Capítulo 14.
Estaba acostada con Atlas como el dijo. La diferencia que acabamos haciéndolo. No pudimos evitarlo. Mientras estábamos ambos en una sesión de beso la puerta es abierta. Maldigo y Atlas me oculta con su cuerpo molestó.
—¡LA PUTA QUE TE PARIÓ, NO SON JODIDOS NIÑOS PARA NO TOCAR LA PUERTA!.
—La misma que te parió a ti Atlas. Tenemos un problema. —Dice Armin.
—¿Qué problema?. —Pregunto molesta.
—Lo lamento por no dejar que llegarán a su orgasmo. El problema es el siguiente. Mamá está abajo y exigiendo respuestas, papá está aquí igual.
—Voy en seguida.
—Y trajo a la puta esa, con la que mamá quiere casarte. —Dice Armin cruzándose de brazos.
—¿Sasha?.
—¿Sasha?. —Pregunto de igual forma pero confundida.
Atlas me mira tenso. Lo miro confundida pero cuando intento escaparme Atlas me lo impide. Yo trato de escaparme pero acabo acurrucada en sus brazos.
—Vete Armin. —Ordena Atlas.
—Armin se queda. Armin ayúdame a buscarme una bata.
—¿Estás loca?. Eres mi mujer. —Se queja Atlas.
—Pues solo por contrato.
—Si, legalmente estamos casados solo que por un año es este matrimonio. Aún queda año cariño.
—Entonces compórtate. —Le digo molesta.
El asiente. Armin se acerca con una bata y Atlas me aplasta. Bufo. Tomo la bata diciéndole gracias. El se va cerrando la puerta detrás de él. Me levanto frustrada. Me cubro el cuerpo y Atlas me da un sonoro beso.
—Ponte algo donde si pueda manosearte, odio los pantalones.
—No te quejes. Con pantalón o sin el igual me manoseas, pervertido. —Me quejó.
—Te quejas ahora pero mientras estoy en ello, no lo haces.
Le lanzó un zapato. El se ríe. Me voy a bañar. El viene conmigo. La ducha tiene capacidad para dos y eso me gusta. Tiene la boquilla de donde sale el agua grande y alcanza a simular una pequeña lluvia. Me lavo bien el cabello. Siento las manos de Atlas.
—No me toques aquí. —Lo miro amenazante.
—Debo lavar lo que me pertenece, mantener un cuidado en ello es primordial para mi deleite y satisfacción. —Indica sonriendo coqueto.
Lo ignoró algo avergonzada. Si bien me daba vergüenza que me limpiara, aumentaba más al respecto a el que lo hablaba tan abiertamente sobre mi cuidado personal. Si bien no está mal ya que el contrato dice que soy su prioridad y el obviamente el mío. Dejaba en claro que solo el podría hacer esto, pero no quita la vergüenza que siento.
—Abre las piernas cariño.
—Te voy a bañar yo haber si te va a gustar. —Amenazó.
El levanta las manos en signo de rendición. Mientras se aleja de mi yo sigo en lo mío. Me pasó la esponja por el cuerpo. Sigo bañándome tranquila aún que esa tranquilidad se va. Atlas me miraba como si de ver dinero o comida fuese. Lo miro asesina.
—Atlas.
—Karla.
—¡Deja de mirarme como si fuera comida!.
—Buenas piernas, buen culo, buenas te-.
Lo amenazó con un jabón. El se ríe. Se me acerca con intensiones no muy santas. Por inercia lo beso y el se ríe. Terminando de bañarnos nos fuimos juntos a secarnos y vestirnos. Me puse un pantalón, una camiseta de el y un poleron con cierre. Estaba lista. Mis zapatillas y bajamos. El estaba con ropa semi formal. Se veía mucho mejor en chile. Al bajar las escaleras en seguida escuchamos gritos llamando a unas sirvientas. Bufo para ir por algunas cosas para limpiar. Atlas hablaba con su madre y yo me dedique a limpiar. Ni miraba a la madre de Atlas. Sólo limpiaba. Atlas hablaba con molestia. Se le notaba. Termine de limpiar y traje jugo. Le ofrezco al señor que se parecía mucho a Atlas. El acepta. Le sirvo jugo y serví un poco para Atlas y su madre. La señora ni me miró, tomó solo el vaso y se lo llevó a la boca al igual que Atlas. Yo me serví jugo y me senté en un sofá como espectadora.
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Capricho
RandomLa historia se desarrolla en medio de la lucha interna de Atlas, quien debe enfrentarse a su verdadera naturaleza, su moral inexistente, caprichos, deseos peligroso y sus demonios internos. Mientras tanto, Karla se verá envuelta en un torbellino de...