León III, rey de Etruscan
Después de la partida del apóstata con los vigilantes del dogma, la calma finalmente volvió a la basílica de San Ércole. Las personas, por fin, se dispusieron a escuchar al cardenal de Mare, pero mi mente seguía absorta en la imagen de su joven hija.
—La joven de Mare no es, en absoluto, una chica común —dije, entre risas y aplausos—. Jamás imaginé que todo se resolvería de esta forma. ¡Es como presenciar una obra de teatro magistralmente escrita! ¿Cómo logró provocar tal momento?
Mi secretario, jovial, me respondió:
—¿Acaso no dicen que la realidad supera a la ficción?
No podía negarlo, lo que habíamos presenciado hoy superaba cualquier espectáculo teatral que hubiese visto. Ante ese pensamiento, no pude evitar soltar una carcajada.
—Necesito recompensar a esta fiel creyente —dije, recobrando la compostura—. ¿Qué sería lo más adecuado?
Mis ojos se dirigieron hacia el balcón donde aún se encontraba la familia de Mare. Observé a la joven detenidamente, tratando de idear la mejor recompensa para esa niña, y entonces se me ocurrió.
—Le obsequiaré 50 ducados de oro (aproximadamente 36,850 dólares) y una caja de joyas. Después de todo, ha salvado al país de una blasfemia. Quizá sería apropiado otorgarle algún título de honor, como a los caballeros...
De inmediato deseché la idea. No sería posible concederle tal honor, no solo por el hecho de ser mujer, sino porque ni siquiera era una hija reconocida. Sin meditar más sobre el asunto, aparté la vista de ella y me volví hacia mi esposa, sentada a mi lado.
—Querida, ¿me ayudarías a escoger las joyas? —pregunté.
En este punto de nuestro matrimonio, era raro que nos dirigiéramos la palabra, pero tal era mi entusiasmo que no vacilé en hacerle la invitación.
—Lo haré —respondió, de manera fría, pero cortés.
Durante el resto del sermón, me fue imposible contener la emoción. Incluso me dirigí a mi joven hijo, el príncipe Alfonso, con algunas palabras elogiosas.
Al finalizar el extenso sermón del cardenal de Mare, la realidad volvió a imponerse, como siempre lo hacía. Mi esposa, sin decir una palabra, se levantó y se marchó junto a nuestro hijo. Yo también me dispuse a irme, aunque mi destino era otro: vería a mi concubina y a nuestro hijo bastardo.
Acompañado por mi secretario, me dirigí hacia el carruaje, con la guardia a nuestras espaldas. No deseaba pronunciar palabra alguna, y no fue hasta que la puerta se cerró tras nosotros que rompí el silencio.
—Pienso que este será un gesto de reconciliación hacia la amante del cardenal —dije, con sinceridad, a mi secretario—. Que la reina elija personalmente el contenido de esa caja de baratijas. ¿No mencionaste algo sobre un incidente entre ellas?
El hombre frente a mí permaneció en silencio, como si mi pregunta no necesitara respuesta. Acaricié mi barba, complacido, y continué hablando.
—Si le hubiera pedido que consolara a la amante del cardenal, la reina nunca lo habría hecho; esa mujer es tan obstinada como una rana.
Finalmente, mi secretario rompió el silencio.
—Su Majestad, se dice que la hija del cardenal de Mare, a quien está a punto de premiar, es su segunda hija, fruto de otra concubina, distinta a la señorita Lucrezia —dijo en voz baja, tal vez temeroso de ser oído—. ¿Cree realmente que premiar a esa joven aliviará la ira de la amante del cardenal?
Sus palabras eran certeras, y no pude evitar sentir una punzada de preocupación. Un gesto hacia su hijastra no haría más que avivar el resentimiento de esa mujer.
—En realidad, no es relevante lo que piense la amante del cardenal —respondí, algo nervioso—. Lo único que importa es ganarme el favor del cardenal de Mare.
—Tiene razón, Su Majestad —respondió rápidamente el secretario.
—¡Entonces esto funcionará! —exclamé, aplaudiendo con una sonrisa—. Hay una joya que el cardenal de Mare ha codiciado desde hace tiempo, ¿recuerdas? El corazón del profundo mar azul.
—¿Cómo no estar al tanto de ese tesoro? —dijo, sorprendido—. ¿Acaso piensa entregárselo a la joven?
Si prefieres escuchar este capítulo, ¡tenemos una versión en audio disponible! Puedes encontrarla en
https://youtube.com/@librosdemilibrero?si=-gm6PjX_9xRVgfr1
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¡Nota!
Esta novela es una adaptación realizada por mí, una fan, para compartirla con otros seguidores que deseen leerla en español. Dado que no está fácilmente disponible en nuestro idioma, o a veces no se entienden ciertas partes, me tomé la libertad de traducirla y adaptarla para todos nosotros.
No persigo fines de lucro; simplemente quiero rendir homenaje a la obra original, y disfrutarla junto a ustedes.
Pd. Trataré de actualizar todos los días😅🤭
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En Esta Reencarnación Yo Seré La Emperatriz, Hermana Mía
Storie d'amoreEl reino Etruscan se tiñe de sangre cuando César, el hijo ilegítimo del rey, conspira con su prometida Ariadne para usurpar el trono de su medio hermano, Alfonso. A pesar de la devoción de Ariadne por el nuevo rey, su fe se hace añicos cuando él la...