Capítulo 24: Bajo la Tutela del Director

3 2 0
                                    

Después de la intensa prueba en la oficina del director Blad, Creus y Valheim regresaron a sus habitaciones, exhaustos pero llenos de determinación. Sabían que el camino por delante sería arduo, pero estaban listos para enfrentarlo juntos.

La Visita del Director

A la mañana siguiente, mientras Creus se preparaba para salir de su habitación, escuchó un golpe en la puerta. Al abrirla, se encontró cara a cara con el director Blad. La sorpresa en su rostro era evidente, sus ojos se abrieron como platos y su mandíbula cayó, creando una expresión que era a la vez cómica y asombrosa.

“¿D-director Blad?” tartamudeó Creus, sin poder creer que el director estuviera en su puerta.

Blad, con una sonrisa divertida, asintió. “Sí, Creus. He venido a buscarte. Tenemos mucho que hacer.”

Mientras tanto, en la habitación de Valheim, la escena era igualmente cómica. Valheim estaba en medio de un estiramiento matutino cuando escuchó el golpe en la puerta. Al abrirla y ver al director Blad, su reacción fue aún más exagerada. Sus ojos se agrandaron y su boca se abrió tanto que parecía que iba a desencajarse.

“¡¿Qué?!” exclamó Valheim, casi cayéndose hacia atrás por la sorpresa.

Blad no pudo evitar reírse ante las reacciones de ambos estudiantes. “Vamos, no tenemos todo el día,” dijo, haciendo un gesto para que lo siguieran.

La Junta de Profesores

Blad los llevó a una sala de reuniones donde, con un simple gesto de su mano, convocó a todos los profesores mediante un hechizo de comunicación. En cuestión de minutos, la sala se llenó de los maestros de la Academia de Eldoria, todos con expresiones de curiosidad y expectación.

“Les he convocado para informarles que Creus y Valheim estarán bajo mi tutela de ahora en adelante,” anunció Blad con autoridad. Los profesores intercambiaron miradas, pero ninguno se atrevió a cuestionar la decisión del director. Asintieron en silencio, aceptando la nueva disposición.

Lejos de los Terrenos de la Escuela

Después de la reunión, Blad guió a Creus y Valheim lejos de los terrenos de la escuela. Caminaban por un sendero que se adentraba en un bosque denso y misterioso. La atmósfera era tranquila, pero había una tensión palpable en el aire.

“¿A dónde vamos, director?” preguntó Creus, tratando de mantener la calma.

“Vamos a un lugar donde puedan practicar sin preocupaciones y diligentemente,” respondió Blad, con una sonrisa maliciosa que no pasó desapercibida para los dos jóvenes.

Valheim y Creus intercambiaron miradas nerviosas. La sonrisa del director les dio escalofríos, y ambos sintieron un nudo en el estómago. “Esto será un infierno,” dijeron al unísono, sus voces llenas de resignación.

El Campo de Entrenamiento Secreto

Finalmente, llegaron a un claro en el bosque. El lugar estaba rodeado de árboles altos y densos, creando una barrera natural que los aislaba del resto del mundo. En el centro del claro había una serie de estructuras y equipos de entrenamiento que parecían diseñados para poner a prueba los límites de cualquier guerrero.

“Este es mi campo de entrenamiento personal,” dijo Blad, extendiendo los brazos. “Aquí, no habrá interrupciones ni distracciones. Podrán entrenar al máximo de sus capacidades.”

Creus y Valheim miraron alrededor, impresionados pero también un poco asustados. El lugar emanaba una energía intensa, y podían sentir que cada sesión de entrenamiento aquí sería un desafío monumental.

El Primer Entrenamiento

Blad no perdió tiempo y comenzó a explicar el primer ejercicio. “Hoy, trabajaremos en su resistencia y control de energía. Quiero que mantengan sus armaduras y armas conjuradas mientras realizan una serie de ejercicios físicos.”

Creus y Valheim asintieron, concentrándose en conjurar sus armaduras. La oscuridad envolvió a Creus, formando su armadura y espadón, mientras los rayos chisporroteaban alrededor de Valheim, creando su armadura dorada y sus hachas de batalla.

“Comiencen con una carrera alrededor del claro,” ordenó Blad. “Y recuerden, no deben dejar que sus armaduras se desvanezcan.”

Los dos jóvenes comenzaron a correr, sintiendo el peso de sus armaduras y la energía que requería mantenerlas. Cada paso era un esfuerzo, pero no estaban dispuestos a rendirse. Sabían que este era solo el comienzo de su entrenamiento bajo la tutela del director Blad.

La Determinación de Creus y Valheim

A medida que corrían, Creus y Valheim se dieron cuenta de que el entrenamiento no solo era físico, sino también mental. Tenían que concentrarse en mantener sus armaduras mientras superaban el agotamiento y el dolor. Pero cada vez que uno de ellos flaqueaba, el otro estaba allí para ofrecer palabras de aliento.

“¡No te rindas, Creus!” gritó Valheim, su voz llena de determinación.

“¡Podemos hacerlo, Valheim!” respondió Creus, apretando los dientes y empujando hacia adelante.

Blad observaba desde la distancia, su expresión severa pero con un destello de aprobación en sus ojos. Sabía que estos jóvenes tenían un potencial increíble, y estaba decidido a sacar lo mejor de ellos.

El Fin del Primer Día

Después de lo que pareció una eternidad, Blad finalmente les permitió detenerse. Creus y Valheim cayeron al suelo, jadeando y sudando, pero con una sensación de logro en sus corazones.

“Buen trabajo,” dijo Blad, acercándose a ellos. “Este es solo el comienzo. Mañana, continuaremos con algo aún más desafiante.”

Creus y Valheim se miraron, agotados pero con una chispa de determinación en sus ojos. Sabían que el camino sería difícil, pero estaban listos para enfrentarlo juntos.

“Estamos listos,” dijeron al unísono, sus voces llenas de resolución.

Blad sonrió, satisfecho. “Entonces, descansen bien. Mañana, el verdadero entrenamiento comienza.”

Two Coins And One SideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora