Capítulo 59: ¿Debería seguir mi intuición?
"— Me dejé llevar, discúlpame." Sus palabras resuenan en mi mente, un eco persistente que se niega a desvanecerse. Recuerdo vívidamente cómo sus dedos, cálidos y ligeramente ásperos, se posaron en mi rostro, acariciando mis mejillas con una delicadeza que contradecía la intensidad de lo que acabábamos de compartir.
Sus ojos, normalmente expresivos y llenos de vida, ahora parecían distantes, como si una neblina invisible se hubiera interpuesto entre nosotros. Su sonrisa, esa que tantas veces había iluminado mi mundo, ahora se sentía superficial, una máscara que ocultaba más de lo que revelaba. Me encontré escudriñando cada matiz de su expresión, buscando desesperadamente algún indicio de sinceridad en esa disculpa. ¿Era genuino arrepentimiento lo que veía, o acaso había una intención oculta tras esas palabras aparentemente inocentes?
El recuerdo de cómo me presentó a su familia ese mismo día me golpea con la fuerza de una ola, dejándome sorprendido.
"— Él es Shouyou, mi novio." dijo con una naturalidad que me dejó atónito. Observé, como si fuera un espectador ajeno a la escena, cómo la sorpresa se dibujaba en los rostros de sus padres, seguida rápidamente por un disgusto mal disimulado que me hizo sentir como un intruso en su perfecta imagen familiar.
Ahora, días después, no puedo evitar cuestionarme la sabiduría de esa revelación abrupta. ¿Fue realmente la mejor decisión soltar esa bomba así, sin preparación alguna? Mi mente, siempre ávida de torturarme con escenarios hipotéticos, imagina el interrogatorio al que seguramente lo sometieron después de dejarme en casa. Preguntas incómodas, miradas de desaprobación, quizás incluso amenazas veladas.
Por un lado, mi corazón se hincha de orgullo al pensar que no me escondió, que no mintió sobre nuestra relación. Pero una voz insidiosa en mi cabeza susurra: ¿era este realmente el momento perfecto? El recuerdo de la mirada escrutadora de su padre, examinándome de pies a cabeza, me persigue. Era evidente lo que habíamos estado haciendo; nuestros labios hinchados y el rubor en nuestras mejillas nos delataban más elocuentemente que cualquier confesión.
Lo que más me desconcierta, sin embargo, es la actitud de Atsumu. Parecía impermeable a los comentarios y miradas de desaprobación de su familia, como si estuviera protegido por un escudo invisible. ¿Es posible que realmente no le importe la opinión de sus padres? ¿O es que su necesidad de rebelarse contra ellos es más fuerte que su deseo de aprobación? Esta faceta de su personalidad, esta aparente indiferencia hacia las consecuencias, me fascina y me aterra.
— Shouyou, ¿estás bien? — La voz de Daichi y su mano en mi hombro me arrancan abruptamente de mis cavilaciones. Parpadeo, desorientado por un momento, antes de recordar dónde estoy. Martes. Práctica de voleibol. El gimnasio, con su olor a sudor y caucho, se materializa a mi alrededor.
Fuerzo una sonrisa, asintiendo mecánicamente. Las palabras salen de mi boca casi sin pensarlas, una excusa para escapar momentáneamente de la preocupación de mi capitán y de las miradas curiosas de mis compañeros de equipo.
— Voy al baño a refrescarme. — digo, y mis piernas me llevan automáticamente hacia ese refugio temporal.
Una vez solo, frente al espejo del baño, mis pensamientos vuelven a girar en torno a Atsumu y los eventos del domingo. Ayer fue él quien dio el primer paso, llamándome, deseándome un buen día. ¿Era culpa lo que motivaba esa inusual muestra de atención?
Nuestra conversación repasa en mi mente una y otra vez. Me armé de valor para preguntarle por qué habíamos continuado esa noche, por qué habíamos cruzado esa línea que, una vez traspasada, no tiene vuelta atrás. Su respuesta, enigmática y evasiva, no hizo más que aumentar mi confusión. Hay una parte de Atsumu que permanece oculta, un lado de su personalidad que se niega a mostrarse completamente. Esta barrera invisible me frustra, me desespera.
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˚₊‧ 𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚𝐬 ‧₊˚→ ᴀᴛsᴜʜɪɴᴀ
FanficUn interés inexplicable emergió, inquietante y profundo, en el corazón de Hinata. Nunca antes había experimentado una atracción tan intensa, y mucho menos hacia otro hombre. Se encontraba al borde de un abismo de emociones desconocidas, a punto de a...