Namjoon entró a su caravana y tuvo que encender la luz. Lo que le preocupó.
Encontró a Yoongi dormido encima de su mesa de trabajo. Con los cascos puestos y una agenda llena de garabatos al lado. Su amigo solo trabajaba así cuando sus demonios internos estaban despiertos. Los surcos en las mejillas del otro le partieron el corazón. Hasta se olvidó de Jin por un momento.
Abrió todas las persianas para dejar entrar la luz. Fue hacia la mesa y le quitó despacio los cascos. Lo sacudió para despertarlo. Los ojos inyectados en rojo de Yoongi le miraron intensamente.
-Vamos a la cama, Yoons. – Su compañero se dejó hacer sin rechistar. Lo que aún le preocupó más. Debía estar agotado para no renegar.
Después de arroparlo se sentó junto a él hasta que vio que las arrugas de su frente se disiparon. Min Yoongi era un genio, y como casi todos los genios parte de su talento venía de su alma desgarrada. Sus padres nunca apoyaron su sueño por la música. Luchó contra sí mismo desde joven y su última relación le había dejado tocado y hundido.
Su móvil se iluminó. Era un mensaje de Jin. Empezó a escribir para contestarle, pero ahora tenía otras preocupaciones. Después de todo no iba a estar a la altura. Bloqueó el contacto para evitar distracciones y se dispuso a recoger un poco. A Yoongi le vendría bien el orden cuando despertase.
Tras comprobar el ordenador de su amigo que había guardado todos los cambios, lo apagó. Aun recordaba aquella vez que lo cerró sin hacerlo y el otro estuvo días tratándolo con la Ley del Silencio. No quería una repetición.
Observó con más detenimiento la agenda. No era la letra de Yoongi. Pasó las páginas y aunque había muchas frases sin coherencia. No estaba nada mal. Busco el inicio y se quedó asombrado cuando encontró una anotación realizada por el verdadero dueño de esas letras.
Namjoon no era tonto. Había notado cómo había cambiado el comportamiento de su amigo alrededor del idol, pero no se había dado cuenta de hasta qué punto le estaba afectando. Y además estaba el coreógrafo. La escenita de la noche anterior entre Tae y Hobi debía haber desencadenado algo en su interior. Si Yoongi estaba empezando a sentir cosas, después de cómo había terminado todo la última vez... estaban los dos bien jodidos.
...
Hobi y Taehyung estaban terminando su desayuno cuando Jimin entró en la caravana respirando con dificultad. En cuanto lo vieron ambos se levantaron para ir a ayudarle. Por suerte, el bailarín lo tenía casi controlado. Cerró los ojos en cuanto notó que le sentaban y su mente no pudo evitar volar.
*10 años antes*
Jimin se acurrucó en el frío suelo de la bañera. Estaba tiritando, el agua fría golpeando su cuerpo enrojecido. Se había frotado hasta el dolor, pero al igual que esa misma mañana se seguía sintiendo sucio. Llevó las rodillas a su pecho y sollozó.
La bañera estaba casi llena y Jimin seguía observando el agua del grifo caer. Le gustaría no sentir nada, pero aún podía notar la presión de las manos de Gong Yoo sobre sus caderas. La invasión de la lengua del otro cuando su boca se había abierto por la sorpresa. Su corazón rompiéndose en pedazos junto a sus sueños.
Los rumores tenían razón. Solo era bueno para una cosa. Desde que había empezado a bailar había tenido que escuchar las mismas cosas. Primero fue el "maricón" de la clase y cuando empezó a destacar pasó a ser el "chupapollas" que lo conseguía todo con su cuerpo. Lo más irónico era que, por aquel entonces, Jimin todavía era virgen. Aun así, había escuchado en los castings más veces lo de: "Con esa boca que tienes" que su propio nombre.
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But He Fell Harder [Jikook]
RomansLa historia empieza casi por el final. El día en el que, por fin, Park Jimin se convierte en Jeon Jimin. Eso es importante, pero lo es aun más todo lo que han tenido que pasar para llegar a ese momento. ¿Habrá válido la pena? Espero que sí. Quiero a...