Creo que la mayoría se esperaba que la etapa de espiritualidad de Ágatha se acabaría en cualquier momento o que tal vez nunca existió en realidad.
Probablemente la subestimamos demasiado, al menos hasta ahora que utiliza una cadenita con una cruz decorando su cuello.
—Creo que la redención existe—comenta desde uno de los sofás—. Todo aquel que se arrepienta de corazón será perdonado.
—Me caías mejor cuando estabas obsesionada con Leman.—Levi se sirve un vaso con un poco de licor.
—¿Sabes con qué deberías estar obsesionado, hermano? Con tu fe.
—¿Significa que ya no debo preocuparme por que cometas alguna locura por Ónix?
—Tiempo al tiempo, él tarde o temprano sabrá que Dios nos tiene un camino juntos.
—Sí, tú caminarás por los escombros de Tadora mientras él celebra tener un opositor menos.—comento.
Gia sacude los hombros en una pequeña risa y Ágatha se mantiene en una posición serena para seguir con su papel de religiosa al menos por un rato más.
—Tú eres el demonio que lo tienta a incumplir sus deberes, Amatista. Pero Ónix reconocerá que no le vas a traer nada bueno.
—No lo tiento a nada, Ágatha. No hay necesidad de ser una tentación si él cae en el pecado fácilmente con solo mirarme.
Levi se atraganta con lo que bebe e inmediatamente se aclara la garganta para disimularlo, optando por dejar el vaso de regreso en la mesa y dedicarnos su atención.
—Sé que no se han tocado en lo más mínimo—ataca ella—. No te desea.
—Olvida lo que mencioné antes, hermana, prefiero verte convertida en monja.—el rubio alza las manos con rendición.
No tengo más oportunidad de seguir discutiendo con Ágatha, porque en ese instante Cristal se asoma por donde estamos de una manera sigilosa y mueve sus manos con inquietud.
—¿Necesitas algo, Cristal?—pregunto.
Ella guarda silencio por algunos segundos en los que parece que decidirá retirarse y no responder, hasta que se motiva a hacerlo.
—No, bueno... Sí.
—Clara respuesta.—habla Gia.
—Necesito hablar contigo un momento, si no interrumpo nada importante.—sacude ambas manos.
—Nada es importante cuando se trata de los Ener.—responde la morena.
—Eres una Ener.—le recuerda Levi.
—No de nacimiento.
Doy una leve negación con la cabeza y me excuso para acercarme a Cristal y comenzar a caminar para así alejarnos de ellos.
—¿Estás bien?
—¿Cuándo se llevará a cabo una próxima ceremonia?—pregunta de la nada.
Arrugo el entrecejo sin comprender por qué tanto interés en algún baile de repente.
—¿Por qué tendrías interés en eso, Cristal?
—Extraño los bailes, además después de tanto pánico por los últimos sucesos, supongo que es un respiro.
Me esperaría que alguien como Rubí preguntara acerca de un evento, incluso de Ágatha.
¿Pero Cristal?
—Lamento no tener una respuesta a eso, ya que la situación se ha mostrado más riesgosa de lo acostumbrado.
—Entiendo—asiente—, ¿hay alguna otra forma de obtener un esposo?

ESTÁS LEYENDO
Amatista
RomanceElla, una ladrona buscada por los guardias del reino para ser sentenciada. Él, un príncipe frío y malhumorado al que le buscan esposa por obligación. Para el destino esto solo implica una unión.