Capítulo 37: ¿Por qué estás solo?
Un regalito de la escritora, disfrútenlo.El sol de la tarde bañaba el campus universitario con una luz dorada cuando me despedí de mis compañeros de equipo y de los chicos de la academia Fukurodani. El aire estaba cargado de emociones tras el intenso partido, una mezcla de adrenalina residual y la dulce promesa de lo que estaba por venir. Me quedé con Kageyama hasta que su hermana pasara a recogerlo, observando cómo el cielo se teñía de tonos cálidos, anticipando lo que el destino me tenía preparado. Mientras esperaba a que Atsumu terminara de prepararse, mi corazón latía con una expectación casi dolorosa. Cuando se acercó a mí, con esa sonrisa que siempre lograba derretirme, y me dijo que tenía la tarde libre de actividades universitarias y que era su día libre en el trabajo, sentí como si el mundo se detuviera por un instante. Su propuesta de pasar lo que quedaba del día juntos hizo que mi interior estallara en un frenesí de emociones.
Chillé internamente, una y otra vez, incapaz de contener la alegría que amenazaba con desbordarme. A pesar de que aún llevaba mi uniforme escolar, en ese momento no me importaba en absoluto. La perspectiva de estar a solas con Atsumu, sin compromisos ni interrupciones, era todo lo que podía pedir. La idea de que pudiéramos decidir juntos qué hacer, de que nuestros caminos se entrelazaran en una danza improvisada de posibilidades, me emocionaba más allá de las palabras. ¿Sería esta nuestra primera cita oficial? La mera posibilidad hacía que mi corazón se acelerara aún más.
No pude evitar reírme, ocultando mi rostro entre mis manos en un intento fútil de contener la explosión de felicidad que amenazaba con consumirme. Me sentía como si estuviera a punto de estallar de pura dicha.
Buscando un lugar donde esperar, me dirigí hacia la banca de madera que se encontraba fuera de la puerta de la universidad, la misma por la que habíamos entrado con los demás. Mientras me sentaba, mi mirada vagó por los alrededores, observando a las personas que aún permanecían después del partido. El grupo de fans que había visto antes seguía allí, con sus carteles y camisetas de apoyo, y no pude evitar sentir una punzada de empatía al pensar en la tristeza que debían sentir por la derrota de su equipo.
De repente, vi a Oikawa acercándose en mi dirección, su presencia tan imponente como siempre.
— Uuh, pero quién tenemos aquí. — comentó con su característica alegría, alzando su palma para que le chocara los cinco. — Mi rayito de sol, ¿por qué estás solo? ¿Y Tobio? — preguntó, sus ojos escaneando los alrededores en busca de mi compañero de equipo.
— Se fue con su hermana. — respondí, indicándole que se sentara a mi lado. Sentir su presencia familiar era reconfortante, un ancla en medio de la tormenta de emociones que me agitaba.
— Ya veo, ¿y entonces? — inquirió mientras se acomodaba junto a mí. Sentí el roce de su brazo contra el mío, un contacto cálido y reconfortante. En un gesto instintivo, me acerqué más a él, apoyando el costado de mi cabeza en su hombro mientras movía mis piernas rítmicamente, como si intentara canalizar mi nerviosismo a través del movimiento.
— Saldré con Atsumu. — confesé, sintiendo cómo el calor subía a mis mejillas al pronunciar esas palabras en voz alta. La vergüenza y la emoción se mezclaron en mi interior, obligándome a esconder nuevamente mi rostro entre mis manos, aunque esta vez no pude contener la sonrisa que se extendía de oreja a oreja.
— ¿Así que oficialmente están saliendo? — La pregunta de Oikawa flotó en el aire, cargada de curiosidad y un toque de picardía. Nuestras piernas se movían al unísono, como si estuviéramos sincronizados en una danza silenciosa de complicidad.
Me quedé en silencio por un momento, la pregunta resonando en mi mente. En mi corazón, la respuesta era un rotundo "Si" pero la incertidumbre me atenazaba. No quería ser imprudente, consciente de la complejidad de la situación. A pesar de las señales contradictorias que Atsumu me había estado dando, prefería evitar el tema, temeroso de romper la frágil burbuja de felicidad en la que me encontraba.
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˚₊‧ 𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚𝐬 ‧₊˚→ ᴀᴛsᴜʜɪɴᴀ
FanfictionUn interés inexplicable emergió, inquietante y profundo, en el corazón de Hinata. Nunca antes había experimentado una atracción tan intensa, y mucho menos hacia otro hombre. Se encontraba al borde de un abismo de emociones desconocidas, a punto de a...