Capitulo 15. Orgasmo

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Antoine  comenzó a besarla, acariciando suavemente su piel, su cuello. Dejó Besos, un camino completo hacia su sexo, no hubo preámbulos, besos largos y apasionados, ella agradeció que él comprendiera esa necesidad que tenía de él sin necesidad de que ella pronunciara las palabras.

Antoine  se dedicó a tocarla por todas partes, ella sabía que tenía ansias, que estaba deseoso de probarla, ella también temblaba de placer, sentía que iba explotar si él no calmaba el calor palpitante de su vagina.

¡Dios mío iba a morirse ahí mismo si los dedos de Antoine  no se apiada aún!

Ella movió las caderas aceleradamente buscando su caricia, al sentir el pene de Antoine  en su vientre, pues tenerlo así,  le provocaba un cosquilleo interno lleno de ansiedad y premura.

—Vas a volverme loca.. —le dijo—.. loca. ¡Dios mío!.. no..

—No es Dios el que tienes entre tus piernas, Ana. —Antoine  comenzó a bajar , hasta llegar a su ombligo, lo chupó y lamió. Aquello le lanzó una onda de Electricidad y ella tembló entre sus manos.

Él siguió bajando y llegó hasta su sexo palpitante, allí comenzó a chupar despacio su clítoris y ella gritó llena de placer.

—¡Antoine !

—¡Eso es! ¡Piensa en mí, solo en mi!

—¡Maldición! — exclamó ella retorciendo sus manos.

—No maldigas Mientras me tienes entre tus piernas.

—Apíadate de mí.. Por favor... —No aguantaba mas. Sentía qu e iba a estallar en cualquier momento.

—Lo que diga mi arañita, Eso haré.

Él besó suavemente la curva de sus  cadera y luego trazó con la lengua por encima del Pequeño capullo en su entrepierna, círculos deliciosos que la hicieron perder la cordura. 

Ana aguantó la respiración y el penetró su vagina con la lengua de manera lenta, inundando sus sentidos y llenándola de él mínimamente.

Pero Annette quería más, deseaba más, quería que él se hundiera en ella de una manera distinta, Como nadie más lo había hecho.

El gemido de placer que ella dejó escapar la sorprendió, aquello era el paraíso.

—Amo como sabes. —sintió el aliento de Antoine  y aquello le hizo contar el vientre por dentro.

—¡Dios mío! ¡no puedo contenerme! ¡haz lo que quieras conmigo! por favor, pero lléname. No... se.. —comenzó a murmurar palabras que ni siquiera ella comprendía.

Deseaba algo más, algo que sólo Antoine  podría darle. Él estaba duro y erecto, el pene de él latía a un lado de su muslo.

Antoine  comenzó a subir y bajar con la boca en su sexo, chupando y absorbiendo cada vez más acelerado.

Sintió uno de los dedos de él en su clítoris que comenzó a trazar círculos, ella movió las caderas y poco a poco fue obteniendo el movimiento que deseaba, que necesitaba  que imperiosamente le rogaba.

—Antoine ...

Colocó las manos en su cabello agarrándole con fuerza, anclandose a él, luego la subió hasta su cabello, y tiró de el, estaba perdiendo el control. Aquello que sentía no podía ser real.

¿Acaso el sexo era así de bueno?

Cuando ella se Había tocado en escasas ocasiones, nunca se había sentido tan fogosa, tan intensamente dispuesta, allí no había reparos, no había miramientos, no había temor, solamente eran ellos dos. Dos cuerpos que habían estado deseandose por demasiado tiempo.

AMANTE DEL FRANCES (EN EDICION ORTOTIPOGRAFICA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora