9. PASEO EN EL PARQUE

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El sol de la mañana se filtraba a través de las hojas doradas de los árboles, creando patrones de luz y sombra en el pavimento del parque. Junhui empujaba con firmeza la silla de ruedas de Wonwoo, con una determinación que contrastaba con la frialdad en el rostro de su amigo. Ganarse la confianza de Wonwoo había sido una batalla constante, pero Junhui estaba decidido a romper las barreras de la tristeza y la amargura que parecían envolver a su amigo como una coraza impenetrable.
La primera semana de intentar mejorar la vida de Wonwoo, había sido difícil, este seguía reacio, asi que Junhui quería probar otros aires, por eso decidió llevarlo al parque

-Vamos, Wonwoo, solo un rato más. El aire fresco te vendrá bien - insistió Junhui, forzando una sonrisa. Sin embargo, Wonwoo permanecía encorvado, los ojos fijos en el suelo, como si el mundo exterior no existiera para él.

-Te dije que no quería salir, te recuerdo la mal que fue la última vez que salí gracias a mis supuestos amigos – dijo después

A medida que avanzaban por el sendero, Junhui podía sentir la tensión que emanaba de Wonwoo, y no solo por el peso de su silla. La gente del parque empezaba a mirarlos con miradas de lástima, esas miradas que Junhui había llegado a odiar con el mismo fervor que su amigo. No era que Junhui no entendiera el dolor de Wonwoo, pero él se negaba a aceptar que esa fuera la única forma en que podían relacionarse con el mundo exterior.

Al pasar junto a un grupo de niños que jugaban cerca, uno de ellos se giró y, con una mezcla de curiosidad y crueldad inocente, señaló a Wonwoo, murmurando algo que Junhui no pudo escuchar con claridad, pero que estaba seguro de que no era amable. Los otros niños rieron, y la risa se convirtió en un eco hiriente en el aire.

Wonwoo apretó los puños sobre el regazo, su rostro palideció aún más y se hundió en una expresión de dolor profundo. - ¿Lo ves? - dijo con voz molesta - Siempre es lo mismo. Por eso no quiero salir de casa. Solo quiero estar solo.

Junhui se detuvo bruscamente, sintiendo la frustración hervir dentro de él.  - Wonwoo, no puedes encerrarte para siempre. No puedes dejar que la gente te gane de esta manera. Estás más fuerte que eso.

- ¿Fuerte? No hables como si me conocieras, porque no es así, no sabes todo lo que he vivido- repitió Wonwoo, levantando la vista, sus ojos llenos de una tristeza abrumadora - Soy un estorbo, Junhui. No puedo caminar, y todo lo que hago es causar molestias a los demás.

Junhui sintió un nudo en el estómago. No podía soportar la idea de ver a Wonwoo hundido en la desesperación. - No eres un estorbo. Eres mi amigo, y yo estoy aquí porque te quiero, no porque quiera hacerte daño. Solo trato de ayudarte. -

La respuesta de Wonwoo fue una mezcla de tristeza y furia. – Tu yo no somos amigos, no lo entiendes. Déjame en paz, por favor. Solo… déjame en paz.

Con el corazón encogido, Junhui empujó la silla de ruedas de vuelta a la casa de Wonwoo. El camino de regreso fue silencioso, cargado de una pesadez que parecía aplastar el alma de Junhui. Una vez en la entrada del edificio, Wonwoo abrió la puerta de par en par con un gesto brusco, y sin decir una palabra más, se giró para entrar.

Junhui lo miró, sintiendo una mezcla de frustración y determinación. - Te daré espacio hoy, Wonwoo, pero voy a regresar mañana. No voy a rendirme contigo. No lo haré.

La puerta se cerró con un golpe sordo, dejándolo solo en la sala de su casa. Junhui se quedó allí por unos momentos, mirando la puerta cerrada, antes de girarse y comenzar a caminar a su departamento. El aire fresco del parque le golpeó el rostro y, a pesar de la tristeza que aún sentía, había una chispa de resolución en sus ojos. No iba a permitir que el dolor y la desesperación de Wonwoo le ganaran. Sabía que no podía resolver todo de inmediato, pero estaba decidido a seguir intentándolo, a no permitir que la amargura y la pena de su amigo lo mantuvieran en un círculo de aislamiento.

Junhui se adentró en el parque una vez más, esta vez solo, su mente llena de pensamientos de cómo podría acercarse a Wonwoo de manera diferente. Había una mezcla de esperanza y desafío en su corazón, y estaba dispuesto a enfrentarlo todo, incluso si eso significaba enfrentar las propias sombras que su amigo llevaba consigo.

Al día siguiente, Junhui regresaría a la puerta de Wonwoo, una vez más, decidido a no rendirse, sin importar cuántas veces le dijeran que su esfuerzo era en vano. Porque en el fondo de su corazón, creía que aún había una chispa de luz en la oscuridad que rodeaba a Wonwoo, y estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para avivarla.

Cuando el mundo se vuelve nuevo - WonhuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora