0.23

275 16 2
                                    

Capítulo 23.

Llegamos al lugar. Todos saludaban animadamente. Solo pude ver a Atlas con una mujer hablando y el sonriendo. Ella estaba algo sonrojada acomodándose su cabello. Ya tan temprano jodiendome la existencia el bastardo de Atlas. Estaba furiosa y quería matarlo. Solo me hice la dormida dentro del furgón. Me quedé un buen tiempo así hasta que siento que alguien acarician mi espalda. Era agradable el tacto y no pude relajarme aún más. Acabé dormida de verdad.




⪩╒༻Otro Punto De Vista༺╕⪨





Narra Armin.

Karla se quedó dormida. Me quedé un buen tiempo a su lado. Al final la tomé en mis brazos. Ella estaba derramando lágrimas mientras dormida. Sigo creyendo que ella parece un alfiler de delgada. Bajo del furgón con ella en brazos. Se acomoda y se queja un poco.

-Descarada...hasta te quejas y yo soy el que te lleva en brazos. -Me quejó.

La miro enojado. Lo enojado me dura poco al verla sonreír levemente. Sonrío enternecido. Camine con ella en brazos. Atlas se gana enfrente de mi. Estira sus brazos para dar el intento de quitármela pero paso de él. La llevo a tienda de acampar. La acomodó tan rápido como puedo. Ella se acomoda. Se esconde entre las mantas. Sonrío para salir de ahí. Me topo con Atlas enojado.

-Deberías limpiarte un poco...aún tienes brillo labial en su tu cuello.

-Eso no te importa.

-Me importa...Por Karla.

-Aun que me folle a una mujer frente a ella, ¿crees que le importe?.

-Se va a ir Atlas.

Me miraba molestó.

-¿Acaso ya te pidió ser mi remplazo?.

Niego para suspirar y cruzarme de brazos.

-Pidió algo mucho mejor que tu jamás le darás. Algo que tampoco ella te pedirá por que eres incompetente.

Ni dijo nada. Le molestó y pude ver ese brillo de preocupación. El no saber siempre fue un problema para Atlas. Si el no controla todo y no sabe todo...no se queda para nada tranquilo. Suelto un resoplido.

-Espero que ella no esté enojada contigo. Si lo está no dudaré en darle un lugar para dormir...tampoco para saciarla. -Finjo estar seguro que ella estará enojada.

Atlas me observa de arriba a bajo hasta sonreír burlesco.

-Sigue soñando. Karla le da asco que otro hombre la toque...a mi me tolera por lo bien que lo hago.

-No se quejó en el furgón.

Toque un nervio y me agarro del cuello.

-Fue tu maldita culpa que ella hubiera ido al hospital. -Me acusa.

Me río sin poderlo evitar. Era absurdo. Jamás la hubiera dejado estar en ese lugar si supiera que había un maldito negro adicto a la carne humana.

-Si hubiera sabido que hubiera un negro come humanos, jamás la dejaría quedarse en ese lugar. Admítelo es culpa tuya. Es tu culpa que ella siempre vuelve al hospital. Una y otra vez la llevas al límite. La usas como quieres y la abandonas en el hospital como lo hiciste estos días. Follaste con muchas enfermeras y doctoras...hasta con una mujer que acaba de ser viuda hermanito.

Me suelto y lo hago caer. El se levanta e iba a golpearme pero padre nos detiene.

-Atlas basta. Respeta un poco aún que sea.

-Mira Armin. Se me olvidara que eres mi hermano si tan solo le tocas...es mi mujer.

-Por ahora...cuando se aburra se va a ir y no la volverás a ver.

CaprichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora