La sala aún resonaba con la energía que Creus había liberado. El aire estaba cargado de poder, y en medio del silencio, la voz del Primer Portador Oscuro rompió la quietud, lenta y firme.—**Lo que has conseguido aquí, Creus, es un logro que pocos alcanzan. Has dominado controlar el poder del abismo... pero solo has tocado la superficie de lo que verdaderamente significa.** —dijo el Portador, su figura ahora más clara, revelando rasgos humanos ocultos bajo la capa de sombras.
Creus levantó la mirada, aún sintiendo el peso de La Crematoria en sus manos. La espada vibraba con energía propia, como si el fuego oscuro que la cubría respondiera a su voluntad, pero también lo desafiara. Aún no comprendía por completo el alcance de lo que había obtenido.
—**Entonces... ¿esto es solo el principio?** —preguntó Creus, con la respiración aún agitada, aunque su mente ya trataba de procesar lo que el Primer Portador le había insinuado.
El Portador asintió, y sus ojos, oscuros como el mismo abismo, lo observaron con una mezcla de respeto y advertencia.
—**El abismo no es solo un poder para ser controlado. Es un ciclo, una fuerza viva que necesita ser comprendida. Lo que has dominado hasta ahora es solo una chispa.** —El Portador levantó una mano, y en el aire comenzaron a formarse imágenes de antiguas figuras envueltas en sombras—. **Otros han caminado este mismo sendero antes que tú, pero pocos han comprendido su verdadera magnitud. Tus habilidades deben ser pulidas, Creus. Lo que ahora ves como una fuerza oscura es, en realidad, una parte de un todo más vasto, un poder que puede moldear mundos si llegas a dominarlo completamente.**
Creus no respondió de inmediato. Sus pensamientos estaban envueltos en el eco de las palabras del Portador. Sabía que el abismo era peligroso, pero ahora comprendía que lo que había experimentado hasta ese momento no era más que un atisbo de lo que podría llegar a ser.
—**¿Cómo... cómo puedo pulir ese poder?** —preguntó finalmente, sin apartar la vista de la figura sombría frente a él.
El Portador sonrió levemente, como si hubiera estado esperando esa pregunta.
—**El abismo te dará las respuestas, pero cada paso en este camino te llevará a enfrentar pruebas más complejas. El poder que has despertado tiene voluntad propia, y cuanto más te adentres en él, más exigirá de ti. Pero recuerda, Creus, la oscuridad no debe consumir lo que eres.**
El Primer Portador Oscuro extendió su mano hacia La Crematoria, y la espada pareció resonar con un leve sonido metálico.
—**La Crematoria... es una espada legendaria. Forjada en las profundidades del abismo, alimentada por las llamas negras que solo responden a aquellos que dominan el poder oscuro. Es única, pero no es la única de su clase.**
Creus levantó la espada, observando cómo las llamas negras danzaban en su filo, brillando con una intensidad inquietante.
—**¿Qué quieres decir?** —preguntó Creus, intrigado.
—**Existen otras espadas, forjadas en distintos rincones del cosmos, con poderes propios, distintas en esencia pero iguales en propósito. Cada una está vinculada a un portador, y cada una es una prueba. La Crematoria te servirá, pero también te desafiará. Ella decidirá si eres digno de desatar todo su potencial.**
El Portador se acercó a Creus, y la energía que emanaba de él parecía envolverlos a ambos. La oscuridad era densa, casi tangible, pero había una paz en ella, una comprensión más allá del simple caos que Creus había experimentado antes.
—**El poder de esta espada Es la corrupción y la destrucción . Es un fuego que destruye y consume lo que toca, pero también renueva a su portador mediante las vidas que cosecha su filo.** —El Primer Portador dio un paso atrás, dejando que Creus absorbiera sus palabras—. **Pero ten cuidado, Creus. Cada vez que desates este poder, perderás una parte de ti si no eres lo suficientemente fuerte para mantener el equilibrio. Esta espada no es solo un arma, es una extensión de tu conexión con el abismo.**
Creus apretó con más fuerza la empuñadura de La Crematoria, sintiendo el pulso rítmico de su poder en sus manos. Sabía que lo que tenía ante él era más que un simple artefacto; era un desafío continuo, un vínculo que lo uniría al abismo de formas que aún no podía entender del todo.
—**Entiendo.** —murmuró Creus, asimilando la advertencia.
—**No, aún no entiendes completamente, pero lo harás.** —dijo el Portador con un tono casi paternal—. **Cuando el tiempo llegue, La Crematoria te revelará todo lo que necesitas saber. Hasta entonces, sigue puliendo tu control sobre el abismo. Solo así podrás enfrentarte a lo que realmente está por venir.**
La figura del Primer Portador Oscuro comenzó a desvanecerse, su presencia disipándose como un eco lejano.
—**Recuerda, Creus. El poder es solo una herramienta, y tú decides qué hacer con él. Pero el abismo siempre reclama lo que da. No lo olvides.** —Con esas últimas palabras, el Primer Portador desapareció por completo, dejando a Creus solo en la vasta sala oscura.
El silencio fue absoluto, y Creus, ahora sosteniendo La Crematoria con firmeza, sabía que este era solo el comienzo de una nueva fase en su viaje. Sus poderes estaban lejos de ser completos, y aunque había dominado una parte del abismo, ahora entendía que el verdadero reto era no perderse en su oscuridad.
Con una última mirada a la espada, dio un paso hacia el vacío que se abría frente a él, sabiendo que lo que le esperaba más allá de la torre oscura sería aún más desafiante. Las palabras del Primer Portador resonaban en su mente, y mientras avanzaba, una nueva determinación se forjaba en su interior.
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Two Coins And One Side
Fantasiatodo comienza con un joven Creus de 16 años , que es esclavo en el castillo de un noble llamado Sir Gerath , Creus con su ferviente deseo de libertad empieza con su plan