Emilian (pt2)

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El sol estaba en lo alto, calentando la oficina de Toto en el paddock

Toto, el Director del equipo Mercedes-AMG Petronas, revisaba un informe con atención. Aunque la temporada había sido intensa, no podía negar que la tranquilidad de la oficina, combinada con el zumbido constante del paddock, creaba un ambiente extraño pero reconfortante.

De repente, la puerta se abrió con un suave chirrido y Max Verstappen entró, su rostro pálido contrastando con su habitual energía vibrante. Toto alzó la vista, notando inmediatamente que Max no parecía su habitual auto seguro y alegre.

“Hola, Max,” saludó Toto con una mezcla de preocupación y curiosidad. “¿Todo bien?”

Max sonrió débilmente y se acercó al escritorio de Toto, sus pasos lentos y cuidadosos. “Hola, Toto. Necesito hablar contigo.”

Toto se enderezó en su silla, notando el tono serio en la voz de Max. “Claro, ¿qué sucede?”

Max tomó una respiración profunda, intentando encontrar las palabras adecuadas. “Es algo importante… y algo muy personal.”

Toto frunció el ceño. “¿Qué pasa?”

“Bueno, no es fácil de decir,” empezó Max, sus manos nerviosas moviéndose de un lado a otro. “Estoy… estoy embarazado.”

Toto parpadeó, procesando la información. “¿Embarazado? Max, ¿estás hablando en serio?”

Max asintió lentamente. “Sí, lo estoy. Y antes de que empieces a hacer preguntas, quiero que sepas que esto no es algo que esperaba, pero… bueno, aquí estamos.”

Toto se levantó de su silla, caminando alrededor de su escritorio para estar más cerca de Max. “¿Cómo? Quiero decir, ¿cómo es posible?”

Max suspiró, cruzando los brazos sobre su pecho. “Es complicado. Hay algo en mi cuerpo que cambió y, bueno, aquí estoy. No sé si hay algo que se pueda hacer para… no sé, arreglar esto o algo.”

Toto se detuvo, sus pensamientos girando rápidamente. “¿Qué quieres decir con ‘arreglar’? ¿No estás bien? ¿Te sientes mal?”

“No,” dijo Max, sacudiendo la cabeza. “No estoy enfermo. Estoy asustado. Nunca he pensado en ser padre, y mucho menos en serlo de esta manera. No sé qué hacer.”

Toto se acercó a Max, colocando una mano en su hombro en un gesto reconfortante. “Max, esto es… inesperado, pero vamos a enfrentarlo juntos. Primero, ¿te has hecho algún examen médico?”

“Sí, un par,” admitió Max. “Los doctores dicen que todo está bien por ahora, pero que es un proceso raro.”

“Entonces,” dijo Toto, buscando cómo estructurar sus pensamientos. “No hay riesgos inmediatos, ¿no?”

“No, no por ahora. Pero esto está cambiando todo,” explicó Max. “No sé cómo contarle esto a la gente, ni siquiera a mi familia. Estoy asustado, Toto.”

Toto sintió una oleada de empatía. Aunque el embarazo de Max era inesperado, no podía ignorar el hecho de que Max estaba en una situación difícil. “Max, no estás solo en esto. Vamos a encontrar la manera de manejarlo. Juntos. Este es un cambio enorme, pero también es algo hermoso. La paternidad es un viaje, y lo haremos uno que enfrentar juntos.”

Max miró a Toto, su rostro mostrando una mezcla de alivio y ansiedad. “¿De verdad crees que podremos manejarlo?”

“Sí,” dijo Toto con firmeza. “Y si en algún momento sientes que no puedes, me lo dirás. Estamos en esto juntos, Max.”

Max asintió, sintiendo una ola de gratitud. “Gracias, Toto. No sé qué haría sin ti.”

“Y no tienes que hacerlo solo,” respondió Toto. “Ahora, ¿qué tal si vamos a casa y nos relajamos un poco? Podemos hablar con los médicos y prepararnos para esto.”

“Eso suena bien,” dijo Max, sonriendo débilmente. “Siento que estoy en una montaña rusa emocional.”

Toto le dio un abrazo breve pero reconfortante. “Vamos a tomar esto un paso a la vez. Y no te preocupes por nada más en este momento. Nos aseguraremos de que todo esté bien.”

Max sonrió, sintiéndose un poco más aliviado. “Gracias, Toto. Realmente necesitaba escuchar eso.”

“Siempre estaré aquí para ti,” aseguró Toto mientras salían de la oficina.

Con una nueva perspectiva sobre el futuro y una sensación renovada de esperanza, Max y Toto enfrentaron el día con la certeza de que, sin importar cuán inesperado o complicado fuera el camino por delante, lo recorrerían juntos. La vida tenía sus sorpresas, pero también tenía el poder de traer conexiones profundas y significativas en los momentos más inesperados.

A year in Mercedes WOLFFTAPPEN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora