El amanecer trajo consigo un aire de melancolía al campamento rebelde. Las heridas de la batalla aún eran visibles, tanto en el terreno como en los cuerpos y almas de los guerreros. Creus, con el corazón pesado, sabía que había llegado el momento de tomar una decisión difícil.
Mientras el sol se elevaba en el horizonte, Creus se dirigió a la tienda de Thorne. Encontró al líder rebelde revisando mapas y estrategias, su rostro marcado por la preocupación y el cansancio. Al ver a Creus, Thorne levantó la vista y esbozó una leve sonrisa.
“Creus, me alegra verte. ¿Cómo te sientes después de la batalla?”
Creus tomó una profunda respiración, sintiendo el peso de sus palabras antes de pronunciarlas. “Thorne, he venido a hablar contigo sobre algo importante. He tomado una decisión.”
Thorne frunció el ceño, percibiendo la seriedad en el tono de Creus. “¿De qué se trata?”
“Después de todo lo que ha pasado, he decidido que necesito emprender un nuevo viaje. Quiero buscar renombre y poder, no por ambición, sino para ser más fuerte y poder proteger mejor a nuestros compañeros. Siento que no puedo quedarme aquí por más tiempo.”
Thorne asintió lentamente, comprendiendo las palabras de Creus. “Entiendo. Todos tenemos nuestros propios caminos que seguir. Pero debo decir que tu presencia aquí ha sido invaluable. Nos has demostrado tu valentía y lealtad una y otra vez.”
Creus bajó la mirada, sintiendo una mezcla de tristeza y determinación. “Lo sé, y por eso me duele dejar el campamento. Pero siento que es lo que debo hacer. Quiero disculparme por no poder quedarme, pero también quiero que sepas que si alguna vez necesitan mi ayuda, estaré aquí para ustedes. Siempre consideraré a los rebeldes como mi familia.”
Thorne se acercó a Creus y puso una mano en su hombro. “No necesitas disculparte, Creus. Todos debemos seguir nuestro propio camino. Y sé que, dondequiera que vayas, llevarás contigo el espíritu de los rebeldes. Te deseo lo mejor en tu viaje, y sé que serás un gran guerrero.”
Creus asintió, sintiendo una oleada de gratitud. “Gracias, Thorne. Prometo que regresaré más fuerte y listo para ayudar en cualquier momento.”
Con esas palabras, Creus se despidió de Thorne y salió de la tienda. Mientras caminaba por el campamento, se encontró con sus compañeros, quienes lo miraban con una mezcla de respeto y tristeza. Aria, con el brazo vendado, se acercó a él.
“¿Es cierto que te vas, Creus?” preguntó, su voz temblando ligeramente.
Creus asintió. “Sí, Aria. Pero no es un adiós definitivo. Volveré cuando más me necesiten.”
Aria lo abrazó, y Creus sintió el calor de la camaradería y el apoyo de sus compañeros. “Te extrañaremos, Creus. Cuídate y vuelve pronto.”
Lian, aún cojeando por su herida, también se acercó. “Gracias por salvarme en la batalla. Eres un verdadero héroe, Creus.”
Creus sonrió, sintiendo una mezcla de orgullo y tristeza. “Cuídense todos. Nos volveremos a ver.”
Con el corazón lleno de emociones encontradas, Creus se dirigió hacia el borde del campamento. Antes de partir, se volvió una última vez para mirar a sus compañeros. Sabía que su viaje sería largo y lleno de desafíos, pero estaba decidido a convertirse en el guerrero que los rebeldes necesitaban.
Con paso firme, Creus se adentró en el bosque, dejando atrás el campamento rebelde y a sus amigos. Sabía que su camino sería solitario y peligroso, pero estaba decidido a seguir adelante, buscando un nuevo propósito y una nueva esperanza.
Mientras caminaba, los pensamientos de Creus se arremolinaban en su mente. Sentía una mezcla de tristeza por dejar a sus compañeros y una determinación feroz por mejorar. Recordaba cada rostro, cada momento compartido, y se preguntaba si estaba tomando la decisión correcta.
“¿Estoy haciendo lo correcto?” se preguntaba a sí mismo. “¿Debería quedarme y seguir luchando junto a ellos? Pero, ¿cómo puedo protegerlos si no soy lo suficientemente fuerte?”
Cada paso que daba lo alejaba más del campamento, pero también lo acercaba a su destino. Creus sabía que debía encontrar su propio camino, pero la incertidumbre lo atormentaba. “¿Qué encontraré en mi viaje? ¿Seré capaz de volver más fuerte? ¿O me perderé en el camino?”
El bosque se volvía más denso y oscuro, reflejando sus propios temores y dudas. Pero Creus también sentía una chispa de esperanza. “Debo seguir adelante. No puedo rendirme ahora. Mis compañeros confían en mí, y debo demostrarles que puedo ser el guerrero que necesitan.”
A medida que avanzaba, Creus comenzó a sentir una conexión más profunda con la naturaleza que lo rodeaba. Los árboles, el viento, y los sonidos del bosque parecían susurrarle palabras de aliento. “No estás solo. Sigue adelante. Encuentra tu fuerza interior.”
Con cada paso, Creus se sentía más decidido. Sabía que su viaje sería difícil, pero también sabía que era necesario. “Volveré más fuerte. Volveré para proteger a mis compañeros y demostrarles que su confianza en mí no fue en vano.”
Finalmente, al llegar a un claro iluminado por la luz del sol, Creus se detuvo y miró hacia el horizonte. “Este es solo el comienzo,” pensó. “Mi verdadero viaje comienza ahora.”
Con renovada determinación, Creus continuó su camino, sabiendo que cada paso lo acercaba más a su destino. Y aunque el futuro era incierto, estaba listo para enfrentarlo con valentía y esperanza.
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Two Coins And One Side
Fantasytodo comienza con un joven Creus de 16 años , que es esclavo en el castillo de un noble llamado Sir Gerath , Creus con su ferviente deseo de libertad empieza con su plan