Annette se despertó después de haber hecho el amor más de 3 veces, su cuerpo adolorido le indicaba que había pasado una de las mejores noches de su vida, y se sintió inmensamente feliz.
Sintió los besos de Antoine en su cuello y se movió en su regazo
—Hola, dormilona. ¿Cómo estás? te ves hermosa al despertar junto a mi. —aquello le llenó el corazón de un júbilo extraordinario y difícil de explicarse a sí misma.
¿Cómo era posible volver a enamorarse del mismo hombre que creía haber olvidado?
¿Cómo podría sentir aquello por su esposo, El hombre del que pensaba divorciarse al finalizar la semana?
Antoine la miró con sus ojos verdes intensos acariciando su alma con el brillo de estos
—¿Por qué me miras así? —le preguntó —¿qué sucede?— ella pestañeó intentando ocultar sus dudas.
El calor que se estaba instaurando en su garganta, ese nudo que no dejaba que pronunciar las palabras, se hizo cada segundo más pesado.
¿Cómo decirle a Antoine que se había empezado a arrepentir ?
¿Cómo decirle que no quería divorciarse después de haber hecho el amor con el?
Más que nada, como Llamar a su prometido, a su mejor amigo, y decirle que no iba a casarse con él porque quería mantenerse casada con Antoine ,con el hombre que la hizo su esposa, el hombre que le arrebató su virginidad y que la amó durante horas como nadie lo había hecho y como ella jamás Quería que alguien más lo hiciera
—Un dólar por tus pensamientos.— le dijo él sonriendo y besando su nariz con cariño.
—Estoy pensando algunas cosas.
—¿Cómo cuáles? sabes que odio la ambigüedad. Se franca conmigo. ¿que está pasando?
Ella no quería perder el contacto de sus brazos y se dio cuenta que al expresar sus sentimientos sus dudas iba a tener que separarse de él, mantener la distancia.
Necesitaba refrescar su mente, ella misma darle rumbo a sus pensamientos y después de tener los ubicados, expresarse sin que ofendiera a Antoine ni hundiéndose ella.
Lo que menos deseaba era confundir lo que estaba sintiendo en ese momento.
—Necesito darme una ducha. Ella se levantó de la cama estropeada. le dolía el cuerpo en su sexo ardía como si estuviera en carne viva. .
Antoine con la ligera Barba que llevaba la vía rasguñado suavemente en la cara interna de sus muslos, cosa que en vez de incomodarla, le había subido aún más el libido.
Ella se había vuelto una fiera sexual.
¿todas las relaciones eran así? ¿todas las parejas perdían el control y el pudor cuando estaban teniendo sexo? ¿cuando hacían el amor?
¡porque, Caramba! estaba segura que habían hecho el amor.
Ni siquiera los minutos que pasaron perdiéndose uno en el otro cuando estaban en la calle podría catalogarlo como sexo ordinario.
Referente a Antoine Bourdeau nada era ordinario, nada era normal.
El estaba desnudo y la vio con los ojos ardientes, se colocó las manos detrás de la cabeza y observó cada uno de los movimientos de ella.
—Lo decía en serio cuando Anoche te comenté que tenías un culo precioso. ——ella se rió y sintió que se sonrojó de los pies a la cabeza. Sus pechos la traicionaron y se endurecieron Al igual como su abdomen se contrajo y sintió el calor entre sus piernas.
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AMANTE DEL FRANCES (EN EDICION ORTOTIPOGRAFICA)
RomanceAnnette Maréchal a sus veinticuatro años, ha entendido por fin la diferencia entre: ser amada y ser utilizada. Al conocer a Antoine Bourdeu, creyó que su vida iba a estar finalmente completa. Contrajo matrimonio con él, a los dos meses después de co...