imagen apareció en mi mente, brillante y fuerte. ¿Por qué pensaba en ella? No éramos amigos cercanos, apenas podíamos soportarnos mutuamente. Pero allí estaba, su rostro ocupando mis pensamientos.
Salí del agua, confuso y un poco desorientado. Mal me miraba desde la orilla, con una expresión indescifrable.
—¿Estás bien? —preguntó, con una pizca de preocupación.
—Sí, solo necesitaba refrescarme un poco —mentí, sonriendo para tranquilizarla.
Nos sentamos nuevamente y continuamos hablando, pero mi mente estaba en otra parte. ¿Por qué había pensado en Soleil? Y más importante, ¿qué significaba eso?
Mientras el sol se ponía, iluminando el lago con un resplandor dorado, me di cuenta de que, aunque estaba confundido, no estaba solo. Y tal vez, solo tal vez, encontraría las respuestas que buscaba en los ojos de Mal. O en algún lugar más profundo de mi propio corazón.
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Herederos del destino | Ben Bestia.
Fanfiction|| PRIMER LIBRO COMPLETO. || SEGUNDO EN PROCESO. En el brillante y encantado reino de Auradon, dos príncipes, cada uno con un legado poderoso, han estado en una constante rivalidad desde que tienen memoria. Ben, el heredero carismático y noble del R...