La oscuridad lo envolvía por completo, como un manto frío y denso que presionaba contra su piel y su mente. Creus avanzaba lentamente, sus pasos resonando con ecos que parecían retorcerse en la negrura. El portal lo había arrastrado a un lugar que no reconocía. No había ni arriba ni abajo, ni luz ni sombra, solo vacío, y aun así, podía sentir que algo estaba allí, observando, esperando.
Cada paso que daba lo conectaba más con la energía oscura que fluía a su alrededor. Su *Void Armor* vibraba, como si estuviera en sintonía con el abismo que lo rodeaba. A lo lejos, entre el manto de oscuridad, empezó a distinguir formas. Columnas imponentes surgían de la negrura, como si fueran parte de una ciudad antigua, olvidada por el tiempo y devorada por el abismo.
El aire era pesado, y un eco constante susurraba su nombre, profundo y grave, arrastrado por el viento inexistente.
**"Creus..."**
Su corazón latía con fuerza, pero no de miedo, sino de anticipación. Sabía que lo que lo esperaba más adelante cambiaría todo lo que había conocido sobre sí mismo. La oscuridad en su interior lo empujaba hacia adelante, como una mano invisible que lo guiaba a través de las ruinas.
Avanzó por un pasaje que se abría entre dos columnas de obsidiana. Al cruzarlo, el ambiente cambió. El vacío dio paso a un vasto salón, donde las sombras bailaban en las paredes, como si tuvieran vida propia. En el centro del salón, un enorme altar de piedra negra se alzaba, iluminado por un tenue brillo que parecía emanar de su interior. En sus superficies, símbolos antiguos, grabados con una precisión inquietante, contaban una historia perdida.
Creus se acercó, y al tocar la superficie del altar, una ráfaga de energía recorrió su cuerpo. **Visiones** se apoderaron de su mente: imágenes de guerreros antiguos, cubiertos en la misma oscuridad que ahora lo envolvía, enfrentando seres colosales, monstruos surgidos del mismo abismo. En esas visiones, Creus veía fragmentos de su propio poder, usados de maneras que jamás había imaginado.
La conexión era clara: la oscuridad en su interior no era solo un don, sino una parte de algo mucho más grande. Algo que había existido desde tiempos inmemoriales.
Una voz grave resonó desde lo más profundo de la cámara.
—**Has llegado lejos, Creus... pero apenas has arañado la superficie de lo que eres.**
Creus levantó la cabeza. Frente al altar, una figura surgía lentamente de las sombras. No era una entidad física, sino una forma espectral, una silueta humanoide envuelta en tinieblas. Sus ojos brillaban como brasas, similares a los de Creus cuando activaba su armadura. La figura parecía un reflejo distorsionado de sí mismo, pero más antiguo, más oscuro.
—**¿Quién eres?** —preguntó Creus, su voz firme, aunque la confusión lo embargaba.
—**Soy lo que serás... si sigues adelante. Soy el guardián primer de este lugar, el último portador del poder que ahora resides dentro de ti.**
La figura dio un paso adelante, y las sombras a su alrededor parecían fusionarse con la negrura del salón.
—**Has dominado parte del abismo, pero aún no comprendes su verdadero propósito. Aquí, en este lugar, puedes obtener respuestas, pero debes estar dispuesto a enfrentarlas. Este poder tiene un costo.**
Las palabras resonaron en la mente de Creus, pero en lugar de retroceder, dio un paso hacia adelante, su espadón firmemente sujeto entre sus manos.
—**He sentido este poder desde hace mucho... No me detendré ahora.**
La figura espectral asintió lentamente.
—**Entonces enfrenta tu destino. Aquí aprenderás... o perecerás.**
De repente, el suelo bajo sus pies tembló, y las sombras alrededor del altar se agitaron violentamente. El aire se volvió denso y pesado, y de las profundidades de la sala emergieron criaturas formadas por pura oscuridad, sus cuerpos amorfos retorciéndose y avanzando hacia Creus.
Sin dudarlo, Creus desenvainó su espadón, y su *Void Armor* se intensificó. Las volutas de sombra que lo rodeaban crecieron, envolviéndolo en una armadura más espesa. Los ojos bajo su yelmo brillaban con la intensidad del abismo mientras la verdadera batalla comenzaba.
Una de las criaturas atacó, lanzando un zarpazo que rasgó el aire. Creus esquivó con agilidad y contraatacó, su espadón cortando a través de la criatura. Sin embargo, en lugar de desintegrarse, la sombra se regeneró, volviendo a atacar con mayor ferocidad.
—**Debes aprender a controlar el abismo, Creus. Aquí, tus habilidades no son suficientes.**
La figura espectral observaba desde las sombras, como un maestro vigilando a su aprendiz. Creus sabía que sus ataques físicos no serían suficientes. Cerró los ojos por un breve segundo, recordando las visiones que había visto en el altar. Debía usar su poder de manera diferente.
Enfocando su energía, dejó que la oscuridad fluyera a través de él. Extendió una mano hacia una de las criaturas, y en lugar de atacarla directamente, absorbió parte de su energía oscura. La criatura chilló, debilitándose, y Creus la aniquiló con un golpe preciso.
Uno a uno, fue derrotando a los seres, usando tanto su habilidad con la espada como su creciente control sobre la oscuridad que lo rodeaba. Con cada enemigo abatido, sentía que entendía mejor el poder que habitaba en él, pero también notaba que la oscuridad lo arrastraba más hacia su interior.
Cuando la última criatura cayó, el salón quedó en silencio. La figura espectral lo miró con aprobación.
—**Has demostrado ser digno... pero aún queda mucho por aprender. La oscuridad es vasta y hambrienta, Creus. Si continúas por este camino, deberás sacrificar más de lo que imaginas. Mi prueba a a concluido pero ahora tendrás que ver y probarte con el primer portador y el único que domó al abismo en su mayoría**
Creus, respirando con dificultad, pero sin temor, lo miró fijamente.
—**Estoy listo.**
La figura espectral se volvió cada vez más translúcida hasta que desapareció, pero sus palabras resonaron una vez más en la mente de Creus.
—**Entonces sigue adelante, pero recuerda... el abismo nunca da nada sin pedir algo a cambio.**
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Two Coins And One Side
Fantasiatodo comienza con un joven Creus de 16 años , que es esclavo en el castillo de un noble llamado Sir Gerath , Creus con su ferviente deseo de libertad empieza con su plan