Capitulo 26. New york, New york

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Annette

—¿Entonces qué? ¿eso es todo? —le preguntó su amiga mirándola con las cejas enarcadas y los labios apretados. — ¿vas allá, te pasas unas semanas con él y ya sientes que es el hombre perfecto para ti?

—¿De qué estás hablando?! eres mi amiga! ¡me conoces mejor que nadie, Sabes que no hago nada porque si! me analizo mucho antes de tomar una decisión. ¡No es cualquier hombre, es mi esposo!

—No, Annette. Te desconozco. No eres de tomar decisiones apresuradas y te has pasado seis meses de tu vida intentando recuperarte de este dolor que el te ocasionó. ¿Y de un momento a otro decides que no que no importaron las lágrimas? —Su amiga se acercó a ella y colocó las manos en sus hombros mirándola efusivamente. —Mírame y dime que no sientes que esto es una estupidez. Mírame y dime que al menos una mínima parte de ti muy internamente no siente que estás cometiendo un error. ¿Cómo vas a decirle a Pierre que no vas a casarte con él? ¿Cómo pretendes decirle eso al hombre que ha estado ahí apoyándote toda tu vida?

—¿Eso quiere decir que estás de acuerdo? —se sacudió las manos de su amiga y se alejó le dio la vuelta y se dirigió a la cocina, sacó un poco de jugo de arándanos del refrigerador, se lo sirvió en un vaso largo de cristal y lo tomó violentamente, mientras sentía como su corazón latía a toda velocidad.

Dejó el vaso de cristal en el Fregadero con rabia, luego lo lavara.

Recién había llegado a su apartamento en New York, asegurándole a Antoine que lo llamaría después de tener todo en orden para regresar a Francia. Para volver a Burdeos a iniciar una vida con él.

A continuar su camino juntos como esposos.

—¿Te estás escuchando a ti misma? ¡suena como si no quisieras que yo no fuera feliz!

—¡Por eso mismo! —gritó su amiga. Maya no podía creer que Ana estuviera tomando una buena decisión, ella lo veía en sus ojos. Se daba cuenta que no era así.

Pará Maya estaba cometiendo un error garrafal. —Él no es para ti. Ese hombre es tan odioso y apático. ¿No te das cuenta de nada ahora? ¡Cinco minutos con el y ya crees que es el hombre para ti!

—cinco minutos? —preguntó abriendo los ojos y enmarcando las cejas. —¡Cinco minutos! ¡Me casé con Antoine porque lo amo! Dos meses conociéndolo, dos meses fueron más que suficientes para darme cuenta que deseo pasar la vida con él . Me estás observando como si yo hubiese perdido la cabeza, como si él me hubiese lavado el cerebro en esta semana. No sabes lo que ha pasado esta semana.

—¡Pues Cuéntamelo! ¡no me has tomado la llamada desde que te fuiste! ¡has apagado el celular! te mandado WhatsApp todos los días cada vez que entro al trabajo y cada vez que regreso. Tus chicos han estado preguntando por ti, no he tenido una respuesta que darle a Pierre. ¡Desapareciste del mapa! Se suponía que ibas a hacer que él firmara los papeles del divorcio. —Maya se pasó las manos por el rostro con desesperación. Su amiga era rubia de melena larga y abundante que le llegaba hasta el comienzo de las caderas, resaltando aún más su moldeado cuerpo curvilineo. —¿que cambió, Ana? ¿Qué cambió en Burdeos?

Que lo vi, que lo sentí, que me hizo el amor, pensó pero no lo dijo. Prefirió guardar esa información para ella.

—Todo cambió se limitó a decir

—¿Y qué? ¿Con eso es suficiente? ¿crees que esa es la respuesta que debes darme? ¡soy tu amiga, Ana! ¡por el amor de Dios! te escuchado llorar durante horas, estaba ahí contigo secando de cada maldita lágrimas. —Maya Se acercó a ella y cerró la puerta de la nevera de golpe. —Mírame, joder. Mírame a los ojos, Ana, por favor. ¡Esto es una locura! —ella sacudió los brazos histérica. —Estoy apunto de golpearte, necesito pegarte y que entiendas de una vez y por todas que vas a destruir tu vida. Tienes 24 años y él tiene 34, te lleva 10 años. Él ha disfrutado su vida, la ha vivido a la manera que él ha deseado, y tú te vas a quedar trancada en un apartamento con él. Su familia ni siquiera te soporta, tú misma lo dijiste. Ellos nunca quisieron que te casaras con él. ¿Qué cambió? ¿murió la madre? ¿Se suicidó el hermano?

AMANTE DEL FRANCES (EN EDICION ORTOTIPOGRAFICA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora