Capítulo 46: Enfrentando el Primer Desafío

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El segundo día comenzó con un cielo nublado y un viento más fuerte que el día anterior. La tripulación del *Aurora* se preparó para un día en el que el mar prometía ser más agitado.

**Mañana:**

Creus se despertó temprano, encontrando el barco balanceándose suavemente en las olas. El desayuno consistió en gachas de avena y frutas secas. Ragnar les informó sobre la posibilidad de una tormenta y la necesidad de estar preparados para cualquier eventualidad.

Durante la mañana, Creus se unió a los marineros para asegurar las velas y verificar los suministros. Elara se le acercó mientras trabajaban. "La vida en el mar puede ser impredecible. Hoy podríamos enfrentar una tormenta o algo aún más peligroso."

Creus asintió. "Estoy preparado para lo que venga. Quiero aprender todo lo que pueda durante este viaje."

**Tarde:**

A medida que el sol avanzaba, el cielo se tornó gris oscuro y la tormenta se desató con furia. Las olas se levantaban imponentes, y el viento aullaba como un lobo salvaje. La tripulación se movía con agilidad, asegurando el barco y manteniéndolo en curso. Creus ayudó a manejar las velas y a estabilizar el barco.

En medio del caos, una figura emergió del agua: una enorme serpiente marina con escamas que reflejaban los relámpagos. Sus ojos, resplandecientes como piedras preciosas, se enfocaron en el barco.

"¡Serpiente del Trueno!" gritó Elara, reconociendo la amenaza. "¡Prepárense para la batalla!"

Creus tomó una lanza prestada de Elara y se preparó para enfrentarse a la criatura. La serpiente, con su longitud imponente, atacó con furia. Las escamas brillaban con una luz eléctrica, y su cola azotaba el agua con una fuerza devastadora.

El combate fue feroz. Creus, junto con Elara y el resto de la tripulación, luchó valientemente para repeler a la serpiente. Con un golpe certero de la lanza, Creus logró perforar uno de los puntos vulnerables de la bestia, debilitándola lo suficiente para que el equipo pudiera terminar el combate. La serpiente se hundió en el mar, dejando una estela de agua turbia.

**Noche:**

Exhaustos pero triunfantes, la tripulación se reunió para una cena improvisada en la bodega del barco. La atmósfera estaba llena de alivio y camaradería. Creus, aunque cansado, se unió a las historias y risas compartidas. La comida consistió en un guiso caliente y pan recién horneado, y las conversaciones giraron en torno a la batalla del día.

Mientras el barco se estabilizaba en la calma después de la tormenta, Creus se dirigió a la proa para contemplar el cielo estrellado. La tranquilidad de la noche contrastaba con la intensidad de la batalla, y Creus sintió una profunda gratitud por la experiencia vivida.

Se retiró a su camarote, reflexionando sobre la fuerza y la determinación que había mostrado. El sueño lo envolvió, y se preparó para un nuevo día de exploraciones y desafíos en el vasto océano.

Two Coins And One SideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora