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Capítulo    11.




El día se pasó demasiado rápido. Atlas no quiso que yo hiciera el trabajo sucio y mucho menos quiso contratar un servicio. Alan y Artemis ayudaron a Atlas. Pasaron todo el día limpiando solo por los celos de Atlas. Alan estaba llorando de vez en cuando ya que se quejaba que Atlas era muy celoso y posesivo. Ahora mismo eran las siete de la tarde y Alan estaba con varios parches en sus manos y cuerpo. Artemis igual y Atlas estaba como si nada. Se veía satisfecho por todo el trabajo que hicieron antes que lloviera.

—Atlas. —Susurró.

—Caprichito. —Besa mi frente feliz.

Me río. Alan mira molestó a Atlas. Vuelve a llorar.

—Ni papá era tan jodido en el trabajo como tu. —Se quejaba Alan.

Me río de nuevo. Momentos más tarde estábamos Atlas y yo abrazados en la cama. El no quería irse sin mi.

—No quiero.

—Solo serán dos meses. Dos meses que verás Berlín, podrás salir con Artemis o Alan de compras si quieres.

—Atlas.

—Ven conmigo.

—No.

—No se si podré soportar sin ti. —Se queja.

—Tendrás que hacerlo. Las cláusulas. —Me río para besarle.

Tocan la puerta del cuarto.

—Atlas es hora.

Alan avisaba algo cansado. Atlas me miraba suplicante. Lo beso de nuevo.

—Cuando vuelvas te recibiré como es debido.

—Siempre puedes llamarme, esperare si quieres ir a Berlín otro día.

—Esta bien lo pensaré.

—Me di el atrevimiento de sacarte un pasaporte hace unos días.

—Me lo imagine. Pero te quedo algo dando vuelta.

—¿Qué?.

—El anillo.

Me río divertida. Atlas quedó en silencio. Abre un compartimiento de su bolso. Saco una cajita. Era un anillo hermoso. Toma uno y me lo pone. Tomé el de el y se lo entregué. Me besa.

—No sueñes en quitártelo.

—Esta bien.

El se ríe para asentir. Se levanta. Se viste y yo igual. Me despedí de ellos. Al irse la casa quedó sola. Vuelvo a la cama. Me fui a dormir. Iba a extrañar creo que a Atlas.










⪩╒༻Una Semana Después ༺╕⪨









Hablaba casi todos los días con Atlas. Le mandaba fotos sobre lo que hacía. Como inicie a limpiar más profundo a la casa. Como encontré cosas y como casi me agarre de las greñas con una señora en la tienda por comprar un tómate. Hora mismo estaba comprando libros nuevos. Quería Lee y usar mi dinero era impresionante. Estaba por pagar con mi tarjeta cuando mi celular suena. Respondo y era Atlas.

«Hola. —Saluda con voz ronca.

»Hola Don Gruñón. —Saludo.

«Pensé que estabas en casa. —Dice de mal humor.

»Estoy comprando libros.

«¿Libros?. —Pregunta confundido.

Se escuchaba risitas de mujeres y se escucho como una le hablaba sensual a Atlas.

CaprichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora