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Capítulo 42.

Algo que no me gustaba era el hecho de tener que ver a Atlas siendo tan sincero en sus palabras. Sabía que el tenía otros conceptos. Mi consomé estaba rico. Le puse fideos chiquititos o mejor conocido como cabellos de ángel. Bastante verduras y la pechuga de pollo le dio otro sabor más rico. Atlas comió de lo que prepare y se veía bastante feliz. Yo por otro lado estaba en mi dilema. Dejo todo en su lugar para que mañana las sirvientas limpien. Camino al cuarto y Atlas me sigue.

—Quedamos en algo Atlas.

—Quiero a mi mujer conmigo.

—No hasta que cumplas.

—Cuando no te des cuenta ya estaremos en el altar casándonos y teniendo la boda de nuestros sueños.

—Lo dudo.

—Karla te olvidas de quien soy.

—Tu no eres nadie…solo mi ex marido.

El suelta una risita.

—Tu no eres sumisa ni a palos. —Se ríe.

—Lo soy Atlas…pero tu no muestras ser el hombre para esta relación. —Le digo para verle a la cara. — Si yo no soy la sumisa…entonces tu se el sumiso.

—Jamás.

—Entonces nunca me pidas estar de acuerdo con lo tuyo.

—Pronto no dirás lo mismo.

—Eso espero Atlas. Esperó que dios te haga el hombre perfecto para mi. —Sonrío triste.

Mis ojos se llenan de lágrimas. El en seguida me abraza.

—No quise hacerte llorar perdón. —Se disculpa.

—Atlas solo le ruego a dios que te bendiga y te quiera como aun hijo. Solo te pido que seas un buen hijo de él. Dios es el mejor padre…un hombre sin dios para mi no vale nada. Yo quiero. —Mis palabras se atascan.

Atlas me besa. Le sigo el beso.

—¿No me acompañaras a conocer a Dios?.

—Si me amaras como dices…ya estarías buscando en la forma de conocerlo. Es tan fácil. Dios no se esconde. —Me río un poco para besarlo nuevamente. — Quiero que seas un buen hombre para mi por qué yo soy una buena mujer. Atlas yo soy una mujer de voto y tu me hiciste lo que soy.

Lo miro a los ojos.

—Perdóname.

—Te perdonó, solo busca a dios Atlas. Búscalo por favor. Necesito que tengas a dios y seas un buen hijo de él. —Pido.

—Nunca quise deshonrarte de esta forma. —Se disculpa.

—¿Qué tipo de hombre eres Atlas?, ¿Qué tipo de hombre crees que merezco yo?.

El me mira a los ojos con mucho dolor. Niega mientras sus lágrimas caen. El sabe lo que merezco. El lo sabe y no quiere dejarme ir.

—Eres mía.

—Soy de Dios y mientras no seas un hombre convertido. —Lo miro seria. — Si tu no aceptas a Dios realmente y cumples como hijo suyo…yo no soy mujer a la que puedas restablecerte como se debe…como dios manda. Como mi hombre, mi esposo, mi compañero de vida. —Lo miraba con dureza ahora. — Dios manda fidelidad, amor y confianza en nuestros compañeros. Yo sé lo que debo darte como mi marido pero tú…debes aprender tus obligaciones como hijo y como esposo.

—Odio a Ronan.

—No hablo de Ronan, cuando nos casemos dejas de ser hijo para ser hombre de familia y padre de los hijos que yo te daré. —Le digo molesta. — Tu deber como hijo es con Dios no con otra cosa después. Dios te administrará y el espíritu santo te enseñará a ser buen hijo.

CaprichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora