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Capítulo   29.

Estaba en bus. Este era un bus adaptado de Atlas. Tenía asientos, literas y una cocina. Tenía baño y bueno. Todos estaban en las camas y yo…yo estaba acostada jugando con Alan y en una consola. Ambos riendo por que estábamos matando a los enemigos. Call of duty como siempre siendo lo mejor. Estábamos en multijugador. Mientras estábamos divirtiéndonos. Artemis algo serio se sube arriba de nosotros. Me quejó para acomodarme. Seguimos jugando y Artemis se quedó dormido encima de mi. Menos mal que estaba acostumbrada a Atlas. Pasaban las horas. Escuché a Atlas hablar con su madre quien sigue hablando mierda de mi. Se quejaba de que me daba dinero y que era peor que una prostituta. Me tense. Artemis se acomoda en mis tetas y lo fulmino con la mirada pero estaba más dormido y podría jurar que estaba por babear el hijo de su madre.

—¿Alan tu hermano babea cuando duerme?.

—A veces cuando esta muy cansado o cuando está demasiado cómodo.

—Creo que me va a babear. —Digo algo asustada.

—Desea que este cansado por paja y no por comodidad.

—¿Gracias?.

—De nada.

—No ayuda de nada esto.

—Tómalo como halago.

—No ne gusta este halago.

Bufo avergonzada. Seguimos jugando cuando escucho un ronquido. Miro a Alan quien estaba boquiabierto.

—Sip…es comodidad.

—¿Nunca ronca?.

—Antes roncaba, las camas que tiene Atlas son muy cómodas y el ambiente de los cuarto es perfecto para Artemis. Artemis es el genio entre nosotros.

—Pues disfrútalo hijo de tu perra madre.

Me quejó para seguir jugando. Se va el Internet y justo en el momento donde nos estaban atacando. Miro a Alan y el me miraba a mi. Ambos quisimos gritar. Horas pasaban y acabé yo igual bien dormida. Parecía como si me hubieran noqueado.










⪩╒༻Otro Punto De Vista༺╕⪨









Narra Atlas.








Estaba buscando a Karla. No parecía por ni un solo lugar. Al encontrarla me quedé sorprendido. Estaba tan bien escondida entre los mellizos. La reconocí sólo por su cabello. La empiezo a sacar de apoco. Al librarla del agarre Artemis me detiene y su cara soñoliento con una línea de baba que tenía apegado al pecho de Karla. No me hizo nada de gracia.

—Atlas.

—Suelta a mi mujer.

—Es mi cuñada. Tu no la amas. Déjala.

—Cállate.

La saco de ese lugar. La llevo a donde iba a dormir yo un rato. Le quite la blusa. Limpie su pecho con toallas húmedas. Ella despierta aturdida. Me mira y suspira.

—¿Dormiste bien?.

—Me duele la cabeza, cada vez que te veo con otro hombre. —Bufo frustrado.

Ella sonríe.

—Atlas.

—Karla no hagas bromas.

—Te molesta por que te sientes amenazado.

La miro molestó. Quisiera pensar en que ella es una puta cualquiera…pero la conozco tan bien. Su desconfianza es por la mierda que sin pensar hago cuando me siento agobiado. Por esa mierda ya Karla ni piensa en tener momentos conmigo. Hago una mueca triste al pensar en ello. Me acuesto a su lado. Cierro la cápsula. Ella se acomoda.

CaprichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora