Se quedaron entretenidos en una pastelería cerca de la oficina que habían encontrado para tener una cita con un decorador de interiores. Marco había tenido la gran idea de quedarse cerca del lugar en caso de que no les diera el tiempo de llegar a la cita, así no tendrían que tomar el tráfico y llegar tarde.
—Entonces... ¿él te engañó o no te engañó con esa periodista? — sin razón lógica Annette había comenzado a contarle su vida.
Así como Marco también le había dado muchos detalles sobre el, por ejemplo: que no conoció a su padre más que por fotografías, que su madre lo había buscado recientemente diciéndole que se había arrepentido de enviarlo en adopción; Marco tenía 35 años, era muchísimo mayor que ella, incluso mayor que Antoine, pero el hombre no lo aparentaba, estaba en su mejor momento.
Según él le había dicho, antes solía ser desgarbado, con la nariz más grande, pues su rostro era bastante delgado, ahora no, ahora cada músculo de su cuerpo estaba en el lugar correcto y en la mejor forma. Se había dedicado a mejorar su aspecto físico.
La familia que lo había adoptado cuando apenas tenía tres años, había sido más que bueno con él, dejando que fuera feliz, educandolo y amándolo como si fuera suyo.
Y él lo era.
Amaba a sus padres adoptivos.
No fue necesario que se lo dijera a Annete, por la forma en como el se expresaba de ellos, era obvio que eran la luz de sus ojos.
Cosa que hizo que Annette añorara la relación con su madre, una que casi no tuvo pues ella murió muchos años atrás.
Y la que tenía con su padre dejaba mucho que desear.
Pero iba a remediarlo, se dijo.
—En realidad no me fue infiel.
—¿no?
—No. Estuvimos separados por 6 meses.
—¿Eso qué significa? — preguntó Marco confundido.
— Lo cierto es que cuando regrese a Burdeos semanas atrás, pretendía divorciarme de él... —ellos dos habían entrado en confianza tan rápidamente que le sorprendía y le asustaba en partes iguales, no iba a negar que extrañaba a sus amigos tanto Maya como Pierre, ellos formaban una parte importante de su vida: estando siempre juntos desde su niñez, adolescencia y adultez.
—¿Cuántos años me dijiste que tienes?
— Tengo 24. No me mires con esos ojos.
—Son los únicos que tengo, y en mi defensa muchos dicen que son hermosos. — se rio él.
—Sabes a lo que me refiero.
—Ninguna mujer tomaría tan a la ligera la sospecha de que su marido le fue infiel. ¿está todo bien en tu cabeza?
— Todo está bien pero no puedo torturarme pensando que se acostó con otra mujer. Yo no lo hice.
—¿Nunca te acostaste con otra mujer? — preguntó el burlándose mientras le daba un sorbo a su café latte.
—Ni con una mujer ni con un hombre, no me acosté con nadie mientras estuve separada de Antoine. No tenía corazón ni deseos de tener sexo con nadie. Estaba sufriendo.
—Duelo. Le diste seis meses de luto a un hombre que pensabas te había comprado,
—Si, suena más fuerte de lo que fue realmente. —intentó ella suavizar un poco las palabras.
Aunque en su momento ella también lo había considerado, se daba cuenta que realmente eran solo dudas normales, la confianza en antoine aun no se había fortalecido cuando ellos se separaron, al final del día, la vida no era como un cuento de hadas, no se encontraba al principe encantador, y se le confiaba la día en dos segundos.
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AMANTE DEL FRANCES (EN EDICION ORTOTIPOGRAFICA)
RomanceAnnette Maréchal a sus veinticuatro años, ha entendido por fin la diferencia entre: ser amada y ser utilizada. Al conocer a Antoine Bourdeu, creyó que su vida iba a estar finalmente completa. Contrajo matrimonio con él, a los dos meses después de co...