Era un día radiante en el circuito de Silverstone, y la multitud rugía con alegría mientras Max Verstappen cruzaba la línea de meta en primer lugar. La adrenalina corría por sus venas mientras celebraba su victoria con sus compañeros de equipo. Sin embargo, había alguien que esperaba ansiosamente en los boxes, y ese alguien era Toto Wolff, su amante y director del equipo.Max se zambulló en los brazos de Toto en cuanto llegó a él. La sensación de ser abrazado por su pareja lo llenó de una emoción que iba más allá de la victoria. Toto sonrió con orgullo, sus ojos brillando mientras lo miraba.
—¡Lo hiciste, campeón! —exclamó Toto, su voz llena de admiración.
—Sabía que podía hacerlo —respondió Max, su sonrisa ampliándose. Sin embargo, había una chispa traviesa en sus ojos, una anticipación por lo que vendría después.
A medida que los demás miembros del equipo celebraban, Max sintió el deseo crecer en su interior. Le encantaba cuando Toto lo llenaba de besos después de una carrera, y sabía que el momento era perfecto. Con una sonrisa pícara, se apartó un poco, mirando a Toto con un aire de desafío.
—Oye, ¿qué tal si celebramos esta victoria de una manera más privada? —sugirió Max, moviendo las cejas de forma coqueta.
Toto arqueó una ceja, sabiendo exactamente a qué se refería. La idea de robar un momento solo para ellos dos lo excitó.
—¿Y qué tienes en mente? —preguntó Toto, jugando con el cabello de Max.
Max no esperó a que le dieran una respuesta. Sin previo aviso, tomó la mano de Toto y lo llevó hacia el lado del circuito, donde podían estar solos. La emoción de estar en un lugar lleno de energía, combinada con la anticipación de lo que estaba por venir, hizo que su corazón latiera más rápido.
Una vez que encontraron un rincón apartado, Max se volvió hacia Toto, su mirada ardiente.
—Quiero que me llenes de besos, aquí y allá —dijo Max, sonriendo de manera pícara.
Toto lo miró con complicidad, sintiendo cómo una sonrisa se dibujaba en su rostro.
—¿Y tú no te vas a quejar si me tomo mi tiempo? —preguntó, acercándose lentamente.
—Nunca —respondió Max, disfrutando de la tensión que se acumulaba entre ellos.
Toto se inclinó hacia Max, sus labios se encontraron en un beso suave y lleno de amor. Max se sintió en la cima del mundo, pero eso era solo el comienzo. A medida que sus labios se movían, Toto comenzó a trazar un camino de besos por la mandíbula de Max, descendiendo lentamente.
—Mmm… —gimió Max, sintiendo cómo el contacto de los labios de Toto lo hacía estremecer. —Eso se siente increíble.
Toto sonrió contra su piel, disfrutando de la reacción de su novio.
—Te has ganado cada beso, campeón —murmuró, y Max sintió una oleada de calor recorrer su cuerpo.
A medida que Toto continuaba, Max cerró los ojos y se permitió perderse en la sensación. Los besos de Toto eran suaves y cálidos, dejando un rastro de electricidad a su paso. Cada beso era un pequeño destello de placer que lo hacía querer más.
—Besa más abajo —sugirió Max, su voz cargada de deseo.
Toto se detuvo un momento, mirándolo a los ojos.
—¿Estás seguro? —preguntó, un destello de picardía en su mirada.
—Sí —respondió Max, su tono firme y seguro. —Quiero sentirte.
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A year in Mercedes WOLFFTAPPEN
FanfictionPequeños one shots sin seguimiento (algunos) de este ship todo esquizofrénico