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Capítulo   19.

Mantenía mis ojos observando a Karla. Acabamos de llegar del hospital hace unas cuantas horas. Se mantenía callada y quieta. Yo por otro lado estaba mirando el suero de nuevo. Le puse el suero especial. Me acercó y se lo quito con cuidado. Le puse un parche en donde tenia el piquete de la aguja. Ella me mira molesta aun.

—Debes descansar.

—No dormiré contigo.

—No me interesa lo que digas. Solo recuerda esto Karla. —Me acercó a su rostro. — ten cuidado con lo que lleves puesto…tu sonrisa, mirada…un leve gesto…te tendré gritando debajo de mi y te haré recordar todo lo sucedido antes de esta mierda.

—¿Crees que puedes amenazarme?. —Pregunta molesta.

—Karla tus pa-.

Me calló. La cachetada que me lanzó me dejo atónito. ¿Estaba ella tan enojada?.

—Ten cuidado tu…por que no eres el único Baskerville. —Amenaza.

Esa simple amenaza detonó en mi. La tomó y la subo a mi hombro. Ella grita. Le quito las zapatillas y bragas. Ella gritaba que la suelto. Doy nalgadas. Chilla por las nalgadas. Saco un juguete que tenia para ella. Sabía que no era lo mejor para mí. Pero las ganas me ganan. Lleno de saliva aquel miembro de hule. Entre abro sus pliegues y me siento en la cama. Juego con el miembro de plástico entrando y saliendo de ella. Karla chillaba y gemía de apoco que se acostumbraba a la posición. Seguí así hasta sentir sus piernas tensarse. Su respiración agitada. Muevo ese miembro de hule mucho más rápido para que llegue a su clímax. Lo logra haciéndome sentir excitado. Suelo el miembro para ver como sale de ella. Cae al suelo y yo la dejo de cabeza al suelo. Estaba colgando en mis brazos. Abro mi pantalón y entró en ella sin mucho preámbulo.

Penetrarla de forma lenta nunca fue mi gracia. Tan pronto puedo ya estoy disfrutándolo tanto. Karla gemía y cubría su rostro de vez en cuando. Le agarro los brazos y la obligó a que quede así. No me sentía tan cómodo ahora haciéndolo con ella de esta forma. La levanto para dejarla en la cama. Agarro su cuello y la embisto con fuerza. La dureza de mis embestidas eran casi brutales. Estaba molesto y caliente. Ella quita mi mano de su cuello y lleva este a sus pechos. Sonrío. Me detengo. Ella me hace caer debajo de ella. Ella es quien domina ahora. Lamo mis labios excitado. Sale para darme a entender algo.

—Dilo, quien eres. —Sonrío.

Karla sonríe con malicia y se acomoda de tal forma que ahora montara mi cara. Mi sonrisa no se borra, aumenta y las ganas de querer que ella me monte la cara me superan por mucho.

—Soy tu esposa, amante, amiga y tu jodido capricho Atlas Baskerville. Soy tu señora…Soy La Señora Baskerville. —Habla con voz dominante y firme.

Paso mi lengua por su intimidad. Gruñó por el placer que me dio hacerlo.

—Soy tu esposo, tu hombre. El único hombre que te comerá esta vagina tuya. —Agarro sus muslos obligándola a sentarse sobre mi.

No quiero respirar bien. Quiero lo que me pertenece. Chupo, lamo y juego con su clítoris. Ella estaba gritando de placer. Agarraba con fuerza mi cabello. Sonrío en el proceso. Se sentía tan bien. Siento como su intimidad se calentaba más y se mojaba el doble. Chupo su clítoris. Hago una mezcla de chuparlo y pasar lengua por este. Ella estaba temblorosa. Me detengo para en su entrada meter mi lengua y obligarla a mover sus caderas. Lo hace. Lo sigue haciendo buscando su placer y yo disfrutando de su excitante vagina en mi boca. Estaba siendo mi mujer en este momento. Culmina en su orgasmo mojándome. Me gustó. Se baja de mi temblorosa. Jadeaba fuerte. Me quite la ropa por completo. Rompo la de ella con fuerza. Entro sin permiso en ella. La cama rechinaba ahora de una forma. Ella gemía y sus manos como siempre en mis brazos o hombros.

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