Capítulo 9: En Busca del Maestro

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El sol apenas había despuntado cuando Creus y Valheim se despertaron, aún sintiendo los efectos de la resaca de la noche anterior. Después de un desayuno rápido en la taberna, se dirigieron a las bulliciosas calles de Camelot con un objetivo claro en mente: encontrar un maestro que pudiera entrenarlos.

“Necesitamos a alguien que pueda enseñarnos no solo a luchar, sino también a pensar estratégicamente,” dijo Creus mientras caminaban.

“Conozco a alguien que podría ayudarnos,” respondió Valheim. “Se dice que el Maestro Alaric es uno de los mejores estrategas y guerreros de Camelot. Vive en una torre al norte de la ciudad.”

Decididos, se dirigieron hacia la torre de Alaric. Al llegar, se encontraron con una estructura imponente, rodeada de jardines bien cuidados. Tocaron la puerta y esperaron. Un hombre alto y delgado, con una barba gris y ojos penetrantes, les abrió.

“¿Qué desean?” preguntó con voz firme.

“Somos Creus y Valheim,” dijo Creus. “Buscamos entrenamiento y sabiduría. Nos han dicho que usted es el mejor maestro de Camelot.”

Alaric los observó detenidamente antes de responder. “Entrar y demostrarme que sois dignos de mi tiempo.”

Los llevó a un amplio salón de entrenamiento, lleno de armas y armaduras. “Primero, quiero ver vuestras habilidades,” dijo, señalando una serie de maniquíes de combate.

Creus y Valheim se prepararon y comenzaron a demostrar sus técnicas. Creus mostró su destreza con el espadón, mientras que Valheim impresionó con su fuerza bruta y habilidades de combate cuerpo a cuerpo. Alaric los observaba en silencio, evaluando cada movimiento.

“Tenéis potencial,” dijo finalmente. “Pero el camino hacia la verdadera maestría es largo y arduo. Si estáis dispuestos a seguirlo, os entrenaré.”

“Estamos listos,” respondieron ambos al unísono.

Durante las semanas siguientes, Alaric los sometió a un riguroso entrenamiento que puso a prueba sus límites físicos y mentales. Desde el amanecer hasta el anochecer, no hubo descanso.

Entrenamiento Infernal

El primer día comenzó con una carrera a través de un terreno accidentado, lleno de obstáculos naturales. “¡Más rápido!” gritaba Alaric. “En una batalla, la velocidad puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.”

Después de la carrera, pasaron horas practicando técnicas de combate cuerpo a cuerpo. Alaric no mostraba piedad, corrigiendo cada error con dureza. “¡Otra vez!” ordenaba, y Creus y Valheim repetían los movimientos hasta que sus músculos ardían.

Las noches no ofrecían alivio. Alaric los despertaba en medio de la noche para ejercicios de resistencia y concentración. “Un guerrero debe estar siempre alerta,” decía. “El enemigo no espera a que estés listo.”

Los días se convirtieron en una rutina agotadora. Cada mañana comenzaba con ejercicios de fuerza, levantando pesadas piedras y troncos. Luego, practicaban con armas, perfeccionando su técnica con espadas, lanzas y arcos. Alaric los empujaba a sus límites, exigiendo perfección.

“¡Más fuerte, Creus! ¡Más rápido, Valheim!” gritaba. “No hay lugar para la debilidad en el campo de batalla.”

El entrenamiento mental era igual de intenso. Alaric les enseñaba tácticas y estrategias, desafiándolos con complejos problemas de guerra. “La mente es tu arma más poderosa,” les recordaba. “Un guerrero inteligente puede vencer a un enemigo más fuerte.”

Desafíos y Superación

Un día, Alaric los llevó a un bosque cercano. “Hoy, os enfrentaréis a un enemigo formidable,” dijo, señalando a un grupo de guerreros experimentados que se acercaban.

Creus y Valheim se prepararon para el combate. La batalla fue intensa, pero gracias a las enseñanzas de Alaric, lograron trabajar en equipo y derrotar a sus oponentes. Cada golpe, cada movimiento, era una prueba de su entrenamiento.

“Bien hecho,” dijo Alaric, satisfecho. “Habéis demostrado que sois capaces de aprender y adaptaros. Pero recordad, siempre hay más por aprender.”

Esa noche, mientras descansaban junto a una hoguera, Creus reflexionó sobre todo lo que habían aprendido. “Estamos en el camino correcto,” dijo, mirando a Valheim. “Con Alaric como nuestro maestro, seremos capaces de proteger a nuestros compañeros y enfrentar cualquier desafío.”

Valheim asintió, sonriendo. “Sí, y juntos, seremos invencibles.”

Two Coins And One SideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora