Ariadne
Mientras nos dirigíamos hacia el balcón de mi padre, no pude evitar notar la mirada lujuriosa de mi hermana. Aparentemente, nadie más lo había notado, pero yo sí. Isabella anhelaba la atención de todos los hombres que la observaban, como si su felicidad dependiera de su admiración. Era evidente que deseaba ser adorada y venerada; tal vez en su vida anterior nunca conoció el amor porque no lo anhelaba realmente. No parecía capaz de ofrecerlo a nadie que no fuera ella misma.
Reflexionando sobre esto, me di cuenta de que nunca había visto su comportamiento de esta forma. Ahora, mis ojos estaban abiertos a una verdad dolorosa. Pensar que en mi vida pasada ningún hombre había dirigido hacia mí una mirada de deseo me resultaba desgarrador. Nunca fui considerada atractiva, y mientras crecía como prometida de César, sabía que cualquier hombre que me mirara lo haría sin miedo a las consecuencias, deseando algo que ni siquiera se comparaba con lo que Isabella despertaba en ellos. Esa creciente envidia hacia mi hermana ardía en mi pecho, como un fuego que no podía extinguirse.
Fue entonces cuando mi atención se desvió hacia un caballero que estaba de pie en el balcón inferior a la derecha, completamente fascinado por mi hermana. Su mirada era tan intensa que sabía que nunca podría olvidarla, ni siquiera en mil vidas. Era un joven alto y delgado, con cabello castaño rojizo que casi parecía negro, y unos ojos azules como zafiros, que brillaban con una luz propia. Anhelaba desesperadamente el calor de su mirada, la pasión con la que contemplaba a Isabella, pero me resultaba imposible apartar la vista de él. Era la primera vez que lo veía en esta vida, y me sentía una tonta al darme cuenta de que había estado obsesionado con la hermosa Isabella que tenía frente a mí.
La mezcla de dolor, ira y arrepentimiento se agolpaba en mi mente, como una tormenta a punto de desatarse. En medio de esta confusión emocional, seguí a la familia hacia el palco izquierdo y tomé asiento detrás de mi hermana, quien continuaba jugando con las miradas de aquel conde. En el fondo de mi corazón, me prometí no volver a interactuar con el autor de mis lágrimas, pero el dolor seguía ahí, persistente e inevitable. Las emociones que había acumulado durante los últimos catorce años luchaban contra mi razón, creando un conflicto interno que era difícil de soportar. Sabía que hoy no debía dejarme vencer por estas emociones; debía concentrarme y no permitir que César arruinara mi vida otra vez.
"Por favor, que el resultado sea el mismo que en mi vida anterior, y que mi plan tenga éxito", rogué en mi interior, apretando con fuerza el dobladillo de mi vestido.
Miré con tranquilidad hacia la estatua del Santo, rogándole —no implorándole— que me concediera la oportunidad de lograr mi cometido. Sin embargo, una extraña sensación me sacó de mi meditación profunda. A la distancia, sentí la mirada penetrante de César, quien me observaba con una expresión enigmática, una que era difícil de descifrar. Ignoré su mirada, e intenté concentrarme en el altar, en la luz que se filtraba a través de las vidrieras. Pero en mi mente, César seguía presente, una sombra que no podía ignorar. Su mirada, llena de misterio y desafío, me envolvía como un manto, haciéndome sentir vulnerable, expuesta. Debía recordar que, aunque él era parte de mi pasado, mi futuro aún estaba por definirse.
Si prefieres escuchar este capítulo, ¡tenemos una versión en audio disponible! Puedes encontrarla en
https://youtube.com/@librosdemilibrero?si=-gm6PjX_9xRVgfr1
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¡Nota!
Esta novela es una adaptación realizada por mí, una fan, para compartirla con otros seguidores que deseen leerla en español. Dado que no está fácilmente disponible en nuestro idioma, o a veces no se entienden ciertas partes, me tomé la libertad de traducirla y adaptarla para todos nosotros.
No persigo fines de lucro; simplemente quiero rendir homenaje a la obra original, y disfrutarla junto a ustedes.
Pd. Trataré de actualizar todos los días😅🤭
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En Esta Reencarnación Yo Seré La Emperatriz, Hermana Mía
RomanceEl reino Etruscan se tiñe de sangre cuando César, el hijo ilegítimo del rey, conspira con su prometida Ariadne para usurpar el trono de su medio hermano, Alfonso. A pesar de la devoción de Ariadne por el nuevo rey, su fe se hace añicos cuando él la...