—¿Qué haces aquí? ¿no estabas enamorando a tu esposo como si fueras una colegiala?
—Mi esposo se ha puesto impertinente y ha tenido que marcharme lejos de él antes de que mi mano se estampe como un tatuaje en su mejilla.
—¿Tan violenta está la cosa?— preguntó su cuñado sonriendo y pasándole una copa de vino— hidrátate cuñadita. Creo que lo necesitas más que yo.
—Muy gracioso. — pero aún así Annette tomó la copa y le dio un largo trago permitiendo que el calor del vino bajara suavemente por su garganta. —No entiendo como ustedes los hombres pueden ser tan insoportables.
—No me sorprende que un hombre como mi hermano esté dispuesto a cambiar tanto por ti —Ella hizo un chasquido con la lengua poco femenino—Se nota que eres toda una joyita.
—Voy a descargar mi ira contigo y no te conviene. — le gruñó — estoy molesta con el. ¡Dios! no puedo creer que este contándote a ti esto. ¡precisamente a ti que tan mal me caes! — exclamo subiendo su mirada al techo simulando buscar una señal divina.
—Ouch — dijo Joseph llevándose la mano libre al pecho. —Estas peor que mi madre esta noche.
Ante la sola mención de Cecile, Annette se puso de inmediato en tensión y su cuerpo se tornó rígido como cuerda de guitarra recién afinada.
—¿Qué te dijo él exactamente para que vinieras esta noche?
—¿Qué me dijo quién? ¿Antoine?
—¿Te dijo cómo se enteró de que tiene un hermano? — preguntó sin soltar la copa ni dejar de mirarlo — ¿de que ambos tienen un hermano?— Ana frunció el ceño y preocupada observó a Joseph.
—Algo. — dijo él después de unos segundos pensando — me dijo sobre un amorío que tuvo mi madre con un desconocido y producto de ello dio en adopción a quién resulta es mi hermano mayor y no el hombre que he creído toda mi vida.
—Antonio sigue siendo tu hermano mayor, a fin de cuentas eras el menor en todo el sentido de la palabra.
—Muy graciosa, pero no tengo ánimos de esto. He Intentado mantenerme relajado Pero...— él se rascó la cabeza con la mano libre y dudo.
Iba vestido de negro completo de negro a excepción de la correa, que era lo único que destacaba siendo de un color marrón oscuro, combinada con sus zapatos. Tenía las mangas remangadas que dejaban al descubierto unos vellos rubios y abundantes del mismo color de su cabello.
—Estoy preocupada por ustedes dos, no sé si van a poder manejar esto. –– ella se acercó a él y se cruzó de brazos dejando la copa a un lado del desayunador— quiero pensar que son lo suficientemente adultos para darle la oportunidad a Marco de hablar.
—¿Marco? ¿así se llama Entonces?
—Veo que Antonio no te dijo muchas cosas sobre él — estaba confundida, esa era la única manera de describir lo que sintió en ese momento.
¿Como podría ser su esposo tan reservado con algo que obviamente involucra a su hermano de lleno?
¿Por qué no contarle todo lo que sabía? ¿Por qué el ser humano se enfrascaba en darle largas a un problema que al final estallaría de igual forma?
—Solamente me dijo que viniera a cenar hoy y a las 2 horas me llamó para decirme que viniera minutos antes de la hora pautada para analizar la situación. —él encogió los hombros y sonrió. — no cuestiono las decisiones de mi hermano. Normalmente son las acertadas.
—¡Ja! — se mofó ella claramente recordando cada momento en que Joseph había intentado separarlos a ella y a Antoine.
Siendo una clara muestra de que no estaba de acuerdo con su relación y por consiguiente con la decisión que Tony había tomado de casarse con ella.
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AMANTE DEL FRANCES (EN EDICION ORTOTIPOGRAFICA)
RomanceAnnette Maréchal a sus veinticuatro años, ha entendido por fin la diferencia entre: ser amada y ser utilizada. Al conocer a Antoine Bourdeu, creyó que su vida iba a estar finalmente completa. Contrajo matrimonio con él, a los dos meses después de co...