Maratón 3/3 - Capítulo 54: La sorpresa inesperada.
Ahí estaba yo, en medio de los preparativos, cuando de repente, como si el universo quisiera jugarme una mala pasada, apareció Shouyou. Su cabello naranja, normalmente un faro de alegría, ahora parecía arder con la intensidad de mil soles furiosos. Oh, vaya. Esto iba a ser interesante.
— ¿Por qué me estás evitando? ¿Quién es ella? — Sus palabras cortaron el aire como dagas afiladas. Ah, mi pequeño sol, si supieras lo adorable que te ves cuando estás celoso. Casi, casi, vale la pena el drama que estoy a punto de enfrentar.
Dejé el objeto que sostenía sobre la mesa, acercándome a él con la cautela de quien se aproxima a un gato callejero particularmente arisco. Cada paso era un baile delicado entre el deseo de tomarlo entre mis brazos y la necesidad de mantener el misterio un poco más.
— Cariño, ¿qué haces aquí? — Intenté que mi voz sonara suave, tranquilizadora, aunque por dentro estaba maldiciendo a todos los dioses del vóley por este timing tan perfecto. — ¿Viniste solo?
— No me llames así. — Oh, la frialdad en su voz. Casi podía ver el hielo formándose en el aire entre nosotros. Se irguió, clavando esos ojos de ámbar en los míos. — Responde. Ahora.
Me rasqué la barbilla, arrugando la nariz. —Piensa rápido, Atsumu— ¿Cómo salir de esta sin arruinar la sorpresa? Porque, vamos, ¿quién no ama una buena sorpresa? Especialmente cuando has pasado semanas planeándola meticulosamente.
— ¿Tú eres Shouyou? — La voz de Runa, mi compañera se veía tan confusa pero ahora ciertamente alegre.
— Atsumu, ¿Qué sucede? — La voz de Shouyou era apenas un susurro, pero cargada de una amenaza que hizo que un escalofrío recorriera mi espalda. Y no del tipo agradable que suele provocarme.
— ¿A qué hora dijiste que llegarían, Atsumu? — Y ahí estaba Akagi, entrando con los fósforos como si fuera el momento perfecto para una entrada dramática. Se detuvo en seco, probablemente sintiendo la tensión en el aire. "Gracias, amigo, tu sentido de la oportunidad es impecable"
El silencio que siguió fue tan denso que casi podía cortarlo con un cuchillo. Podía sentir todas las miradas sobre mí, esperando una explicación. Pero mis ojos no podían apartarse de Shouyou. Estaba hermoso en su furia, sus mejillas sonrojadas, sus ojos brillantes. Parte de mí quería prolongar este momento solo para seguir admirándolo así.
— Alguien va a empezar a hablar ahora mismo. — declaró Shouyou, su voz apenas un susurro pero cargada de una autoridad que, debo admitir, me resultó increíblemente atractiva. — Y más les vale que sea la verdad.
Puse mis manos sobre sus hombros, sintiendo la tensión en sus músculos. Intenté guiarlo hacia la cocina, deseando tener un momento a solas para explicarle, para calmar esa tormenta que veía formarse en sus ojos. Pero Shouyou, tan terco como siempre, se plantó en el suelo como si sus pies hubieran echado raíces.
En la cocina, finalmente solos, me enfrenté a su mirada acusadora. Cruzó los brazos sobre su pecho, una barrera física que parecía decir "ni se te ocurra intentar tus trucos conmigo". Oh, pero qué poco me conocía si pensaba que eso me detendría.
— ¿Quién es esa? — preguntó, su voz temblorosa de ira apenas contenida. — ¿Hablarás o te quedarás callado?
Tomé aire dramáticamente, preparándome para el acto final. Le dediqué una de mis sonrisas más deslumbrantes, esas que sé que lo derriten por dentro aunque intente negarlo. Vi el momento exacto en que su resolución flaqueó, y sentí una oleada de triunfo.
— Nunca te había visto celoso. — murmuré, acercándome con pasos deliberadamente lentos. Cada movimiento calculado para mantener su atención, para hacer que olvidara momentáneamente su enojo. — ¿Por qué no lo haces más a menudo?
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˚₊‧ 𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚𝐬 ‧₊˚→ ᴀᴛsᴜʜɪɴᴀ
FanficUn interés inexplicable emergió, inquietante y profundo, en el corazón de Hinata. Nunca antes había experimentado una atracción tan intensa, y mucho menos hacia otro hombre. Se encontraba al borde de un abismo de emociones desconocidas, a punto de a...