⊹₊ ⋆ Capítulo 23

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Capítulo 23: Fue todo menos normal. 

¡Vaya día! Si alguien me hubiera dicho esta mañana que terminaría pasando horas y horas en casa de Atsumu, probablemente me habría reído en su cara. Pero aquí estoy, tumbado en mi cama, con la cabeza dando vueltas y una sonrisa tonta que no puedo quitarme del rostro. Todo comenzó cuando Atsumu, en un alarde de caballerosidad (o quizás solo culpa), insistió en traerme a casa. Llegamos bastante tarde, por cierto. Tan tarde que mi madre nos recibió con una ceja levantada que rivalizaría con las mejores expresiones de desaprobación de Daichi. Atsumu, el muy pillo, desplegó todo su encanto. Se disculpó profusamente, echándose toda la culpa por la tardanza. " — Lo siento mucho, señora. El tiempo se nos pasó volando. Fue mi culpa por ser tan mal anfitrión y no estar pendiente del reloj".  Mi madre, que normalmente tiene un detector de mentiras más preciso que un polígrafo, pareció derretirse ante su sonrisa. ¡Traidora!

Después de que Atsumu se fuera (no sin antes lanzarme una mirada que me dejó las rodillas temblando), mi madre me sometió a un interrogatorio digno de una película de espías. "—¿Cómo estuvo tu día? ¿Qué hicieron? ¿Por qué llegaste tan tarde?". Y ahí estaba yo, intentando hilar una historia coherente sin revelar que había pasado el día entero prácticamente pegado a los labios de Atsumu."— Oh, ya sabes, mamá. Cosas de chicos. Videojuegos, charlas... ¡El tiempo vuela cuando te diviertes!". Creo que mi risa nerviosa al final fue un poco exagerada, porque mi madre entrecerró los ojos de una manera que me hizo temer que pudiera leer mis pensamientos. Por suerte, años de práctica mintiendo sobre quién se comió la última galleta me salvaron.

La verdad es que el día había sido... bueno, increíble. Después de nuestro pequeño "incidente" en la cocina (aún me ruborizo al recordarlo), Atsumu y yo nos refugiamos en su habitación. Y no, no es lo que estás pensando, mente sucia. Pasamos horas hablando de todo y nada. Descubrí que Atsumu tiene una colección secreta de figuras de acción de superhéroes (¡Quién lo diría!), y que una vez intentó teñirse el pelo de azul pero terminó pareciendo un pitufo deshidratado, por lo cuál, termino decidiendo por un dorado/castaño claro. 

Oh, y por supuesto, el detalle del cepillo de dientes. Atsumu, en su infinita sabiduría, me proporcionó uno nuevo. "— No puedo arriesgarme a que uses eso como excusa para no besarme de nuevo". Dijo con un guiño que casi me hace tragar el cepillo. Muy considerado de su parte, la verdad. Entre risas, confesiones vergonzosas y sí, algunos besos (¡pero nada fuera de lo normal, lo juro!), el tiempo se nos escapó como agua entre los dedos. Fue solo cuando mi teléfono empezó a vibrar como si estuviera poseído que recordé que se suponía que debía estar en otro lugar.

¡Daichi y los demás! La práctica para mañana. En mi defensa, es difícil recordar compromisos cuando tienes a Atsumu mirándote como si fueras la última onigiri en el mundo. Tuve que mandar un mensaje de disculpa tan largo que creo que rompí el récord de caracteres de mi teléfono. Espero que Daichi sea misericordioso mañana, aunque conociéndolo, probablemente me hará correr vueltas extra hasta que mis piernas griten por piedad.

Y ahora aquí estoy, en mi cama, repasando cada momento del día como si fuera una película en mi cabeza. La forma en que Atsumu ríe, echando la cabeza hacia atrás. Cómo sus ojos brillan cuando habla de volleyball. El calor de su mano cuando rozaba "accidentalmente" la mía.

Es mucha información para procesar, lo sé. Parte de mí aún no puede creer que todo esto esté pasando. ¿Yo, con Atsumu? Si alguien me lo hubiera dicho hace una semana, habría pensado que estaban locos. Pero aquí estamos.

Me siento... feliz. Pleno. Como si hubiera descubierto una nueva parte de mí que no sabía que existía. Y sí, también estoy aterrorizado. ¿Qué pasará mañana?¿Seguiremos hablando como solemos hacerlo, cómo amigos? ¿Cómo actuaremos frente a los demás? ¿Y si todo esto es solo un sueño loco y mañana despierto para descubrir que nada ha cambiado? Pero luego recuerdo la forma en que Atsumu me miró antes de irse, esa mezcla de ternura y picardía que parece ser únicamente suya, y todas mis dudas se desvanecen. Sea lo que sea que venga mañana, valdrá la pena si puedo volver a ver esa mirada.

˚₊‧ 𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚𝐬 ‧₊˚→ ᴀᴛsᴜʜɪɴᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora