⊹₊ ⋆ Capítulo 17

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Capítulo 17: Somos amigos. 

El martes se cernía sobre mí como una sombra ineludible, un preludio a la reunión que se avecinaba con el grupo de Atsumu. La anticipación se mezclaba con una ansiedad creciente, formando un nudo en mi estómago que parecía apretarse con cada hora que pasaba. Me encontraba en un estado de introspección constante, cuestionando mi capacidad para enfrentar el desafío emocional que suponía volver a verlo.

La remembranza de nuestro último encuentro persistía en mi mente con una claridad dolorosa. Mis intentos de proyectar una imagen de normalidad habían resultado en un espectáculo de torpeza y nerviosismo que, estaba seguro, no había pasado desapercibido para nadie, mucho menos para él. La discrepancia entre mi deseo de parecer compuesto y la realidad de mi comportamiento era un abismo que me atormentaba, alimentando mis inseguridades y amplificando mis temores.

Repasaba mentalmente cada interacción, cada gesto y palabra intercambiada, analizándolos con un escrutinio implacable. Mis respuestas entrecortadas, mis miradas esquivas, mi lenguaje corporal tenso; todo ello formaba un mosaico de evidencias que apuntaban a mi incapacidad para mantener la compostura en su presencia. La ironía de la situación no se me escapaba: cuanto más me esforzaba por parecer desafectado, más obvio se hacía mi tumulto interior.

Atsumu, con su perspicacia habitual, había percibido la irregularidad en mi comportamiento. Sus intentos de iniciar una conversación, esos momentos que en circunstancias normales habría atesorado, se convirtieron en fuentes de pánico. Cada pregunta suya era como un anzuelo que amenazaba con sacar a la superficie mis sentimientos más profundos y sensibles. Mi respuesta instintiva fue el retraimiento, una barrera defensiva que erigí con cada monosílabo y cada evasiva.

El clímax de mi desasosiego llegó cuando, en un gesto que ahora reconozco como de genuina preocupación, Atsumu descendió del vehículo para corroborar mi bienestar. Ese momento, que debería haber sido una oportunidad para la conexión y la honestidad, se convirtió en el epítome de mi autoimpuesta alienación. Mi respuesta, fría y cortante, fue como un muro de hielo entre nosotros. La rapidez con la que me refugié en la seguridad de mi hogar fue proporcional al miedo que sentía de ser descubierto, de que mis emociones quedaran expuestas bajo su mirada inquisitiva.

El ascenso por las escaleras hacia mi habitación se convirtió en un peregrinaje de arrepentimiento. Cada peldaño parecía multiplicar el peso de mis acciones, la conciencia de las oportunidades desperdiciadas y las palabras no dichas. Al cerrar la puerta de mi cuarto, el silencio amplificó el eco de mis pensamientos, una cacofonía de "y si" y "debería haber" que amenazaba con ahogarme.

En la soledad de mi espacio personal, la magnitud de mi comportamiento se hizo palpable. La distancia que había impuesto, concebida como un escudo protector, ahora se revelaba como una barrera autodestructiva. Comprendí, con una claridad dolorosa, que mi miedo a la vulnerabilidad estaba saboteando no solo la posibilidad de una conexión más profunda con Atsumu, sino también mi propia autenticidad.

Mientras la noche avanzaba, me encontré atrapado en un limbo de reflexión y autoanálisis. La inminente salida del día siguiente se perfilaba como una encrucijada, una oportunidad para redimir mis acciones o para perpetuar el ciclo de evasión. La perspectiva de enfrentar a Atsumu y al grupo después de mi comportamiento errático era intimidante, pero también albergaba la semilla de una posible transformación.




⋆。˚꒰ঌ Flashback ໒꒱˚。⋆




En el interior del vehículo, una tensión en el ambiente se cernía sobre los dos ocupantes. Hinata Shouyou, el joven de cabello anaranjado, se esforzaba por mantener una fachada de normalidad, aunque su lenguaje corporal traicionaba su aparente calma. Sus ojos, inquietos, fingían mirar al frente, mientras sus manos, húmedas por el nerviosismo, jugueteaban incesantemente con la tela de su pantalón. Este comportamiento no era más que un intento desesperado por ocultar la tormenta emocional que se desataba en su interior.

˚₊‧ 𝐍𝐨 𝐦𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚𝐬 ‧₊˚→ ᴀᴛsᴜʜɪɴᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora