Cuando el mundo se vuelve nuevo - Wonhui

22. DECLARACIÓN FALLIDA

Era una noche estrellada y tranquila. Junhui había decidido sorprender a Wonwoo con una cena especial en el jardín de la casa de Wonwoo, aprovechando que este se encontraba duchando. Había pasado el día preparando todo: velas, una mesa adornada en el jardín, y una cena casera que él mismo había cocinado con esmero, pero todo en su hogar, no quería que el contrario sospechara algo. La atmósfera estaba impregnada de la fragancia de flores y la suave luz de las velas parpadeaba, creando un ambiente cálido y acogedor.

No había ido temprano, justamente por esta preparando todo esto, con ayuda de sus amigos, quienes le dieron ánimos y le desearon suerte.

Junhui fue a la habitación de Wonwoo, tocando la puerta, para no entrar en un momento imprudente.

-Wonwoo, ¿ya terminaste? – dijo tocando y recibió una afirmación. Cuando entro vio la ropa habitual que usaba – yo…quiero pedirte algo, es una sorpresa – dijo nervioso – sé que es algo difícil de pedir, pero puedes ponerte esto – señalo un suéter blanco – Wonwoo frunció el ceño – no preguntes, es que quiero que todo salga bien y pues si estas todo de negro parecerá funeral

-A qué te refieres Junhui – vio como los ojos de Junhui gritaban por favor asi que asintió – bien me lo pondré

Wonwoo, ahora vestido con un suéter cómodo y con una expresión de aun duda en el rostro, estaba sentado en la silla de ruedas, observando a Junhui con cierta admiración, dándose cuenta que no llevaba la misma ropa.

—Te tengo una sorpresa – dijo empujando la silla, lo llevó al jardín y Wonwoo no pudo ocultar su sorpresa al ver lo bonito que estaba decorado

Habían pasado la tarde conversando y riendo, y ahora se encontraban en medio de una cena bajo las estrellas.

—Ayer tuvimos una conversación algo tensa, lo del tema de tu familia, sé que no debí ser entrometido, pero de verdad quiero conocerte Wonwoo, sobre todo entenderte para poder cuidarte – lo llevó más cerca

—Esto es increíble, Junhui —dijo Wonwoo, sonriendo mientras miraba el esfuerzo que Junhui había puesto en la preparación de la cena—. No tenías que hacer todo esto.

Junhui, sentado a su lado y observando cómo Wonwoo disfrutaba, sonrió y se encogió de hombros.

—Me alegra que te guste. Quería hacer algo especial para ti. —Junhui tomó la mano de Wonwoo, que descansaba sobre la manta—. Quiero que sepas cuánto significas para mí.

El contacto de las manos encendió una chispa en el aire. La conversación continuó entre risas suaves y miradas significativas. A medida que la noche avanzaba, la proximidad entre ellos se volvía cada vez más íntima. Junhui, notando la expresión relajada y feliz de Wonwoo, sintió que el momento era perfecto.

Finalmente, Junhui, con el corazón latiendo rápido, se inclinó hacia Wonwoo. Sus miradas se encontraron, y en ese instante, el mundo pareció detenerse. Junhui, con una mezcla de nerviosismo y determinación, se inclinó lentamente hacia adelante, y ahí estaba de nuevo ese destello, ese brillo en los ojos de Wonwoo, asi que no espero más tiempo y lo besó  suavemente en los labios. Era un beso lleno de ternura, de afecto, y de todas las emociones que habían compartido durante el tiempo que se conocían.

Wonwoo se quedó paralizado por un momento, sus ojos se abrieron de sorpresa y, luego, lentamente, los cerró. El beso fue breve pero intenso, y cuando Junhui se separó, su expresión estaba llena de esperanza y ansiedad. Sin embargo, cuando sus ojos se encontraron nuevamente, notó que la cara de Wonwoo había cambiado. Había una mezcla de sorpresa, miedo y confusión en sus ojos.

Wonwoo se apartó de Junhui y su expresión se tornó dura y distante. Junhui, confundido y preocupado, intentó buscar una respuesta en la mirada de Wonwoo.

—Wonwoo, ¿qué pasa? —preguntó Junhui, su voz temblando—. ¿No te gustó?

Wonwoo, con el rostro pálido y la voz quebrada, trató de encontrar las palabras adecuadas.

—Junhui... esto no debería haber pasado —dijo Wonwoo, con dificultad—. No puedo... No puedo permitir que esto suceda. No puedo dejar que te acerques a mí de esta manera.

Junhui se levantó, acercándose a Wonwoo con desesperación en sus ojos.

—¿Por qué estás diciendo eso? —preguntó Junhui, tratando de tomar la mano de Wonwoo—. No entiendo por qué estás reaccionando así. ¿No sientes lo mismo?

Wonwoo apartó la mano de Junhui con un gesto brusco, y su mirada se endureció aún más. El miedo y la inseguridad estaban claramente visibles en su rostro.

—No es cuestión de sentimientos, Junhui —dijo Wonwoo, su voz temblando—. Es que... estoy asustado. Tengo miedo de lo que esto pueda significar. No estoy listo para esto. No quiero que te lastime... No quiero que te alejes de mí como todos los demás.

Junhui sintió un nudo en el estómago al escuchar las palabras de Wonwoo. La confusión y el dolor eran evidentes en sus ojos mientras trataba de comprender.

—Wonwoo, no estoy aquí para lastimarte —dijo Junhui, su voz llena de dolor—. Quiero estar contigo, apoyarte, ayudarte a superar tus miedos. No quiero que te alejes.

Wonwoo, con lágrimas en los ojos, se volvió hacia Junhui y, con una voz rota, dijo:

—Por favor, vete. Necesito estar solo. No puedo... no puedo manejar esto ahora mismo.

Junhui, con el corazón roto, trató de no llorar. Intentó acercarse, pero Wonwoo se apartó y moviendo su silla, se encerró en su habitación, dejando a Junhui de pie en el jardín, sintiendo la fría distancia que había surgido entre ellos.

Junhui, con el dolor reflejado en su rostro, se dio la vuelta lentamente. Miró la cena que había preparado, ahora fría y desolada, y se dio cuenta de que el momento que había esperado con ansias se había convertido en una amarga realidad. Con un último vistazo al jardín, se alejó, dejando atrás a Wonwoo y el sueño de un futuro juntos que parecía cada vez más lejano.

La noche se cerró sobre el jardín, el silencio lo envolvió todo, y Junhui se fue con el peso del rechazo y la tristeza en su corazón, mientras Wonwoo permanecía solo, enfrentando sus propios temores y dudas en la oscuridad de su habitación.