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Capítulo   12.



Narra Karla.




Estaba comiendo palomitas. Atlas se estaba quejando que la casa era demasiado grande para nosotros y que demasiado silencio le molestaba. Me dio algo se risa aquello. Acarició al espalda de Atlas quien estaba leyendo uno de los libros que traje conmigo. Traje Boulevard y otro que tengo escondido. Atlas leía el libro y yo aprovechaba de usar mi celular.

—En la cláusula dice que nuestra relación es privada y no puede estar al ojo público. ¿Puedo tomar una foto?. —Pido.

—¿Quieres una foto donde estamos desnudos?. —Ofrece socarrón.

Me río negando.

—¿Has visto las fotos de la gente antigua?.

—¿La que se toma el hombre detrás de su esposa, y ella está sentada, y el de pie?. —Pregunta curioso.

—Sip, pero quiero que la foto ambos estemos muy bien arreglados, quiero una foto que digan al verme, ella es una fiscal. —Me río.

El asiente riendo. Deja el libro. Me besa. Le sigo el beso feliz. Me alegro mucho poder estar con él. Le di unos cuantos besos. Mi cabeza estaba en las nubes. Amaba esos ojos dorados. Esos hermosos ojos dorados con un poco de café tan claro que no se podían percibir con facilidad.

—Caprichito, vamos a ahora. Quiero esa foto. —Sonríe.

—Admítelo, tengo grandes ideas.

—Lo admito, me gustan tus ideas.

Sonrió. Nos cambiamos de ropas y nos fuimos de la mano. Yo con mi ropa tan diferente a la de él. Aún que esta vez me puse unas zapatillas negras junto a unos pantalones que eran ajustados solo hasta la rodilla ya que debajo era grande como una pata de elefante. Una blusa blanca y un poleron mucho más grande que mi cuerpo. Me veía rara pero me sentía más cómoda. Para el clima creo que iba muy desabrigada. Estábamos en otoño aquí, sus inicios de otoño. Llegamos con Atlas al auto. Nos fuimos. Llegando a el lugar que le dije a Atlas. Bajamos a fuera de una tienda. Estaba confundida.

—¿Aquí toman fotos?. —Pregunto.

—Si caprichito, aquí es donde nos harán las ropas que dijiste y nos tomarán foto. —Sonríe.

—¿En serio?. —Me sorprende.

El asiente. Como el lo dijo así fue. Estaba sorprendida de cómo solo en media hora estábamos tomando las fotos. En una de las tantas fotos nos tomamos de las manos de pie. En otra fue una foto donde Atlas quiso que nos estuviéramos besando. Me negué pero el no me dio opción. Las fotos salieron hermosas y realmente fue como un sueño tener estas fotos ya en nuestras manos. Atlas estaba sonriendo. En una donde el estaba detrás de mi tomando una postura de alguien serio y con autoridad. Pero yo delante parecía como si fuera su presa. Me gustaba mucho. En la foto se pudo ver muy bien su cabello que tanto me gustaba. Las fotos nuestros anillos resaltaban. El pidió las copias pero en formatos más pequeños. Estaba curiosa de esto. Al tenerlos todos en formatos pequeños de bolsillo y de formato especial para un álbum de fotos.

—Listos. —Atlas guarda las otras fotos.

Muestra un recibo de Internet en alemán. Ellos asienten y hablan algo en alemán para luego irnos. Estaba con las bolsas en mano. Mis nuevos tacones también fueron hechos en el momento. Me gustaban mucho. Eran realmente cómodos.

—Te vez bien.

—¿No me veo hermosa?. —Pregunto.

—Es que te verías mucho mejor pero debajo de mi. —Sonríe socarrón.

CaprichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora