Annette puso su mano sobre el pecho de Antoine y sintió el calor de su piel a través de su camisa. Ella pensó que él estaba con ella por todo lo que sucedió en el pasado, y él se comprometió a serle fiel. Él la amaba, estaba segura de ello, su cuerpo y su corazón se lo decían a gritos feroces, su esposo la adoraba, pero aun así, algo le sucedía y el no se lo confesaba, no confiaba en ella. ¿Por qué razón?
Tal vez creía que ella podía dejarlo otra vez
Pero ella no tenía intención de hacerlo. Así que decidió tomar la mejor arma que tenía y voltearla a su favor.
Antoine quería hacer el amor con ella, sentía su deseo, sus ganas, las ansias que había estado acaparando su cuerpo desde hacía tantos días.
Así que estaría con él, lo amaría, se entregaría por completo, y una vez su tan atractivo esposo, estuviera saciado, le volvería a preguntar.
Porque no podía quedarse tranquila de brazos cruzados mientras veía como Tony se maltrataba y perdía.
Ella no iba a dejar que su esposo se perdiera sumido en un mundo de preocupaciones y dolor. No podía seguir negando la necesidad de estar con su marido. Cuando volvió a besar su boca, ella suspiró.
No pudo resistir la insidiosa pasión que envolvía sus venas, pechos ..., ni pudo resistir el deseo de deseo que la envolvió. Tampoco podía llamarse a engaños, ella también lo deseaba.
Lentamente, abrió la boca y escuchó el profundo gemido de Diego mientras guiaba su lengua hacia su cálida calidez. Siguió besándola hasta que ella tembló de alegría. Luego la tomó en sus brazos con mucha naturalidad, la llevó al dormitorio principal y la puso sobre la cama. Ella le acarició el pelo dorado y le instó a que se acercara a ella.
— Eres tan hermosa que me duele no ser suficiente para ti. — murmuró él mientras se alejaba de ella y la observaba con fiereza.
—No te alejes.
— Quiero verte...
— Y yo quiero...necesito que me hagas el amor. Así que olvídate de tu..
—¿Estas intensa esta noche? — pregunto Antoine Jocoso pero sin que su mirada brillosa cambiara.
La habitación estaba a oscuras y solo la luz del pasillo penetraba en el lugar, haciendo que solo la silueta de ellos pudiera ser observada.
— No seas arrogante.
—Lo soy. Pídeme otra cosa. — respondió el.
— Hazme el amor, Tony. — le pidió honesta y franca.
Quizá al desnudarse su intención había estado clara, pero ahora, al tenerlo allí, ella desnuda en la cama, con nada más que la sábana bajo su espalda, la presión que comenzaba a desarrollarse en su vientre, le decía que ella estaba tan envuelta y maniatada como su marido. Tan deseosa de yacer con él como Tony lo estaba de ella.
—Tus deseos son órdenes para mi, arañita.
Antoine se acercó a ella despacio, se agachó delante de sus pies con una pedicura de hacia unos días, y Annette sintió como los labios de él comenzaron a esparcir pequeños besos en cada pedacito de ellos.
La espera la estaba matando.
Pero siempre había sido así.
Desde que habían estado en la casa de la playa.
Antoine había sabido cómo hacerla esperar y que dicha espera valiera la pena.
—Hacía tanto que no estábamos juntos
ESTÁS LEYENDO
AMANTE DEL FRANCES (EN EDICION ORTOTIPOGRAFICA)
RomanceAnnette Maréchal a sus veinticuatro años, ha entendido por fin la diferencia entre: ser amada y ser utilizada. Al conocer a Antoine Bourdeu, creyó que su vida iba a estar finalmente completa. Contrajo matrimonio con él, a los dos meses después de co...