Capitulo 29. Ya no mas

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—No sabes lo que estás diciendo. Es una locura.

—¿locura? ¿una locura? No. Estoy viendo las cosas finalmente como son. Jamás creí que tú me traicionarías.

—¡No te traición! ¡estás loca! —gritó Maya. —volviste de Francia con un maldito lavado de cerebro. Soy tu amiga Desde que ambas teníamos pañales, desde que correteábamos en el campo detrás de las vacas. He dormido en tu casa, Tú has comido en la mía, me conoces.. —su amiga Comenzó a llorar—¿ cómo puede ser tan injusta?? Cómo puedes decir esa...?

—¿Esa qué? ¿vas a decirme que es una mentira? ¿o que estás así porque he dado justo en el clavo? ¡Porque estoy diciendo la verdad! ¡porque finalmente me doy cuenta que tú fuiste la culpable de que mi matrimonio se haya terminado!

—¡ Claro que no!! no fui yo! —su amiga se acercó a ella y tomó su rostro en las manos frías por el devastador clima de New York. —!Mírame! soy yo, soy la misma Maya con la que te crías te. Soy la misma mejor amiga que fue a tu boda soy la misma..

—Deja de decir que eres mi amiga, no eres mi amiga. Has estado enamorada del hombre con el que se suponía iba a casarme. Eso no es... ¡eso está mal! ¡Es asqueroso! ¿qué... qué iba a pasar cuando me vieras casada con Pierre? ¿que iba a ser de tu vida Cuando supieras que no Sería posible una unión con él?

—¡No será ninguna Maldita sorpresa! ¡lo he sabido toda mi vida! —explotó— he sabido toda mi vida que él no es el hombre para mí. ¡Tú eres la única ciega!! tú eres la única que no lo ha notado!

Su cuerpo se sentía ansioso, desequilibrado, estaba devastada por dentro.

Esa basura de que su amiga se había preocupado por ella toda su vida no se la creía.

Ahora lo ponía todo en duda.

¿Porque cuando comenzó a sentirse atraída por Pierre no se lo dijo?

¡Era su mejor amiga! ¡su hermana!

Ana era hija única y desde siempre se sintió sola y su única compañía, confidente y amiga fue Maya.

Ahora nada de eso no tenía peso ni importancia, porque una mentira podía acabar con toda una vida de verdades, porque ahora le era imposible no poner en duda todos los sus sentimientos que su amiga había expresado por ella.

De todas las personas que Ana pudo haber creído que pudieran hacerle daño a lo largo de su vida, de todas las personas que ella hubiese dudado, temido que la hubiesen traicionado, jamás creyó posible que Maya fuera la que había orquestado su separación con Antoine .

Pero ahora todo tenía sentido: nadie la conocía mejor que su mejor amiga, nadie sabía con certeza que ella iba a estar escuchando en la puerta y que por impulso iba a ir a buscar Antoine y a terminar su matrimonio con apenas horas de haber firmado los documentos.

Porque su amiga había estado ahí con ella antes de conocerlo, Durante los dos meses que estuvieron juntos, ella sabía cuánto lo quería y aún así prefirió...

¿Qué prefirió? se preguntó de pronto.

¿Qué diablos fue lo que prefirió?

Estaba mandando al hombre que ella amaba con otra mujer.

¿Qué clase de persona hacía eso?

Maya se sentó en la cama, la miró con los ojos llorosos, sus lágrimas surcaban sus mejillas, estaba tan triste que por una milésima de segundos Annette quiso sentarse a su lado y consolarla.

—Sigo siendo tu amiga, Ana. Sigo siendo tu amiga. —repitió entre llanto —no me dejes ahora, por favor, no te alejes de mí. Sólo he querido lo mejor para ti.

AMANTE DEL FRANCES (EN EDICION ORTOTIPOGRAFICA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora