⊹₊ ⋆ Capítulo 41

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 Otro regalo de su escritora para mis más queridos lectores, disfrútenlo. 

Capítulo  41: ¿Solo tú y él?

Las manos de Atsumu dieron unas palmaditas suaves en el lado vacío de la cama, invitándome a recostarme junto a él. Mi corazón latía con fuerza mientras me sentaba al borde, desatando mis cordones con dedos temblorosos. Me desabroché los pantalones, quedándome solo con la polera y la ropa interior. Sentía una mezcla de nerviosismo y anticipación que me recorría todo el cuerpo.

Atsumu levantó las sábanas para mí, y el gesto me pareció increíblemente íntimo. Me acomodé a su lado, hundiendo mi cabeza en la almohada que él había preparado para mí. Su brazo rodeó mi cuello, y de repente me sentí envuelto en una calidez que amenazaba con derretirme por dentro.

— ¿Quieres iniciar tú con preguntas o quieres que explique todo de una vez? — me preguntó con una voz que parecía acariciar mis oídos.

Mis pies buscaron los suyos instintivamente, como si tuvieran vida propia. Al tocarlos, vi cómo su rostro se relajaba, y sentí una oleada de ternura. Su mano libre encontró mi cara, acariciándome desde la frente hasta el mentón con una delicadeza que me hizo estremecer. Cada toque parecía más significativo que el anterior, como si estuviera memorizando cada centímetro de mi piel.

El alcohol en mi sistema me dio el valor que normalmente me faltaba. 

— ¿Osamu y tú suelen compartir sus parejas? — pregunté sin rodeos, sorprendiéndome a mí mismo por mi atrevimiento.

Vi cómo las arrugas alrededor de sus ojos se acentuaron levemente. Su mirada escrutó la mía como si estuviera tratando de descifrar un enigma. Me sentí expuesto, examinado, pero extrañamente seguro bajo su escrutinio.

— Solíamos, pero no con ese término. — respondió, sin dejar de mirarme con una intensidad que me estremeció todo mi cuerpo.  — A Osamu y a mí nos gusta experimentar, no solemos ser cerrados ante el sexo casual. 

— Oh. — fue todo lo que pude decir, sintiendo cómo mi mundo se tambaleaba con cada palabra suya.

Su risa resonó en la habitación, aligerando momentáneamente la tensión que se había acumulado en mi pecho. Pero la sensación de ligereza duró poco.

— ¿Solo tú y él? — pregunté, notando cómo su diversión se desvanecía gradualmente.

— Él, alguien más y yo, nunca de dos, siempre de tres. — respondió pausadamente, desviando la mirada como si estuviera recordando algo. Arrugó la nariz, visiblemente incómodo. — Incluso, cuatro. 

Sentí como si me hubieran dado un puñetazo en el estómago. Cada palabra era como un cuchillo que se clavaba en mi corazón. Intenté disimular mi conmoción, pero me sentía cada vez más pequeño, más inexperto, más inadecuado.

Mi mente se llenó de preguntas dolorosas. ¿Era por eso que Osamu se había insinuado tan descaradamente? ¿Esperaba que los tres tuviéramos algo? El dolor en mi pecho se intensificó, amenazando con ahogarme. ¿Con cuántas personas se había acostado? ¿Cuántos habían tenido la suerte de estar con él?

Cerré los ojos y suspiré profundamente, intentando procesar la verdad que se me revelaba. Era demasiado doloroso, demasiado abrumador.

— ¿Shouyou? — su voz pronunciando mi nombre me sacó de mi tormenta interna. Abrí los ojos para encontrarme con su rostro lleno de genuina preocupación.

No podía controlar mis emociones. Nunca me había sentido tan devastado. Quería ser racional, entender que todos tenemos un pasado, pero mi corazón se negaba a comprender. Él había sido mi primera vez en todo, absolutamente todo. Y aunque estaba agradecido por todo lo que había aprendido con él, en ese momento nada podía compensar el dolor que sentía.

˚₊‧ 𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚𝐬 ‧₊˚→ ᴀᴛsᴜʜɪɴᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora