Señor y Señora Maldonado💍 Quackity x TU +18 🔥|2/2|TERMINADA

Capítulo 59| Sofia Maldonado.

Señor y Señora Maldonado.

Pocos capítulos.

La voz de Alex era fría al igual que su mirada, sus puños estaban completamente cerrados y su cuerpo estaba tenso.

La única razón por la cual Alex no ataca era porque era su madre, este enojo ya lo había visto antes y no se detuvo, al segundo ya había tirado el primero golpe, duro y preciso, como sus palabras en esté momento.

—Quiero que te largues de mi casa y dejes en paz a mi familia.—ordenó nuevamente, pero ahora levantando un poco más la voz, provocando así que nuestra bebé soltara un grito.

Papá nunca gritaba, nadie lo hacía en realidad, nuestra pobre niña se había asustado.

Rápidamente comencé arrullar a Isabella en mis brazos, tratando así de tranquilizarla.

—Asustaste a mi nieto. —susurró observándome.

—Sólo váyase.—dije.

—¿Vas a permitir que ella me hable así?—cuestionó con cara de asco a Alex.

—Sólo lárgate, ¿te cuesta tanto entender que no te queremos aquí?

—Por dios Alexis, estás siendo demasiado grosero con tu madre, después de todo lo que hice por ti, por ella—me señaló—por tus hermanos, ¿te atreves a correrme de tu casa?

—Y no sólo de eso soy capaz, así que te lo digo de buena manera, vete de mi casa o...—

—¿Oh que?—preguntó igualando la mirada fría y penetrante de su hijo.

De pronto, para nuestra mala suerte, un llanto se escuchó en el segundo piso, Alex se había despertado.

—¿Otro?—preguntó con sorpresa.—¿Hay otro bebé en casa?

Sofia empujó de Alex y rápidamente intentó subir por las escaleras, pero su acto se vió interrumpido, pues su hijo la había detenido.

Su mano apretaba fuertemente de su brazo, tanto era si fuerza que Sofia soltó un grito del dolor.

Grito que provocó que Isa llorara a un más, teniendo así ahora a los gemelos llorando al mismo tiempo.

La desesperación y la angustia comenzaban apoderarse de mi.

—¿No me dejarás subir?—preguntó la rubia.

—Te largas en este momento.

La mano de Alex tomó bruscamente del brazo de su madre y rápidamente comenzó a jalar de ella, llevándola así hasta la puerta de la casa.

Los ojos de Sofia se encontraban abiertos, ni ella ni yo nos esperábamos que Alex la corriera de tal manera.

—Te he dicho que nos dejes en paz, te repetí mil veces que te largues de mi casa y que nos dejes tranquilos, pero eres tan cabeza dura que me veo obligado hacer esto.

—Eres un mal agradecido.—Dijo entre dientes—los dos lo son, di mi vida por ti, por tus hermanos, me gasté cada centavo con ustedes.

—Cada maldito centavo era de mi padre.—susurró entre dientes mientras apretaba aún más fuerte del brazo de su madre, esta se quejó un poco más de dolor.—y cada maldito centavo lo gastaste en ti también, me diste una empresa en ruinas, faltaba poco para que dejaras en ceros mis cuentas y las de mi padre y no aun conforme con eso vienes, te presentas aquí y quieres jugar al papel de la víctima.

Unos pasos más y Alex había logrado sacar a su madre de la casa.

—No quiero volver a saber de ti, tú no compartes mi apellido.—escupió ahora con asco.—no eres nadie más que una señora en banca rota que juega sucio cuando se le terminan las ideas, escúchame bien "madre", tú no eres nadie.