A year in Mercedes WOLFFTAPPEN

no me acuerdo (2/2)

La canción no tiene nada que ver no es eso lo que pasa con Max ....el TID tiene Un síntoma llamado lagunas mentales, donde el Alter que sale guarda las memorias parar el y deja sin recordar al principal... Por eso Max se frusta al no recordar

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Toto había aprendido, con los años, a no confiar en las apariencias. En su mundo, lleno de engaños y estrategias, era necesario mirar más allá de la superficie. Y si alguien era una prueba viviente de que las apariencias podían ser increíblemente engañosas, ese era Max Verstappen.

Max era un piloto increíble, implacable en la pista, con una determinación que casi lo hacía parecer insensible.

Pero detrás de esa fachada de frialdad, había un torbellino. Un torbellino que Toto había tenido el privilegio, o la maldición, de presenciar de cerca. El trastorno de identidad disociativo de Max era una carga silenciosa que llevaba, una que pocos conocían y que aún menos comprendían.

Esa noche había empezado como cualquier otra en la que Toto y Max decidían pasar un rato juntos fuera del estrés de las carreras. Un respiro necesario en la tempestad de la Fórmula 1.

Toto había sugerido un restaurante elegante, no muy lejos de su apartamento, un lugar donde pudieran cenar tranquilamente sin demasiadas miradas curiosas. Max, como era su costumbre, había asintido, aceptando la idea sin protestar, aunque Toto sabía que las citas formales no eran lo suyo.

La cena había sido agradable, con conversaciones ligeras sobre todo y nada a la vez. Pero Toto notó algo diferente en Max.

Había algo en su mirada, en la manera en que sus ojos brillaban con una chispa inusual, una que Toto no había visto en él durante mucho tiempo. No era solo el vino; había algo más, algo que Toto no podía precisar.

Después de la cena, Max se levantó de la mesa y extendió su mano hacia Toto con una sonrisa ladina que lo desarmó.

-Vamos a bailar -dijo Max con una naturalidad que dejó a Toto sin palabras por un segundo.

-¿A bailar? -repitió Toto, parpadeando incrédulo. Max, quien solía esquivar cualquier tipo de contacto físico, y ni siquiera era fanático de los espacios cerrados con mucha gente, ¿quería llevarlo a la pista de baile?

Max soltó una pequeña risa, y antes de que Toto pudiera decir algo más, fue arrastrado hacia la pista de baile del pequeño club que estaba al lado del restaurante. La música era suave, melódica, casi perfecta para una noche así, y Toto se dejó llevar, tratando de comprender la situación.

Max lo rodeó con sus brazos de una manera sorprendentemente suave, y Toto, sintiéndose inusualmente expuesto, simplemente apoyó sus manos en los hombros de Max, dejándose guiar

Estaban tan cerca que Toto pudo sentir la calidez del aliento de Max contra su cuello. Era una cercanía que nunca habían compartido antes, al menos no así.

-¿Max? -susurró Toto, buscando en sus ojos alguna señal, algo que le indicara qué estaba pasando.

Pero Max solo sonrió, una sonrisa que no era la habitual de ironía o competitividad, sino algo más... algo íntimo.

-Me gusta estar así contigo, Toto -murmuró Max, apretando ligeramente el agarre-. A veces me cuesta decirlo, pero... quiero estar contigo.