4. EL DOLOR REVELADO

29 4 0
                                    

El aire en la cafetería estaba cargado de tensión. Junhui, aún sentado en la mesa, miraba a Wonwoo con una mezcla de preocupación y confusión, mientras este se retorcía en su silla de ruedas con una furia contenida.

—Lo siento mucho, Wonwoo —dijo Junhui con una voz temblorosa—. No tenía idea de tu condición. No era mi intención hacerte daño ni burlarme de ti.

Las palabras de Junhui, aunque sinceras, sólo sirvieron para alimentar el enojo de Wonwoo. La frustración y la herida acumuladas a lo largo de los años estallaron de golpe.

—¡No necesito que alguien como tú venga aquí a decirme que no sabía nada! —gritó Wonwoo, su voz resonando en la noche—. ¡No necesito a nadie que me mire con lástima o se sienta culpable! ¡No necesito que nadie se burle de mí!

Sus movimientos bruscos hicieron que la silla de ruedas tambaleara, y el miedo apareció en los ojos de Junhui al ver la escena. Su rostro reflejaba una mezcla de shock y preocupación mientras trataba de calmar la situación.

—¡Por favor, cálmate! —dijo Junhui, levantándose de su silla con rapidez—. No quiero que te lastimes. Tranquilízate, te lo pido. No quise ofenderte.

Pero Wonwoo no escuchaba. Su enojo y su dolor se desbordaban sin control. Sentía que el mundo entero estaba en su contra, y el dolor de ser visto en su estado vulnerable solo aumentaba su rabia.

—¡No necesito a nadie! —siguió gritando—. No necesito a alguien que me considere una carga. ¡No quiero tu lástima!

Junhui se quedó sin palabras, observando cómo Wonwoo descargaba su ira. Los ojos oscuros de Junhui se llenaron de dolor al ver la angustia de Wonwoo, y su propio corazón se llenó de una tristeza indescriptible.

La escena había atraído la atención de otros clientes de la cafetería, y las miradas curiosas se dirigían hacia la mesa. Junhui, sintiendo la presión de la mirada de los demás y el creciente malestar de Wonwoo, trató de encontrar una manera de resolver la situación.

—Lo siento mucho —dijo Junhui, con la voz rota—. Solo... quiero ayudarte. Déjame llevarte a casa, por favor, sino quieres estar aquí dime en dónde puedo dejarte...

La oferta de Junhui sorprendió a Wonwoo. La vergüenza de haber mostrado su vulnerabilidad y el deseo de escapar de la situación se apoderaron de él

-No! Yo puedo solo, acaso crees que no puedo, yo sé…

-No voy a dejar que te vayas solo y mucho menos así en ese estado – le dijo Junhui insistiendo

Aunque aún estaba enojado y frustrado, Wonwoo aceptó la ayuda para librarse de una vez de todo esto.

—Está bien —dijo Wonwoo con voz temblorosa—. Llévame a casa.

Junhui se levantó de su asiento y se acercó a Wonwoo, se inclinó y, con cuidado, empezó a empujar la silla de ruedas. Sus movimientos eran rápidos pero cuidadosos, y a medida que avanzaban, trataba de evitar las miradas de los demás. El peso de la noche y la vergüenza de la situación hacían que el ritmo fuera acelerado, con Junhui empujando la silla de ruedas con una determinación silenciosa.

La mirada de Wonwoo estaba fija en el suelo mientras el recorrido hacia su casa comenzaba. La combinación de la ira, la humillación y la tristeza lo dejaban agotado. Su mente estaba llena de pensamientos conflictivos, y el dolor emocional de la noche le resultaba casi insoportable.

Junhui, aunque preocupado, mantenía un ritmo constante y cuidaba cada movimiento para no causar incomodidad. Su propia culpa y deseo de corregir el malentendido impulsaban cada empujón de la silla.

Finalmente, llegaron a la entrada del edificio donde Wonwoo vivía. La escena del escándalo había quedado atrás, y la tranquilidad de la noche contrastaba con la agitación que había reinado en la cafetería.

—A la derecha —dijo Junhui repitiendo lo último dicho por Jeon, con una voz suave—. ¿Ya estamos cerca?

Wonwoo, aún enojado y avergonzado, no respondió, pero la presión en su pecho comenzó a aliviarse ligeramente al estar de vuelta en un entorno familiar, cada vez más cerca de su hogar. Mientras Junhui se preparaba para alguna nueva indicación, su rostro mostraba una mezcla de alivio y preocupación, consciente de que la noche había cambiado de manera inesperada.

Cuando el mundo se vuelve nuevo - WonhuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora